Luis Figueroa va en busca de la salsa para el futuro
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Luis Figueroa no tiene miedo de fusionar la salsa con la música urbana. Para él, es parte de la evolución y el descubrimiento del género como lo demuestra en su EP “Coexistencia”.
Artistas urbanos como Maluma, Nathy Peluso y Ryan Castro han incluido salsa en sus discos. Ahora salseros como Figueroa han comenzado a experimentar con colaboradores como Dímelo Flow y Symon Dice para incorporar algo de música urbana.
“Los muchachos de mi generación, cuando empezamos o habíamos empezado en este rumbo, creo que nos cohibíamos de hacer cosas”, dijo en entrevista por videollamada desde Miami.
“A mí también me pasó igual, los artistas de la salsa siempre han dejado esa vara súper alta y nos costó un tiempo tener la confianza y el atrevimiento de querer o de poner nuestro granito de sal o de arena en ese género que veíamos súper intocable”, agregó.
Pero al mismo tiempo, el legado de esos pioneros lo impulsaba a tratar de modernizar el género: “No hubo un molde que dejaron los salseros en esos tiempos para lo que ellos querían cómo sonara la salsa en el futuro”.
“Medusa” es uno de los temas en los que Figueroa aproxima la salsa a estilos contemporáneos. Originalmente, era una canción urbana, pero la llevaron hacia la salsa en un proceso que tardó años en desarrollarse.
“Es la combinación perfecta hoy en día para los oídos frescos”, dijo Figueroa.
En el EP tiene como invitados a Gente de Zona para “Nadie la conoce”. Figueroa recordó que se encontró con el dúo cubano en una fiesta, “y me tomé el atrevimiento de decirles, muchachos escuchen esta canción”. Sin dudarlo accedieron a grabarla y se dirigieron al estudio. Se trata de la primera colaboración de Figueroa en un álbum.
“La grabamos juntos físicamente, que estuvo súper chévere, pudimos adaptar mucho las letras”, dijo. “Creo que las canciones llegan a los artistas cuando tienen que llegar”.
Figueroa es coautor de las canciones de “Coexistencia” para el que también contó con Mateo Gil y Yoel Henríquez en el equipo de autores.
“En este disco tienen un poquito de esos dos mundos: el lado clásico romántico de los tiempos de antes con Yoel Henríquez y canciones como ‘Almas gemelas’ o ‘Medusa’ que hice con Dímelo Flow”.
“Esa diabla” es una canción sobre una relación dañina de la que no se puede separar.
“Yo creo que todos hemos pasado por ese lado, has tenido un diablito o una diablita, a pesar de que sabes que no te conviene y que no son buenos para ti”, dijo. “Si es que dan buenos cariñitos o amores o, en verdad, que te cocinan bien, de cualquier forma, yo creo que nosotros, todos, tenemos esa persona que no hemos podido sacudirnos de ninguna forma”.
En “Llorar bonito” la relación terminó a pesar de que lo dieron todo. Aunque no se acabó por completo, Figueroa canta que su ex va a poner play a las canciones que le escribió recordando cómo se quisieron. Ese es uno de los riesgos de enamorarse de un músico, las canciones cambian de color con el adiós. Pero Figueroa dice que también para los músicos tiene su costo.
“Llegué a un punto donde uno decía ¿será que yo me estoy autosaboteando con estas relaciones a propósito para sacarle buenas canciones?”, dijo. “Creo que he sacado muchísimas canciones de previas relaciones, de experiencias, pero antes llegué a un punto en el que estaba pensando ¿será que yo estoy dañando esta relación a propósito para sacarle una buena canción? Y tuve que ser consciente de eso”.
Figueroa nació en Filadelfia en 1989. Su familia es de origen puertorriqueño. Estudió en el Berklee College of Music y en su adolescencia participó en programas como Star Search, Sábado Gigante y American Idol. Sus padres no son músicos, pero cantan y tiene un tío, Anthony Colón, intérprete de salsa. Cuando tenía 9 años lanzó su primer álbum de salsa.
“Mi primera memoria de ser cantante fue cuando vi a Jerry Rivera en la Calle 8; mi abuela me despertó para ver el concierto de él en la Calle 8 y desde ahí yo supe que era algo que creo que sería más que un sueño”, señaló.