Aliados de Trump esperan ganar votos de árabe-estadounidenses en Michigan
LANSING, Michigan, EE.UU. (AP) — Uno de los emisarios de Donald Trump para los estadounidenses árabes es un empresario nacido en Líbano que se mudó a Texas cuando era adolescente, habla árabe, inglés y francés, y recientemente se unió a la familia Trump cuando su hijo se casó con la hija menor del expresidente.
Massad Boulos ha asumido el desafío de intentar convencer a una comunidad políticamente influyente y enojada con el presidente Joe Biden de que Trump es la mejor opción. Pero muchos árabe-estadounidenses también señalan que Trump se ha posicionado como más pro-Israel que Biden, y ha hecho una serie de comentarios y anuncios políticos que los críticos tachan de islamófobos.
Trump ha posicionado siempre a sus familiares y los parientes de ellos en roles clave en sus campañas y en la Casa Blanca. Boulos, cuyo hijo Michael se casó con Tiffany Trump hace dos años, es el último pariente en ascender dentro de la órbita política de Trump, y utiliza conexiones establecidas hace mucho tiempo en un esfuerzo por generar apoyo para la campaña 2024 del virtual candidato republicano.
Algunos aliados de Trump creen que pueden sacar provecho de la contrariedad dentro de la base demócrata de Biden por su apoyo a la ofensiva israelí en Gaza, donde más de 37.000 personas han muerto desde el ataque de Hamás del 7 de octubre, según funcionarios de salud del territorio gobernado por Hamás, que no hace un desglose de civiles y combatientes. En febrero, Biden enfrentó un importante voto de protesta durante las primarias de Michigan en áreas con un gran número de estadounidenses árabes, quienes constituyen un importante bloque demócrata.
“Obviamente, el punto número uno que es de alta prioridad dentro de la comunidad árabe-estadounidense es la guerra actual en Oriente Medio”, dijo Boulos en una entrevista. “Y la pregunta es: ¿quién puede traer la paz y quién trae la guerra? Y ellos saben la respuesta a eso”.
Varias de las personas que se han reunido con Boulos también señalan las declaraciones de Trump sobre los árabes y los musulmanes. Cuando fue presidente, Trump prohibió la inmigración de varios países de mayoría musulmana, y cuestionó la lealtad de los legisladores musulmanes que sirven en el Congreso. Ahora, mientras hace campaña para un segundo mandato después de perder en 2020, Trump ha criticado en ocasiones a Biden por no apoyar lo suficiente a Israel y ha amenazado con deportar a los manifestantes propalestinos a los que califica de partidarios de Hamás.
“Le dije a Massad: ‘No se trata de que tú seas libanés y yo sea libanés’”, dijo Osama Siblani, editor del periódico bilingüe semanal Arab American News, en Dearborn. “No puedes simplemente comprar votos. Tienes que dar algo sustancial a la comunidad. Y Trump no ha hecho eso aún”.
Boulos, quien es de mediana estatura, cabello negro con canas, anteojos cuadrados y una sonrisa cálida y amistosa, es elogiado a menudo por su conducta tranquila y su humildad, cualidades que no siempre se asocian con alguien que dirige un conglomerado de miles de millones de dólares.
Nacido en Líbano, Boulos se mudó a Texas poco antes de asistir a la Universidad de Houston y obtener un doctorado en jurisprudencia. Boulos dijo que participó activamente en la política republicana cuando era estudiante.
Después de graduarse, finalmente se unió al negocio familiar de tres generaciones y se convirtió en director general y ejecutivo del conglomerado SCOA Nigeria, que se especializa en el ensamblado y distribución de vehículos y equipos de motor.
Boulos tiene experiencia en política en su país de origen, ya que se postuló sin éxito para un escaño en el Parlamento de Líbano en 2009. Se describe a sí mismo como “amigo” de Sleiman Frangieh, un político cristiano aliado con el partido chií y el grupo extremista libanés Hezbollah. Frangieh es actualmente el candidato respaldado por Hezbollah para la vacante presidencial de Líbano.
Partidario de Trump desde su primera campaña, Boulos se involucró más directamente después de conocer a Trump en una fiesta de Navidad en la Casa Blanca, en 2019. En ese momento, Michael Boulos ya era novio de Tiffany Trump.
Massad Boulos no ha hecho donaciones recientemente, según los registros financieros de la campaña. Pero en un viaje a Michigan este mes, asistió a lo que describió como un “evento privado de recaudación de fondos” con el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Mike Johnson, republicano por Luisiana; la legisladora Lisa McClain, republicana por Michigan; y unos 50 árabe-estadounidenses.
Boulos ayudó en la campaña de 2020, pero su papel se ha ampliado de manera significativa desde que su hijo se casó con Tiffany Trump en 2022, especialmente porque la insatisfacción árabe-estadounidense con Biden presentó lo que los aliados de Trump creen que es una oportunidad política importante.
“Un voto menos para Biden es un voto para Trump”, dijo Bishara Bahbah, presidente del grupo Arab Americans for Trump.
Boulos mantiene una “relación de trabajo muy estrecha” con el grupo, anunció Bahbah.
El grupo, que dice ser independiente de la campaña de Trump, ha establecido operaciones en Michigan y Arizona, estados identificados como áreas prioritarias por “personas cercanas a Trump”, agregó Bahbah.
Una reunión celebrada en mayo en Troy, Michigan, incluyó a Massad y Michael Boulos, así como a Richard Grenell, quien fue embajador de Trump en Alemania y es un asesor clave de política exterior del expresidente. Aproximadamente 40 activistas árabe-estadounidenses de todo el país asistieron.
Si bien Arab Americans for Trump estuvo involucrado en el evento, Boulos reportó que había sido promovido principalmente por Grenell. La reunión recibió comentarios mixtos, y algunos asistentes dijeron que carecía de sustancia y no abordó sus preocupaciones respecto a Trump.
“Grenell no dijo qué harían, pero siguió recordándonos que cuando Trump fue presidente, no hubo guerra alguna y que lanzó el mayor esfuerzo de paz en Oriente Medio. Pero la mayoría de los árabes y musulmanes no consideran los Acuerdos de Abraham como un acuerdo de paz”, expuso Khaled Saffuri, un activista político árabe-estadounidense quien estuvo presente.
Grenell intentó llamar a Trump para que se dirigiera a los asistentes por teléfono, según varias personas en la reunión. El expresidente no respondió.
Grenell y la campaña de Trump declinaron hacer comentarios.
Poco más de una semana después, Boulos regresó para otra ronda de citas. Esta vez, tuvo varias reuniones con casi 50 miembros de la comunidad árabe-estadounidense, además de sesiones individuales con personas identificadas como líderes de “alto valor” por Mike Hacham, coordinador de Arab Americans for Trump en Michigan.
Boulos dijo que sus esfuerzos hasta ahora han sido “más un esfuerzo personal para reconectarse con amigos”. Agregó que normalmente comienza las reuniones hablando durante cerca de 20 minutos en los que expone las trayectorias de las presidencias de Biden y de Trump. Luego abre un espacio para preguntas.
Siblani tuvo una reunión de casi dos horas con Boulos, quien estuvo acompañado por Bahbah, el presidente de Arab Americans for Trump.
Según Siblani, Boulos argumentó que las cosas eran mejores para los árabe-estadounidenses bajo Trump, que el mundo vio menos conflictos y menos guerras durante su presidencia, y sugirió que Trump podría ayudar a resolver el conflicto en Gaza.
Pero cuando Siblani respondió, subrayó que Boulos carecía de “hechos que probaran su afirmación de que Trump es mejor”.
“Massad no puede convencer a la gente de que se ponga del lado de Trump porque no ha ofrecido nada sustancial a la comunidad, excepto que su hijo está casado con la hija de Trump y él tiene acceso (a Trump)”, expuso Siblani. “Eso está bien, pero lo que necesitamos son políticas y qué hará Trump”.
En entrevistas, Boulos dijo que Trump “respeta y admira” a la comunidad árabe-estadounidense. Negó la existencia de una “prohibición musulmana” —que es como muchos opositores de Trump se refieren a su prohibición a inmigrantes de varios países de mayoría musulmana— y argumentó que en realidad se trataba de “una investigación de antecedentes extrema de ciertas partes del mundo”.
Los mensajes clave que surgen de estas reuniones, añadió Boulos, se comunican a Trump. Boulos destacó como prueba una publicación reciente de Trump en una red social en la que prometía traer “paz a Oriente Medio” si era reelegido. Boulos afirmó que el momento de la publicación “no fue una coincidencia”, sino más bien una respuesta a “escuchar las preocupaciones de la comunidad”.
La declaración de Trump, publicada el 4 de junio en Truth Social, su plataforma de redes sociales, no llegó lo suficientemente lejos en opinión de varios líderes comunitarios que se reunieron con Boulos.
En un comunicado, Brian Hughes, portavoz de la campaña de Trump, dijo que la campaña está “agradecida de que los partidarios del presidente Trump trabajen para comunicarse con esta comunidad”.
“Compartimos la creencia de que las políticas fallidas de Biden en Oriente Medio han traído muerte, caos y guerra a la región. Ese fracaso llevó a que decenas de miles de demócratas votaran ‘no comprometido’ en las primarias presidenciales de Michigan. La campaña de Trump ha estado y seguirá en comunicación con esos votantes, y les recordará que las políticas del presidente Trump en Oriente Medio llevaron niveles históricos de paz y estabilidad a esa región”, agregó Hughes.
Algunos miembros de la comunidad todavía sienten que hay otras opciones además de Trump y Biden. Jill Stein, la candidata del Partido Verde, visitó Dearborn este año para reunirse con líderes, y recientemente mantuvo conversaciones con el alcalde de la ciudad, Abdullah Hammoud, sobre la posibilidad de que él se convirtiera en su compañero de fórmula.
Hammoud, a sus 34 años, no es elegible para ocupar el cargo de vicepresidente. La Constitución exige que tanto el presidente como el vicepresidente tengan al menos 35 años.
Los funcionarios del gobierno de Biden también visitaron Dearborn para reunirse con líderes locales y han mantenido contacto continuo con ellos, incluido Siblani.
Ammar Moussa, portavoz de la campaña de Biden, criticó el acercamiento de los aliados de Trump, y dijo en un comunicado que Trump “es la mayor amenaza para la comunidad musulmana y árabe”.
“Él y sus aliados creen que no pertenecemos a este país, y Trump está hablando abiertamente sobre permitir que Israel bombardee Gaza sin miramientos”, agregó Moussa, quien es árabe-estadounidense. “Trump y su campaña son racistas e islamófobos. Punto. El presidente Biden, por otro lado, está trabajando incansablemente por una paz justa y duradera”.
Hasta las elecciones de noviembre, Boulos refirió que dividirá su tiempo entre la gestión de su empresa y las reuniones con la comunidad árabe-estadounidense.
Destacó que lo único que lo impulsa es que es un “ciudadano preocupado y un republicano”. No ha contemplado un papel en el gobierno de Trump si el republicano ganara.
“Honestamente, no tengo ninguna idea sobre ello en este momento. No he pensado en eso en absoluto, pero definitivamente no aspiro a nada”, dijo.
____
Los reporteros de The Associated Press, Jill Colvin, en Washington, Abby Sewell, en Beirut, Líbano, y Chinedu Asadu, en Lagos, Nigeria, contribuyeron a este informe.