Irán instala y activa cascadas de centrifugadoras avanzadas entre tensiones por su programa nuclear
DUBÁI, Emiratos Árabes Unidos (AP) — Irán ha puesto en marcha nuevas cascadas de centrifugadoras avanzadas y planea instalar otras en las próximas semanas luego de las críticas a su programa nuclear, informó la agencia de supervisión atómica de Naciones Unidas el viernes. Estados Unidos señaló que las acciones iraníes representaban “escalada nuclear”.
La iniciativa hace avanzar aún más el programa nuclear iraní, que ya enriquece ucranio a niveles próximos al grado necesario para el armamento y acumula reservas suficientes para varias bombas nucleares, si deciden elaborarlas. Sin embargo, el reconocimiento del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) no incluye ninguna sugerencia acerca de que Irán planee aumentar el nivel de enriquecimiento en medio de las crecientes tensiones entre Teherán y Occidente, mientras la guerra entre Israel y Hamás asola la Franja de Gaza.
El OIEA indicó que sus inspectores verificaron el lunes que la República Islámica había empezado a incorporar uranio a tres cascadas de centrifugadoras avanzadas IR-4 y IR-6 en su centro de enriquecimiento de Natanz. Las cascadas son un grupo de centrifugadoras que mueven el gas de uranio para enriquecerlo más rápidamente.
Hasta el momento, Irán ha estado enriqueciendo uranio en esas cascadas a una pureza de hasta el 2%. El país ya enriquece uranio hasta el 60%, a un pequeño paso técnico del grado armamentístico del 90%.
Irán planea también instalar 18 cascadas de centrifugadoras IR-2m en Natanz y ocho cascadas de IR-6 en sus instalaciones nucleares de Fordo. Cada uno de estos modelos enriquece uranio más rápido que las centrifugadoras de referencia iraníes, las IR-1, que siguen siendo la base del programa atómico de la nación.
Teherán no ha reconocido la decisión, que se produjo luego que el país amenazó con emprender acciones tras una votación de la Junta del Gobernadores del OIEA a principios de mes que censuró a Irán por no cooperar plenamente con la agencia.
La medida iraní fue criticada de inmediato por el vocero del Departamento de Estado, Matthew Miller.
“Irán pretende seguir expandiendo su programa nuclear de forma que no tiene ningún propósito pacífico creíble”, afirmó Miller en un comunicado. “Estas acciones planificadas socavan aún más las afirmaciones iraníes de lo contrario. Si Irán pone en práctica estos planes, responderemos en consecuencia”.
Miller no ofreció más detalles sobre las medidas que podrían tomar Washington y sus aliados. Sin embargo, Irán enfrenta ya severas sanciones económicas de Estados Unidos y otros que han paralizado su economía y han provocado la devaluación de su moneda en los últimos años.
Ali Shamkhani, exfuncionario de alto rango de seguridad de la teocracia iraní que sigue asesorando al líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, escribió en la red social X que Teherán sigue comprometido con las salvaguardias nucleares aunque “no cederá a las presiones.”
“Estados Unidos y algunos países occidentales desmantelarían la industria nuclear iraní si pudieran”, escribió Shamkhani.
Desde el colapso del histórico pacto nuclear firmado en 2015 por Teherán y las potencias occidentales tras la retirada unilateral de Estados Unidos en 2018, la República Islámica ha perseguido el enriquecimiento de uranio justo por debajo de los niveles de grado armamentístico. La inteligencia estadounidense y otras agencias sostienen que el país no ha iniciado aún un programa armamentístico.
Irán, como signatario del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, se ha comprometido a permitir que el OIEA visite sus instalaciones atómicas para garantizar que su programa es pacífico. Teherán también aceptó la supervisión adicional del OIEA como parte del acuerdo nuclear de 2015. Sin embargo, durante años ha restringido el acceso de los inspectores a las instalaciones y no ha respondido del todo a las preguntas sobre otras instalaciones en que se ha encontrado material nuclear anteriormente.
El director general del OIEA, Rafael Mariano Grossi, visitó Irán en mayo en un esfuerzo por impulsar las inspecciones, pero no se ha producido ningún cambio público importante en la postura de Irán.
Todo esto se produce en un momento en que la República Islámica también parece estar intentando contener el riesgo al que se enfrenta por parte de Estados Unidos tras lanzar un ataque sin precedentes contra Israel. El ataque —en respuesta a un presunto atentado israelí el 1 de abril en que murieron dos generales de la Guardia Revolucionaria y otras personas en Damasco, Siria— ha sacado a la luz una guerra entre Israel e Irán que se ha librado en la sombra durante años.