Pinehurst se distingue como desafío para el US Open por sus greens
PINERHURST, Carolina del Norte, EE.UU. (AP) — Pebble Beach se caracteriza por la vista del Océano Pacífico. Oakmont tiene la trampa de arena Church Pew. Y el campo 2 de Pinehurst presenta una especie de tazones de cereal volteados boca abajo.
Esos greens son el emblema de este campo Donald Hurst que albergará la edición número 124 del U.S. Open a partir del jueves. Se les compara también con caparazones de tortugas o cúpulas.
Como quiera que se les llame, se consideran un desafío en todo el mundo del golf, particularmente para un U.S. Open que suele considerarse como la prueba más complicada en este deporte.
“Aun si llegas a los greens ello no quiere decir que has resuelto el hoyo”, dijo el campeón defensor Wyndham Clark.
El lunes, Clark llegó a Pinehurst y jugó un poco. Le sorprendió lo firmes y veloces que eran los greens. Y eso que faltaban tres días para el tiro de salida.
Quizás es por eso que en tres ediciones previas del US Open en el campo 2 de Pinehurst, un total de apenas cuatro jugadores terminaron por debajo del par. Uno fue Payne Stewart, gracias a un recordado putt de 15 pies para par en el último hoyo, con lo que venció a Phil Mickelson en 1999, con un bajo par.
Martin Kaymer aprovechó el terreno reblandecido por la lluvia y un golf brillante para imponerse en 2014 con nueve bajo par. Rickie Fowler y Erik Compton quedaron ocho golpes detrás y fueron los otros golfistas en números rojos durante la semana.
“Yo diría que, en general, creo que los mejores jugadores se muestran agresivos en la salida y conservadores en los greens. Pienso que en este campo se aplica esa misma estrategia, pero con esteroides”, comentó Viktor Hovland. “Creo que tener un palo más corto es muy importante. Pero en los greens hay que jugar de forma muy conservadora. Creo que simplemente llegar a los greens es muy valioso”.
Clark ganó el año pasado en Los Angeles Country Club con un acumulado de 270 golpes, 10 bajo par. Esa semana comenzó también con un récord de 62 golpes por parte de Xander Schauffele y Rickie Fowler en la ronda inicial y en un intervalo de unos 10 minutos.
Nadie espera proezas semejantes esta semana.
“Pinehurst no es broma. Éste es el paraíso de los golpeadores de pelota", dijo Bryson DeChambeau. “Hay que pegarle para llegar a la mitad de los greens. Y ésta es una cita de Boo Weekley (golfista veterano), pero el centro del green nunca se mueve, así que trataré de concentrarme en eso esta semana”.