Candidatos mexicanos cierran una campaña electoral ensombrecida por la violencia

Candidatos mexicanos cierran una campaña electoral ensombrecida por la violencia
Archivo - La candidata presidencial mexicana Claudia Sheinbaum, a la derecha, saluda a sus partidarios en un mitin de campaña en la Ciudad de México, el jueves 16 de mayo de 2024. Las elecciones generales están programadas para el 2 de junio. (AP Foto/Marco Ugarte)

CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Sacudida por una serie de ataques y asesinatos de candidatos, el miércoles llegó a su fin la campaña oficial de las elecciones generales de México, que se perfilan como históricas por sus dimensiones y porque posiblemente llevarán por primera vez a una mujer a la presidencia.

“Este 2 de junio una vez más vamos a hacer historia”, afirmó la candidata Claudia Sheinbaum ante una multitud, que al grito de “¡Presidenta, presidenta!” la recibió en la plaza principal de la Ciudad de México, el escenario para el cierre de la campaña oficialista del partido Morena.

“No los voy a defraudar”, dijo Sheinbaum al comprometerse al darle continuidad al proyecto político de su mentor, el presidente Andrés Manuel López Obrador.

“En México quedó atrás el neoliberalismo”, aseguró la exalcaldesa capitalina, al descartar el retorno de los partidos tradicionales. “México ha cambiado para siempre”.

En su discurso, la científica de 61 años presentó los 20 lineamientos de su plan de gobierno, entre los que incluyó la consolidación de los proyectos estratégicos del gobierno de López Obrador como el Tren Maya, la promoción de la “soberanía energética” a través del fortalecimiento de las empresas gubernamentales Pemex y Comisión Federal de Electricidad, el fortalecimiento de la Guardia Nacional, el impulso a una reforma judicial y garantizar que el salario mínimo se mantenga sobre la inflación. Además, descartó la posibilidad de incrementos en la gasolina y las tarifas del servicio eléctrico.

“No nos someteremos a ningún poder económico o extranjero por más poderoso que sea”, afirmó la candidata oficialista, quien aseguró que, de llegar a la presidencia, tendrá un gobierno “honesto", sin influencias.

“De que vamos a ganar, vamos a ganar”, aseguró Sheinbaum, al tiempo que exhortó a sus seguidores a salir a votar masivamente el 2 de junio.

El Zócalo capitalino se vio desbordado por decenas de miles de manifestantes quienes, entre carteles con el rostro de Sheinbaum y banderas de Morena, celebraron el fin de la campaña. Según la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la capital, a la concentración oficialista acudieron unas 550.000 personas.

Entre la multitud se distinguía una inmensa cruz tejida con hilos azules y blancos que sostenía entre sus manos Luis Muñoz Hernández, un indígena huichol de 64 años que viajó desde el estado norteño de Nayarit para asistir a la concentración oficialista.

“Yo estoy esperanzado. Yo tuve una mamá que me quería mucho y nunca me dejó. Ella, Sheinbaum, va a ser una madre para todos”, afirmó Muñoz Hernández al hablar de las razones que lo llevaron a apoyar a la exalcaldesa.

“Confío en que va a seguir la obra de Andrés Manuel para que no haya más desigualdad y todos los programas sociales lleguen a la sierra, donde más los necesitamos”, agregó.

En otro punto de la emblemática plaza estaba Roberto Carmona, un estudiante de derecho de 32 años, quien acudió al evento vestido de sombrero y traje de charro para celebrar lo que consideró un “momento histórico porque por primera vez en México vamos a tener una mujer presidenta”.

“Nos va a llevar a un rumbo completamente distinto de lo que ha sido la historia de México”, confesó emocionado Carmona. “Gobernará para todos, especialmente las minorías que siempre fueron olvidadas”.

Más temprano, la candidata opositora Xóchitl Gálvez realizó un primer mitin en el municipio de La Paz, en las afueras de la Ciudad de México.

“Me importan tus hijas, tus hijos; ya basta que tengas miedo de salir a la calle”, dijo ante miles de seguidores que la recibieron al grito de “Fuera Morena”, el partido de Sheinbaum, la favorita de la contienda.

Gálvez, empresaria e ingeniera de 61 años, optó esta vez por huir de los insultos y la polarización que han caracterizado la campaña y se comprometió “a ganar para unir este país; basta de división, basta de odio... todos somos mexicanos”.

Pero efectuó duras críticas a la violencia que vive la nación y apostó por llevar a los criminales ante la justicia, en lugar del lema del presidente de “Abrazos, no balazos”.

Horas después, la opositora se trasladó a la ciudad norteña de Monterrey, capital industrial del país, para participar en otra concentración. En ese evento ratificó que, de llegar a la presidencia, tendrá como prioridad la seguridad.

“Hoy la esperanza ya cambió de manos. La esperanza es nuestra. Este domingo salgan a votar”, dijo la exsenadora al cerrar el mitin. Gálvez tiene previsto culminar sus actos con un último mensaje a la medianoche en su estado natal en Hidalgo.

El opositor Jorge Álvarez Máynez, del partido minoritario Movimiento Ciudadano, también cerró su campaña en la capital mexicana con una concentración en un teatro.

En su intervención, Álvarez Máynez agradeció el apoyo de los jóvenes y reiteró sus ataques contra los partidos tradicionales.

“Aquí este país va a cambiar, va a ver al futuro. Nunca más, nunca más vamos a tener en la cárcel a un joven por fumar marihuana”, expresó el político de 38 años, que incluyó entre sus planes de gobierno la regulación del consumo del cannabis.

Álvarez Máynez centró su estrategia electoral en atraer a los jóvenes votantes y a sectores descontentos con el gobierno y con los partidos tradicionales.

La campaña del opositor sufrió un duro golpe el 23 de mayo durante un acto político en la localidad de San Pedro Garza García, del estado norteño de Nuevo León, cuando se desplomó el escenario en que el opositor pronunciaba un discurso. Hubo nueve muertos y 200 heridos.

Por otro lado, en plena jornada de cierre fue baleado el miércoles por la tarde el político opositor Alfredo Cabrera Barrientos, quien era candidato a la alcaldía de la localidad de Coyuca de Benítez, en el estado sureño de Guerrero.

El asesinato fue confirmado por la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, quien dijo en su cuenta de la red social X que solicitó a la Fiscalía estatal iniciar las investigaciones para determinar a los posibles responsables.

El ataque a Cabrera Barrientos quedó registrado en un video que se difundió en redes sociales, en el que se observa el momento en que alguien se le acerca por la espalda, en medio de un acto, y le dispara varias veces.

La campaña, que arrancó formalmente en marzo, termina con al menos 28 aspirantes asesinados y más de 60 ataques a políticos, según cifras de la organización local Data Cívica, que lleva adelante una investigación sobre la violencia electoral en el país. Las muertes y agresiones han convertido a los comicios de este año en unos de los más violentos de la historia reciente en México, sólo superados por las elecciones de 2018, cuando se reportaron 152 homicidios de políticos.

Los hechos violentos dejaron al descubierto cómo el crimen organizado ha penetrado en la política mexicana, especialmente en las elecciones de gobiernos estatales y municipales, donde se reportaron la mayor cantidad de víctimas.

“Lo que vimos fue la táctica del asesinato político como recurso para el dominio territorial de los cárteles”, afirmó el consultor político David Saucedo, quien planteó que durante la campaña se evidenció “un avance de la narcopolítica”.

Pese al contexto de inseguridad que predominó en la campaña, López Obrador desestimó la situación y aseguró esta semana que los incidentes violentos fueron “muy localizados”.

El gobierno federal dispuso 3.474 efectivos de las fuerzas armadas para prestar protección a 553 candidatos. En los comicios del 2 de junio se elegirá, además del presidente, a ocho gobernadores, la alcaldía de la capital, unos 19.000 cargos locales y 628 congresistas.

La contienda también se vio dominada por la polarización, que desde hace tiempo marca a México, y el debate entre la consolidación del proyecto político que inició López Obrador al llegar al poder en 2018, conocido como la “Cuarta Transformación”, y el retorno de los partidos tradicionales.

Mientras que Sheinbaum centró sus ofertas en la continuidad de las políticas y programas sociales del gobierno de López Obrador, Gálvez enfiló sus baterías contra el popular mandatario y lo atacó por uno de sus flancos más débiles: la violencia que azota al país.

México finalizó 2023 con unos 30.000 asesinatos, consolidando la tendencia de los últimos años con cifras similares, de acuerdo con los datos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.

Bajo el slogan “Vamos por un México sin miedo”, Gálvez orientó su campaña a atacar las políticas de seguridad, salud y educación de López Obrador en un intento por consolidar el respaldo de los adversarios más radicales del gobierno.

Sheinbaum también echó mano del discurso de su mentor, de atacar a los partidos tradicionales Revolucionario Institucional (PRI) —que gobernó México por 71 años—, Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD), asegurando que la victoria de su candidata Gálvez representaría el regreso de los gobiernos corruptos del pasado.

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