Estudio: Las películas de Hollywood fallan al reflejar el cambio climático
PORTLAND, Maine, EE.UU. (AP) — Puede que a Aquaman no le importe que aumente el nivel de los océanos, pero a algunos cinéfilos sí.
Esa es una de las conclusiones de un nuevo estudio realizado por investigadores que se propusieron determinar si los éxitos de taquilla de Hollywood de hoy en día reflejan la crisis climática actual. La gran mayoría de las películas no superaron la “verificación de la realidad climática” propuesta por los autores, que revisaron 250 películas estrenadas entre 2013 y 2022.
La prueba es simple: los autores analizaron si una película presentaba una historia en la que el cambio climático existe, y si un personaje sabe que existe. Una película que pasó la prueba fue el filme de superhéroes de 2017 “Justice League” (“Liga de la Justicia”), en la que el personaje de Aquaman de Jason Momoa dice: “Oye, no me importa si sube el nivel de los océanos” al Bruce Wayne de Ben Affleck.
Pero la mayoría de las películas se quedaron cortas: menos del 10% de las 250 películas fueron aprobadas, y el cambio climático se mencionó en dos o más escenas de menos del 4% de las películas. Eso está fuera de contacto con un público cinéfilo que quiere “ver su realidad reflejada en la pantalla”, dijo el profesor de inglés del Colby College Matthew Schneider-Mayerson, investigador principal del estudio.
“La conclusión es que la gran mayoría de las películas, películas populares producidas en los últimos 10 años en Estados Unidos, no están retratando el mundo tal como es”, dijo Schneider-Mayerson. “Están retratando un mundo que ahora es historia o fantasía, un mundo en el que el cambio climático no está ocurriendo”.
Investigadores del Colby College de Maine publicaron el estudio en abril junto con Good Energy, una consultora ambiental con sede en Los Ángeles. Los resultados fueron revisados otros especialistas y los autores buscan su publicación en revistas científicas. Los investigadores ven la prueba como una forma para que los miembros de la audiencia, escritores y cineastas evalúen la representación del cambio climático en la pantalla.
Algunos resultados fueron sorprendentes. Películas que a primera vista parecen tener poca relación el clima o el medio ambiente pasaron la prueba. “Marriage Story” (“Historia de un matrimonio”), el emotivo drama de Noah Baumbach de 2019 sobre el colapso de una relación, pasó la prueba en parte porque el personaje de Adam Driver se describe como “consciente de la energía”, dijo Schneider-Mayerson.
El filme de misterio de 2022 “Glass Onion” (“Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion”) y la película de terror popular de 2019 “Midsommar” fueron otras que pasaron la prueba. También se aprobaron algunas que trataban más explícitamente sobre el cambio climático, como la sátira de 2021 “Don’t Look Up” (“No miren arriba”). Pero “San Andreas” (“San Andrés”), una película de 2015 sobre un terremoto desastroso en la costa oeste, y “The Meg” (“Megalodón”), una película de acción de 2018 ambientada en el océano, no lo hicieron.
Los autores redujeron la selección de películas al excluir aquellas que no están ambientadas en la Tierra o que su historia transcurriera antes de 2006 o después de 2100. Descubrieron que los servicios de streaming tenían un porcentaje más alto de películas que incluían el cambio climático que los grandes estudios.
El estudio es “valioso para fines de marketing, fines informativos, acumulación de datos”, dijo Harry Winer, director de sostenibilidad en el Instituto Kanbar de Cine y Televisión de la Escuela de Artes Tisch de la Universidad de Nueva York. Winer, que no participó en el estudio, dijo que también podría servir como un incentivo para conectar a las audiencias con historias climáticas.
“El público estaría más abierto a escuchar un diálogo sobre lo que está bien y lo que está mal”, dijo Winer. “Es una forma de comenzar la conversación”.
Los autores del estudio dijeron que ven la verificación de la realidad climática como una especie de prueba de Bechdel-Wallace para el cambio climático. A Alison Bechdel, una caricaturista, se le atribuye la popularización de esa prueba en la década de 1980 al incorporar la prueba de su amiga Liz Wallace sobre la representación de género en el cine en una tira cómica. La prueba pregunta si una película incluye al menos dos personajes femeninos que tienen una conversación sobre algo que no sea un hombre.
La propia Bechdel elogió la prueba climática del estudio, que describió como “largamente esperada” en una publicación en las redes sociales durante la temporada de los Premios de la Academia de este año. Bechdel dijo en un correo electrónico a The Associated Press que “para una película ambientada en el presente ignorar esta amenaza existencial ya no tiene sentido” en la era del cambio climático.
“Me preocupa que los guionistas puedan hacerlo de una manera rutinaria, lo que podría ser contraproducente, al igual que los ‘personajes femeninos fuertes’ prefabricados”, dijo Bechdel. “Pero inyectar conciencia de nuestra difícil situación comunitaria en las historias que ingerimos parece una obviedad”.