Más de medio millón de palestinos huyen de los combates en Rafah y el norte de Gaza, dice la ONU
Más de medio millón de palestinos se han visto desplazados en los últimos días por la escalada de las operaciones militares en el sur y el norte de Gaza, dijo Naciones Unidas el martes.
Alrededor de 450.000 palestinos fueron expulsados de Rafah, en el extremo sur de la Franja, en la última semana, indicó la agencia de la ONU para los refugiados palestinos. Antes del inicio de las operaciones israelíes en la ciudad, que según afirma es el último bastión de Hamás, allí se cobijaban alrededor de 1,3 millones de personas.
Las fuerzas israelíes estaban combatiendo también a los insurgentes en el norte, donde el ejército había centrado sus operaciones al inicio de la guerra. Las órdenes de evacuación emitidas por el ejército el sábado han desplazado por el momento a unas 100.000 personas, dijo el vocero adjunto de la ONU, Farhan Haq, a reporteros el lunes.
Según funcionarios palestinos, los ataques israelíes sobre la zona centro del sitiado enclave se cobraron la vida de al menos 12 personas durante la noche y la madrugada del martes.
La Defensa Civil explicó que sus efectivos de emergencias recuperaron ocho cadáveres de entre los restos de una vivienda de tres plantas arrasada en el campo de refugiados de Nuseirat. Cuatro de los fallecidos, incluyendo dos hombres de unos 60 años y dos mujeres, fueron trasladados a un hospital próximo.
Otro ataque alcanzó una caravana utilizada por la policía gestionada por Hamás en una escuela reconvertida en refugio en Nuseirat y mató a al menos cuatro agentes.
El cercano hospital Mártires de Al Aqsa registró los decesos.
Un total de 82 personas muertas por fuego israelí fueron trasladadas a hospitales de la Franja en las últimas 24 horas, además de 234 heridos, de acuerdo con los datos del Ministerio de Salud de Gaza.
En la última semana, a través de los pasos fronterizos del sur del territorio no ha entrado alimentos. Alrededor de 1,1 millones de palestinos en Gaza enfrentan niveles catastróficos de hambre y están al borde de la inanición, y en el norte la situación es de “hambruna total”, de acuerdo con la ONU.
La guerra comenzó el 7 de octubre, cuando Hamás lanzó una incursión sobre el sur de Israel en la que mató a alrededor de 1.200 personas, en su mayoría civiles, y tomó a unas 250 más como rehenes. Según Israel, los insurgentes tienen retenidas a alrededor de un centenar de personas, además de los restos de más de 30 más.
La campaña de bombardeos aéreos y las operaciones terrestres israelíes de los siete últimos meses en el territorio palestino se han cobrado la vida de más de 35.100 personas, en su mayoría mujeres y niños, según los datos de las autoridades de salud locales.
Por otra parte, Human Rights Watch dijo que Israel ha llevado a cabo al menos ocho ataques contra trabajadores humanitarios y sus convoyes, y mató a al menos 15 personas — incluyendo dos menores — desde el inicio de la guerra.
El grupo de defensa de los derechos humanos, con sede en Nueva York, explicó en un reporte publicado el martes que, en todos los casos, los grupos humanitarios habían proporcionado sus coordenadas a las autoridades israelíes para garantizar su seguridad, y no recibieron advertencia alguna antes de unos incidentes que dejaron al menos 16 heridos.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU afirma que más de 250 trabajadores humanitarios han muerto en el enclave desde el inicio de la guerra, en su mayoría empleados locales de la agencia para los refugiados palestinos, el principal proveedor de ayuda en el territorio.
El ejército israelí dijo que abrió una investigación luego de que un miembro de un equipo de seguridad de la ONU fue asesinado mientras conducía por Rafah el lunes. Según apuntó, la balacera ocurrió en una “zona de combate activo” y no se había informado de la ruta del vehículo.
Naciones Unidas indicó que uno de sus trabajadores internacionales murió y otro resultó herido cuando su vehículo, claramente marcado con las siglas de la institución, fue atacado. No dijo quién era responsable ni reveló las nacionalidades de los trabajadores.
HRW señaló que los ocho incidentes que documentó “revelan fallos fundamentales con el llamado sistema de desconflictuación, pensado para proteger a los trabajadores humanitarios y permitirles prestar una ayuda humanitaria vital en Gaza con seguridad”.
Belkis Wille, director adjunto de crisis, conflictos y armas de HRW, dijo que “los aliados de Israel tienen que reconocer que estos ataquen han matado a trabajadores humanitarios han ocurrido una y otra vez, y deben parar”.
Israel recibió duras críticas el mes pasado tras una serie de ataques que mataron a siete cooperantes de la ONG World Central Kitchen, fundada por el célebre chef José Andrés.
Israel reconoció que sus fuerzas habían cometido un error en ese caso. Más tarde anunció la destitución de dos oficiales y la amonestación a otros tres por los errores en la gestión de información crítica y por la violación de las normas de combate del ejército.
Las organizaciones humanitarias sostienen que su capacidad para proporcionar asistencia vital a los 2,3 millones de residentes en Gaza se ha visto obstaculizada por las restricciones israelíes, los combates en curso y la dificultad para la coordinación de sus movimientos con el ejército.
Human Rights Watch dijo que Israel no respondió a una petición de información acerca de los ataques enviada el 1 de mayo. El ejército no respondió de inmediato a una petición de comentarios de The Associated Press.