El Festival de la Canción de Eurovisión arranca con pop y protestas por la guerra en Gaza
MALMÖ, Suecia (AP) — La competencia en la 68ª edición del Festival de la Canción de Eurovisión comienza el martes en Suecia, en un momento en el que la guerra en Gaza ensombrece el espectáculo pop de lentejuelas.
Artistas que representan a países de toda Europa y más allá subirán al escenario en la primera de las dos semifinales en la ciudad sueca de Malmö. Esta y una segunda semifinal del jueves enfrentarán a 37 naciones para decidir a las 26 que competirán en la final del sábado en un contexto festivo y de protesta.
Entre los 15 artistas que actuarán el martes se encuentran el cantante y compositor croata Baby Lasagna, cuyo contagioso número electro “Rim Tim Tagi Dim” es el actual favorito para ganar, y el dúo ucraniano Alyona Alyona y Jerry Heil, que enarbolan la bandera de su nación golpeada por la guerra con el himno “Teresa & Maria”.
Otros favoritos de las casas de apuestas son el cantante suizo no binario Nemo, la cantante irlandesa de estilo gótico Bambie Thug, la estrella italiana de TikTok Angelina Mango y el holandés Joost Klein con la juguetona canción pop-rap “Europapa”.
La seguridad es estricta en la ciudad sueca, que espera una afluencia de unos 100.000 fans de Eurovisión, junto con decenas de miles de manifestantes propalestinos. Israel participa en Eurovisión, y el jueves y el sábado están previstas manifestaciones contra la guerra entre Israel y Hamás, que ha dejado casi 35.000 palestinos muertos.
El gobierno israelí advirtió a sus ciudadanos de una “preocupación tangible” de que los israelíes pudieran ser blanco de ataques en Malmö durante la contienda.
Los organizadores indicaron a Israel que cambiara la letra de su canción participante, originalmente titulada “October Rain” en aparente referencia al ataque transfronterizo de Hamas el 7 de octubre que mató a unos 1.200 israelíes y desencadenó la guerra. La canción se llama ahora “Hurricane” y al cantante israelí Eden Golan se le permitió permanecer en el concurso.
Jean Philip De Tender, director general adjunto de la Unión Europea de Radiodifusión, organizadora de Eurovisión, dijo a Sky News que prohibir la participación de Israel “habría sido una decisión política y, como tal, que no podemos tomar”.
Policías de toda Suecia han sido reclutados para la semana de Eurovisión, junto con refuerzos de las vecinas Dinamarca y Noruega.
El nivel oficial de amenaza terrorista de Suecia sigue siendo “alto”, el segundo peldaño más alto en una escala de cinco puntos, después de que una serie de profanaciones públicas del Corán el año pasado provocaran manifestaciones airadas en todos los países musulmanes y amenazas de grupos milicianos. Las profanaciones no estaban relacionadas con el evento musical.
El lema de Eurovisión es “Unidos por la música”, pero las divisiones nacionales y políticas a menudo nublan el concurso a pesar de los esfuerzos de los organizadores por mantener la política al margen.
Se prohíben banderas y carteles, excepto banderas nacionales de los países participantes y la bandera de la diversidad sexual. Eso significa que las banderas palestinas no estarán permitidas dentro de la sede del concurso en la Arena Malmö.
Los artistas han sentido presión política, y algunos dicen que han sido inundados con mensajes en las redes sociales instándolos a boicotear el evento.
“Me acusan, si no boicoteo Eurovisión, de ser cómplice del genocidio en Gaza”, dijo el concursante alemán, Isaak, en una entrevista publicada por la emisora ZDF. El artista dijo que no estaba de acuerdo.
“Nos reunimos para hacer música, y cuando empecemos a excluir a la gente categóricamente, seremos cada vez menos”, dijo. “En algún momento ya no habrá un evento”.
Una persona que sabe cómo puede chocar la unidad de Eurovisión con la amarga realidad es la cantante Manizha Sangin, que representó a Rusia en el concurso en 2021. El país fue expulsado al año siguiente por su invasión a Ucrania.
Manizha, que actúa bajo su nombre de pila, se pronunció en contra de la guerra. Como resultado, sus actuaciones fueron canceladas en Rusia y su música prohibida en espacios públicos. La cantante permanece en Rusia, pero le ha resultado casi imposible trabajar.
“La gente tiene miedo de trabajar conmigo aquí porque tienen miedo de tener consecuencias después, problemas después”, dijo.
A pesar de las dificultades, Manizha ha grabado un sencillo, “Candlelight”, que lanzará el miércoles como “un mensaje de esperanza”.
“La música no puede detener la guerra”, dijo. Pero “lo que la música puede hacer es inspirar a la gente”.
Manizha cree que Rusia volverá algún día al redil de Eurovisión, pero no será pronto.
“Tal vez la próxima generación”, dijo. “Pero por ahora, las relaciones son demasiado complicadas. Y eso me entristece, ya sabes, porque por eso la gente no se escucha entre sí. Porque estamos separados los unos de los otros. Y la cosa es que la música debe unir”.
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Lawless reportó desde Londres. Los periodistas de The Associated Press Stephen Graham en Berlín, Hilary Fox en Londres y Jan M. Olsen en Copenhague contribuyeron a este despacho.