Reseña: Una película de atracos se convierte en un asunto monstruoso en “Abigail”
Si alguna vez pensaste que a tus películas de atracos les vendría bien un poco más de vampiros chupasangre, quizá tenemos una película para ti.
“Abigail”, que presenta a una muerta viviente de 12 años con tutú, es mucho mejor de lo que parecería, un alegre juego que rompe géneros a través de charcos de sangre.
Los directores Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett y el productor Chad Villella, parte de Radio Silence Productions, han descifrado el código del terror moderno con éxitos como “Ready or Not” (“Noche de bodas”), “Scream” y “Scream VI”. No decepcionan con “Abigail”, incluso tal vez abriendo una nueva y sangrienta fuente de ingresos. (Atención a la escena de la llamada telefónica, un guiño a “Scream”).
“Abigail” comienza con una extraña variedad de mercenarios, interpretados por la veterana de “Scream” Melissa Barrera, el astro de “Downton Abbey” Dan Stevens, Kathryn Newton, Kevin Durand, William Catlett y el difunto Angus Cloud.
Los seis, que representan al musculoso, el francotirador, el experto en informática, el médico, etc., son contratados para secuestrar a una preadolescente rica (apodada “Tiny Dancer”) y retenerla para pedir un rescate. Las reglas son: Sin nombres. No hay historia de fondo. Todo lo que este grupo necesita hacer es detener al objetivo durante 24 horas hasta que el padre rico pague 50 millones de dólares en rescate.
¿Por qué se necesitan seis profesionales del hampa para capturar a una dulce preadolescente, que todavía usa su tutú? Eso es fácil: no todos van a sobrevivir para reclamar su parte de los 7 millones de dólares. Abigail (Alisha Weir, increíble, aléjate de mí, en serio) tiene algunas cosas ocultas.
“Lamento lo que les va a pasar”, les dice dulcemente Abigail a los secuestradores. De repente, la laberíntica finca en la que la tienen retenida se convierte en una prisión y el gato se vuelve ratón.
El guion escrito por Stephen Shields de “The Hole in the Ground” (“Bosque maldito”) y el colaborador habitual de Radio Silence, Guy Busick (“Ready or Not” y las películas de “Scream”), extrae alegremente humor en el horror. Reírse un momento después de que un cuerpo explota por completo es normal aquí.
“Todo esto es un viaje”, dice uno de los miembros de la pandilla. Hay que creerles. “Algo no cuadra”, dice otro. Créele a ese tipo también.
El ajo, la luz del sol, las estacas y los crucifijos se emplean para tratar de detener a Abigail, que ha secuestrado la película de atracos y la ha convertido en un thriller de correr por tu vida.
Barrera, originaria de Monterrey, México, había sido muy importante en la vida de la franquicia de “Scream”, y muestra por qué es tan buena en el terror: divertida, sarcástica, vulnerable, atlética, conmovedora y muy convincente con una estaca en la mano.
Stevens, quien dejó la aristocrática “Downton Abbey” por mejores papeles, puede preguntarse qué está haciendo aquí ahora, bañado en sangre luchando contra una vampira preadolescente, pero hace un trabajo admirable.
Pero es Weir en el papel principal quien se lleva las palmas, haciendo piruetas y saltos mientras persigue a los malos con “El lago de los cisnes” y sangre goteando por su garganta, dientes podridos y plumas en su cabello. “Me gusta jugar con mi comida”, dice.
¡Corre más rápido!
“Abigail”, un estreno de Universal Pictures que llega a los cines el viernes, tiene una clasificación R (que requiere que los menores de 17 años la vean acompañados de un padre o tutor) de la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (MPAA, según sus siglas en inglés) por fuerte violencia sangrienta, diálogos y uso de drogas. Duración: 110 minutos. Tres estrellas de cuatro.
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