CELAC cierra filas contra Ecuador por asalto a embajada mexicana y Venezuela retira sus diplomáticos
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Venezuela ordenó el martes el cierre de su embajada en Ecuador en lo que fue el pronunciamiento más contundente de apoyo a México de la cumbre virtual de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) celebrada el martes y donde hubo una condena generalizada a la vulneración de la sede diplomática mexicana en Quito.
“Venezuela apoya plenamente la propuesta de México para expulsar a Ecuador de la Organización de las Naciones Unidas hasta que se disculpe ante la comunidad internacional y restituya la situación a su estado legal original, debe ser restituido el exvicepresidente Jorge Glas a la embajada de México, reconocerle el asilo político”, afirmó el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, en su intervención.
México aspiraba a que la treintena de países que integran la CELAC se sumaran a la demanda que presentó contra Ecuador por la violenta irrupción de las fuerzas de seguridad ecuatorianas en su embajada el 5 de abril para detener a Glas, quien tiene dos condenas y una investigación abiertas por corrupción y recibió asilo de México un día antes de su detención.
El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, no participó en la cita de la CELAC. Su representante virtual fue la canciller Gabriela Sommerfeld. El gobierno ecuatoriano tampoco emitió reacciones inmediatas a la decisión y comentarios del mandatario venezolano.
Maduro reprochó a Noboa su ausencia. “Debió haber dado la cara hoy frente a toda América Latina y el Caribe”, le increpó. “Yo puedo decir desde Venezuela que se ha escondido y el pueblo de Ecuador lo debe de saber”.
Honduras, que ostenta la presidencia de la organización, llamó a consultas a su encargada de negocios en Ecuador y anunció el respaldo a todas las acciones de México, informó el martes por la tarde el canciller hondureño, Enrique Reina, en su cuenta oficial de X, antes Twitter.
Durante la cumbre, el presidente colombiano, Gustavo Petro, al igual que Maduro, calificó el allanamiento de la embajada mexicana como un acto de "barbarie”. Otros mandatarios como el brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, o el guatemalteco Bernardo Arévalo, se unieron a la condena de los hechos pero también instaron a que la CELAC trabaje para que México y Ecuador retomen el camino del diálogo.
La tensión entre ambos países comenzó dos días antes la irrupción en la sede diplomática con unas declaraciones del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, sobre las últimas elecciones de Ecuador, celebradas el pasado octubre y en las que ganó Noboa.
Tras los sucesos de la embajada, México rompió relaciones con Ecuador y denunció la semana pasada al país andino ante la Corte Internacional de Justicia por actos que supusieron una “flagrante transgresión a la inviolabilidad” de su sede y ataques físicos contra los diplomáticos, según se pudo constatar en videos del interior del edificio.
Además presentó una carta al secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, para denunciar el incidente. La comunidad internacional condenó y cuestionó ese allanamiento.
López Obrador dejó claro el martes ante sus homólogos que su petición es que se expulse temporalmente a Ecuador de la ONU en tanto no haya una disculpa y un reconocimiento a la vulneración de la soberanía mexicana. Además quiere que se defina un procedimiento a futuro en el sistema de Naciones Unidas por si una situación similar vuelve a repetirse.
“Agradecemos la solidaridad de la mayoría de los pueblos”, dijo durante su discurso.
El gobierno ecuatoriano ha defendido su actuación argumentando que no iba a permitir que hubiera “impunidad” y que Glas estaba refugiado en la embajada mexicana pese a tener en su contra procesos penales por delitos comunes.
La justicia ecuatoriana declaró el viernes que su detención en la embajada mexicana fue ilegal, pero dispuso que siguiera en prisión porque existe otra orden de privación de la libertad en su contra por otro caso pendiente. Permanece recluido en una prisión de máxima seguridad en Guayaquil.
“Estamos en el lado correcto de la historia”, aseguró Daniel Noboa en una entrevista con el canal australiano SBS divulgada el lunes en la que dijo no lamentar sus decisiones. “Si alguien entra en una embajada y atrapa a un criminal y los miembros de la embajada empiezan a golpear a los policías, ¿quién empezó la violencia?”.
Los mandatarios de Honduras, Colombia, Cuba, Brasil, Bolivia y Guatemala, entre otros, denunciaron lo ocurrido en la embajada mexicana en Quito y coincidieron al afirmar que no había precedentes.
“Nunca antes había ocurrido una situación de esta naturaleza, ni en los peores momentos de desunión y desencuentro registrados en América Latina y el Caribe, ni siquiera en los oscuros tiempos de las dictaduras militares de nuestro continente”, dijo el mandatario brasileño. “Es sencillamente inaceptable y no sólo afecta a México, nos afecta a todos”.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, apuntó que “aceptar o callar” ante lo ocurrido “sentaría un precedente muy grave y peligroso” y el guatemalteco Bernardo Arévalo instó a Ecuador a resarcir a México por los daños provocados.
En una entrevista a la televisión australiana difundida un día antes de la cumbre, Noboa dijo que “invitaría al presidente Obrador a comer un ceviche, podríamos comer unos tacos juntos y hablar” al ser preguntado sobre posibles vías de solución.
Maduro consideró el martes estos comentarios como “un acto de provocación” contra México y el derecho internacional y el propio López Obrador, justo antes de la cumbre, dejó claro que su estrategia ya estaba definida y era la Corte.
La embajada venezolana en Quito quedó cerrada al público desde media mañana, dejando afuera a una veintena de personas que esperaban atención.
De acuerdo con la cancillería de Ecuador, en el país hay entre 400.000 y 500.000 venezolanos, incluidos los regularizados. Grandes flujos migratorios de Venezuela han ingresado por decenas de pasos irregulares entre Colombia y Ecuador para evadir los controles migratorios.