Ecuador: Noboa reemplaza a la ministra de Energía por cortes de electricidad que afectan a negocios
QUITO (AP) — El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, reemplazó el martes a la ministra de Energía horas después de que las empresas eléctricas provinciales iniciaran racionamientos de energía eléctrica de hasta tres horas por día a causa de una sequía extendida y tras las denuncias de ciudadanos afectados por la interrupción sin avisar del servicio.
"Hemos iniciado una investigación por sabotaje”, aseguró Noboa en Guayaquil al pedir la renuncia de la ministra de Energía, Andrea Arrobo y declarar en emergencia el sector energético nacional. Arrobo fue reemplazada por el secretario de Obras Públicas, Roberto Luque.
La decisión llegó horas después de que el ministerio de Energía dispusiera el lunes cortes temporales para gestionar la demanda a nivel nacional y pidiera a la ciudadanía reducir el consumo “en esta semana crítica”, debido al déficit de producción energética derivado de una fuerte sequía y altas temperaturas que han reducido los caudales que abastecen las centrales hidroeléctricas de Ecuador.
La semana pasada, Arrobo había indicado que “los apagones como tal están descartados”. Sin embargo, los cortes llegaron a ciudades de 10 provincias del país, entre ellas, Quito, Guayaquil —en cuyos alrededores está el mayor asentamiento industrial del país— y en Cuenca y Manta, las cuatro más pobladas del país.
Las quejas de los ecuatorianos se difundieron desde el fin de semana por redes sociales ante los inesperados cortes de electricidad de varias horas. En algunos casos, ciudadanos afectados reclamaron por estar hasta ocho horas sin luz y porque el gobierno no lo informó con antelación. La rutina diaria de estudiantes y trabajadores, así como los negocios, servicios públicos y el tráfico vehicular fueron alterados.
“No podemos atender a la gente porque está oscuro, no hay como procesar el pago y por seguridad debo cerrar las puertas”, expresó Betty Morales, de 54 años, dependiente de un local de venta de ropa usada, por lo cual tenemos “cero ganancias y el local permanece cerrado”, señaló.
Ecuador afronta, además, una crisis de violencia e inseguridad desde hace dos años con el aumento de los crímenes violentos.
“Sin luz, los clientes no llegan, ni se puede facturar, los productos se dañan”, relató Karen Verdura, de 35 años y dueña de un restaurante en una de las avenidas más concurridas del norte capitalino, cuando los ecuatorianos afrontan otro día de racionamientos que, según lo comunicado por el gobierno, pueden extenderse hasta por tres horas.
A ello se suma los efectos de los cortes eléctricos en las calles. Los semáforos no funcionan y los ciudadanos deben arriesgarse al cruzar las avenidas más grandes. En otros puntos, hay policías que deben ingeniárselas para gobernar el tráfico de vehículos, en medios de conductores exasperados que con pitazos exigen moverse en las vías.
A finales del año pasado y hasta febrero, Ecuador impuso racionamientos de energía diarios programados que duraron varios meses como respuesta al déficit de producción de electricidad de sus centrales hidroeléctricas. Las autoridades decretaron el 23 de febrero el fin de los apagones.
En sus primeras declaraciones y tras una reunión de tres horas con otros altos funcionarios, el nuevo ministro de Energía advirtió que “no habrá soluciones fáciles a corto plazo” y explicó que los racionamientos “son el resultado de varios factores, entre ellos temas administrativos, climáticos, de planificación y de corrupción histórica”.
La ministra de Energía indicó la semana pasada que la decisión de Colombia de no vender energía eléctrica a Ecuador —como venía haciendo desde octubre pasado— a causa de la sequía en su propio territorio complicaba aún más la situación nacional. Ese país dejó de abastecer a Ecuador hace dos semanas.
“Siento mucho por el pueblo ecuatoriano que comience el racionamiento eléctrico en su país. Mi compromiso con el presidente Lasso fue proveer el servicio hasta que no se pusiera en peligro la misma estabilidad eléctrica de Colombia”, reconoció el presidente colombiano, Gustavo Petro, el martes en un mensaje en X, antes Twitter, sobre el fin del acuerdo al que llegó con el anterior mandatario ecuatoriano el año pasado ante el déficit energético de Ecuador.
De acuerdo con las autoridades, hasta el año pasado Ecuador contaba con una capacidad de producción de energía de 7.074 megavatios, un 73% corresponde a generación hidroeléctrica y el resto a centrales térmicas que funcionan con combustible y a generación solar o eólica, entre otras alternativas.
El consumo promedio del país es de poco más de 4.570 megavatios.
Entre las centrales que están con mínimos niveles de caudal están Mazar, Sopladora, Coca Codo y Paute, que producen cerca del 40% de la energía que requiere el país.
Noboa sostuvo el martes, que “en ciertas plantas eléctricas ha habido sabotaje, no vamos a permitir que esto pase”. Afirmó, sin dar detalles, que su administración ha presentado una denuncia ante la Fiscalía. A su vez, indicó que el gobierno tiene previsto pagar el 50% de las planillas eléctricas del mes de abril de todos los hogares ecuatorianos.
“Nos ha tocado hacer las cosas a la antigua (batir a mano, por ejemplo), o esperar hasta que llegue la luz”, aseguró Verduga, la dueña del restaurante capitalino, a The Associated Press en su negocio a media luz y en el que trabajan seis personas para ofrecer desayunos y almuerzos a más de 100 personas al día.
Locales de Quito ubicados en calles secundarias o las principales avenidas lucen cerrados, a media puerta o abiertos, pero todos sin clientes, durante los cortes de energía.
La venezolana Oriannis Arcano, de 29 años, dependiente de un local de venta de velas, manifestó que los racionamientos han impulsado la venta de cirios simples y algo de las decorativas, aunque reconoció que sin electricidad las ventas se obstaculizan porque “la mayoría de la gente paga con tarjetas” de débito o de crédito.
Entre tanto, las autoridades esperan que un aumento de lluvias que podrían reactivar la generación de energía en las principales centrales hidroeléctricas.