Nuevo gobierno de Portugal encara desafío planteado por partido derechista radical
LISBOA (AP) — El nuevo gobierno minoritario de centroderecha de Portugal asumió funciones el martes, días después de que su primera prueba parlamentaria expuso tanto los riesgos como las oportunidades que enfrenta tras el auge de un partido populista radical en las recientes elecciones.
Solo uno de los 17 ministros que fueron juramentados en la ceremonia en el Palacio Nacional Ajuda de Lisboa —un edificio que data del siglo XIX— ha tenido experiencia gubernamental. Incluso el primer ministro Luis Montenegro, quien prometió un gabinete de expertos libres de los acostumbrados vínculos políticos, nunca ha servido en un gobierno.
Algunos miembros clave del gabinete han pasado tiempo en Bruselas y conocen los corredores del poder en la Unión Europea. Entre ellos están el ministro de Exteriores, Paulo Rangel, y el ministro de Defensa, Nuno Melo, en el Parlamento Europeo desde 2009. Portugal, un país de 10,3 millones de personas, está recibiendo más de 22.000 millones de euros (23.600 millones de dólares) de la UE hasta fines de 2026 para estimular el crecimiento y fomentar reformas económicas.
El ministro de Hacienda, Joaquim Miranda Sarmento, un profesor universitario de Lisboa, probablemente tendrá un rol prominente, ya que la nueva administración busca limitar lo que en el pasado ha sido un gasto público excesivo. El ministro desea que las políticas fiscales estimulen la inversión y los ahorros.
Montenegro, el nuevo primer ministro, prometió cumplir sus promesas electorales de reducir los impuestos, aumentar los sueldos y las pensiones y mejorar los servicios públicos haciendo la economía más competitiva y el gobierno más eficiente.
El gobierno reducirá el impuesto corporativo de 21% a 15% en los próximos tres años, aseguró Montenegro en su discurso.
Una alianza encabezada por el Partido Socialdemócrata ganó las elecciones del mes pasado por estrecho margen, obteniendo 80 de los 230 escaños de la Asamblea Nacional, el Parlamento.
El Partido Socialista, que durante décadas se alternó en el poder con los socialdemócratas, obtuvo 78 escaños.
Un nuevo factor está incidiendo en la incertidumbre en torno al futuro del nuevo gobierno: el partido populista Chega (Basta) obtuvo 50 escaños parlamentarios, en comparación con apenas 12 en 2022, prometiendo acabar con lo que califica de la política tradicional del establishment.
A consecuencia de ello, la elección para el titular del Parlamento la semana pasada trajo un problema sin precedente, pero también una solución sin precedente.
Chega cumplió su promesa de trastocar la vieja manera de hacer las cosas, bloqueando el candidato que propuso el nuevo gobierno para titular del Parlamento y asestándole una embarazosa derrota a Montenegro, el nuevo primer ministro y líder del Partido Socialdemócrata.
El líder de Chega, Andre Ventura, quiere que los socialdemócratas se unan a su partido en una alianza parlamentaria centroderechista, lo que crearía una mayoría y colocaría a Chega en el centro del poder. Pero Montenegro hasta ahora se ha negado.
En vez de ello, Montenegro dejó aislado a Chega y llegó a un acuerdo con los socialistas, tradicionalmente rivales de su partido, para que cada partido nombre un jefe de Parlamento y que cada uno sirva dos años.