La patria de los sospechosos de la masacre en Rusia vive con pobreza y tensiones religiosas
TALLIN, Estonia (AP) — Los cuatro hombres acusados de la masacre en una sala de conciertos de Moscú han sido identificados por las autoridades como ciudadanos de Tayikistán, algunos de los miles que migran a Rusia cada año desde la más pobre de las antiguas repúblicas soviéticas para ganarse la vida a duras penas.
Además de pobreza extrema, en Tayikistán abundan las tensiones religiosas. Islamistas de línea dura fueron una de las principales fuerzas que se opusieron al gobierno en una guerra civil de la década de 1990 que devastó el país. Los milicianos que se adjudicaron la responsabilidad por la masacre en Moscú en la que murieron 139 personas —una rama del grupo Estado Islámico en el vecino Afganistán— presuntamente reclutan a muchas personas de Tayikistán.
Los cuatros sospechosos que fueron encausados en un tribunal de Moscú el domingo por la noche por cargos de terrorismo parecían haber sido golpeados o lesionados durante su detención. Uno fue llevado en camilla e iba vestido con ropa de hospital.
El presidente ruso Vladímir Putin describió el lunes a los sospechosos como “islamistas radicales”, y repitió su acusación de que Ucrania podría haber desempeñado un papel en el ataque. Kiev lo ha negado tajantemente.
A continuación presentamos un vistazo a las personas, grupos milicianos e historia política vinculada con el ataque en Moscú:
El acusado de mayor edad es Dalerdzhon Mirzoyev, de 32 años, que podría haber estado viviendo en Rusia ilegalmente. Fue mostrado sentado en una celda de cristal en el tribunal, con un ojo morado y el rostro hinchado.
Presuntamente Mirzoyev había obtenido un permiso de residencia de tres meses en la ciudad de Novosibirsk, pero había expirado. En un video de su interrogatorio que fue compartido en redes sociales, supuestamente dice que recientemente estuvo viviendo en un hostal de Moscú con otro de los sospechosos. La corte indicó que está casado y tiene cuatro hijos, pero se desconoce si cuenta con un empleo.
Saidakrami Murodali Rachabalizoda, de 30 años, aparentemente está desempleado. Registrado como residente de Rusia, no podía recordar en qué ciudad, según reportes noticiosos rusos. Cuando se presentó en el tribunal tenía la cabeza vendada torpemente después de que presuntamente funcionarios rusos le cortaron una oreja.
Shamsidin Fariduni, de 25 años, aparentemente llevaba la vida más estable de los cuatro sospechosos. Estaba registrado en Krasnogorsk, el suburbio de Moscú en el que se perpetró la masacre, y trabajaba en una fábrica de pisos. Presuntamente les dijo a los que lo interrogaron que le habían ofrecido 500.000 rublos (aproximadamente 5.425 dólares) para efectuar el ataque, el equivalente al salario mínimo promedio de unos 2 años y medio en Tayikistán.
Mukhammadsobir Fayzov, de 19 años, fue trasladado al tribunal sobre una camilla, con un catéter conectado y un ojo lesionado o sin él, y ocasionalmente parecía quedar inconsciente. Había trabajado como aprendiz en una estética en la ciudad de Ivanovo, famosa por su industria textil, pero según reportes dejó ese empleo en noviembre.
Se calcula que hasta 1,5 millones de migrantes tayikos se encuentran en Rusia tras huir de la pobreza y el desempleo que azotan su país montañoso y sin costas. Tayikistán cuenta con diversos recursos minerales, pero la industria para su extracción se ha desarrollado con lentitud debido al retraso en la inversión extranjera y a la carencia de información geológica, entre otros factores.
Aunque sus casi 10 millones de habitantes son musulmanes en su gran mayoría, suele haber tensiones relacionadas con el islam.
Los islamistas fueron una oposición crucial durante una guerra civil de 1992 a 1997 que desvató la economía y en la que el gobierno mató a casi 150.000 personas. Cuando el conflicto terminó, el presidente tayiko Emomali Rahmon tomó medidas para restringir severamente la libertad religiosa.
El gobierno limitó cuántas mezquitas podían construirse, prohibió que las mujeres y los menores de 18 años acudieran a las mezquitas, y prohibió la instrucción religiosa fuera del hogar para los niños. Los críticos dicen que dichos límites alentaron a la gente a recurrir a facciones musulmanas radicales y clandestinas vía internet.
Tayikistán no ha efectuado ninguna declaración oficial sobre el arresto de los cuatro sospechosos de cometer el ataque. Pero Rahmon le dijo a Putin en una llamada telefónica que los “terroristas no tienen nacionalidad, patria ni religión”, según lo citó el servicio de prensa del gobierno tayiko.
La mayor parte de los ataques vinculados a extremistas islámicos que afectaron a Rusia en los últimos 25 años fueron cometidos por separatistas chechenos, tal como la toma de una escuela de la localidad de Beslán en 2004 —en la que más de 300 personas fueron asesinadas—, o fueron adjudicados a ellos, como los atentados en edificios de apartamentos en 1999 que desataron la segunda guerra entre Rusia y Chechenia.
Pero los ataques que comenzaron en 2015 los reivindicó el grupo Estado Islámico, o le fueron atribuidos. El grupo se oponía a la intervención rusa en Siria, donde Moscú procuraba inclinar la balanza a favor de las fuerzas del presidente Bashar Assad.
El gobierno estadounidense ha dicho que cuenta con datos de inteligencia que confirman que el EI es el responsable del ataque del fin de semana en la capital rusa.
Después de que el EI declaró un califato en amplias partes de Siria e Irak en junio de 2014, miles de hombres y mujeres de diversas partes del mundo acudieron para unirse al grupo extremista. Entre ellos había miles que provenían de la antigua Unión Soviética, entre ellos cientos de Tayikistán.
Uno de los personajes más destacados en unirse al EI fue Gulmurod Jalimov, quien era un oficial en las fuerzas especiales de Tayikistán antes de desertar e integrarse al EI en Siria en 2015. En 2017, las fuerzas armadas rusas dijeron que Jalimov murió en un bombardeo ruso sobre Siria.
El EI se adjudicó la responsabilidad por la explosión en un avión comercial ruso que llevaba a turistas de vuelta a casa desde la localidad turística egipcia de Sharm el Sheij. Dos años después, dijo estar detrás del atentado suicida en un tren del metro de San Petersburgo en el que murieron 15 personas.
Dos semanas antes de la masacre en el teatro de Moscú, funcionarios rusos dijeron que habían exterminado a los integrantes de una célula del EI que planeaba atacar una sinagoga. En el mismo mes, reportaron haber matado a seis combatientes del EI en la región de Ingusetia, adyacente a Chechenia.
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Bassem Mroue contribuyó a este despacho desde Beirut.