La centroderecha portuguesa gana las elecciones, pero populistas en auge quieren voz en el gobierno
LISBOA (AP) — Una alianza de centroderecha liderada por el Partido Socialdemócrata ha ganado las elecciones generales portuguesas por un estrecho margen y va camino de formar un gobierno en minoría que podría enfrentar una difícil legislatura, mientras un partido populista de derecha radical que fue el tercero más votado intenta llegar a los resortes del poder.
Los resultados publicados el miércoles por la noche tras contabilizar los votos del extranjero para decidir los últimos cuatro escaños dieron a la Alianza Democrática una cifra final de 80 parlamentarios en la Asamblea Nacional de 230 puestos tras los comicios del 10 de marzo.
El Partido Socialista, de centroizquierda, fue segundo con 78 escaños y ha dicho que no se interpondrá en los esfuerzos de la Alianza Democrática para formar un gobierno en minoría en una votación parlamentaria.
La formación de derecha dura Chega (Basta) logró 50 escaños, un crecimiento vertiginoso en comparación con los 12 de las elecciones de 2022 que trastoca la política tradicional en Portugal, donde los socialdemócratas y los socialistas llevan décadas alternándose en el poder.
El líder de Chega, Andre Ventura, reclama que los socialdemócratas incluyan la voz del partido en el gobierno del país, ya sea concediéndole puestos del gobierno o con una alianza parlamentaria.
Los resultados oficiales definitivos se certificarán el viernes. Por ley, los partidos tienen 48 horas para presentar impugnaciones legales a los resultados.
Como jefe del Estado, el presidente, Marcelo Rebelo de Sousa, invitó a Luis Montenegro, líder de la Alianza Democrática y del Partido Socialdemócrata, a formar un gobierno en una reunión celebrada después de la medianoche.
Montenegro y su gobierno asumirían el puesto el 2 de abril. El gobierno presentará entonces su proyecto político al parlamento, donde otros partidos pueden presentar una moción de censura. Si esa moción tuviera éxito, se invitará a otro líder político a intentar formar gobierno o se celebrarán nuevas elecciones.
Por ahora, Montenegro ha descartado cualquier acuerdo con los populistas, que defienden muchas propuestas rechazadas por gran parte de los portugueses. Pero podría verse obligado por las circunstancias porque su gobierno en minoría no podrá aprobar leyes por su cuenta.
Ventura, el líder populista, ha amenazado con complicar la vida al nuevo gobierno en votaciones clave, como el presupuesto estatal, a menos que Montenegro acepte sus exigencias.
Ventura ha hecho causa común con otros partidos de derecha radical en Europa. Ha tendido lazos con Matteo Salvini, vice primer ministro italiano y líder del partido de derecha populista Liga, así como con la líder de ultraderecha francesa Marine Le Pen y con Santiago Abascal, líder de la formación de ultraderecha española Vox en la vecina España.
El líder de Chega afirma estar dispuesto a renunciar a algunas de las propuestas más controversiales de su partido, como la castración química para delincuentes sexuales y la introducción de cadenas perpetuas, si eso le abre la puerta al poder.
Una serie de escándalos recientes de corrupción salpicó a los socialistas y los socialdemócratas, y Chega basó su campaña en la lucha contra la corrupción.
Los salarios bajos y el alto coste de la vida —empeorado el año pasado por aumentos de la inflación y las tasas de interés— así como una crisis de vivienda y los problemas del sistema de salud pública contribuyeron al clima de desencanto hacia los partidos tradicionales.