Carles Puigdemont dice que volverá a España si es restituido como presidente de Cataluña
BARCELONA (AP) — El expresidente de la región española de Cataluña Carles Puigdemont, quien huyó del país luego de un fallido intento de secesión hace seis años, anunció el jueves que regresará a España si tiene una oportunidad viable de ser restituido como mandatario regional tras las próximas elecciones.
Puigdemont, de 61 años de edad, huyó a Bélgica luego de encabezar el intento de secesión de 2017 que rápidamente colapsó y aún es requerido por las autoridades en España. Un polémico proyecto de ley de amnistía, elaborado por el gobierno de izquierda español para exculparlo a él y a otros cientos de partidarios de la independencia de Cataluña, avanza lentamente en el Parlamento nacional.
“Me postularé en las próximas elecciones al Parlamento catalán... ahora que tengo la oportunidad de restaurar mi presidencia”, dijo Puigdemont en un mitin celebrado en Elna, Francia, cerca de la frontera con España. “Hoy comienza la cuenta regresiva de mi retorno”.
Al parecer, Puigdemont hará campaña desde el extranjero a favor de su partido para las elecciones regionales del 12 de mayo, que fueron convocadas por el presidente regional catalán Pere Aragonès, rival político de Puigdemont dentro del bando separatista, después de que éste no lograra la aprobación de un presupuesto regional la semana pasada.
Sin embargo, no está claro si Puigdemont podrá evitar los problemas legales cuando regrese a suelo español, y necesitará estar físicamente en Barcelona para poder convertirse en el presidente de la región. Puigdemont admitió que seguirá existiendo el riesgo de que, en sus palabras, un “juez se pueda rebelar” y tratar de enjuiciarlo incluso si el proyecto de ley de amnistía entra en vigor.
Puigdemont ha seguido con su carrera política como un autodenominado exiliado político de Waterloo. Ganó un escaño en el Parlamento Europeo en 2019 y mantuvo el liderazgo del partido Junts per Catalunya (Juntos por Cataluña), conocido como Junts, mientras cultivaba un estatus casi de culto como figura del movimiento en el exilio.
Pareció haber perdido algo de relevancia hasta unas elecciones nacionales inconclusas en España celebradas en julio, que dejaron a su partido Junts y al de Aragonès con mucho poder. Lograron una amnistía para cientos de separatistas catalanes en problemas judiciales a cambio de permitir que el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, formara un nuevo gobierno.
La amnistía ha recibido la aprobación inicial del Congreso de los Diputados de España, pero es probable que sea rechazada por el Senado y que la cámara baja no la convierta en ley hasta mediados o finales de mayo. Los conservadores españoles se oponen a la amnistía y han organizado varias protestas contra ella.
Se ha emitido una orden de detención contra Puigdemont por cargos de malversación de fondos públicos durante el intento de secesión de 2017. Y en los últimos meses otro juez de instrucción ha abierto una investigación que examina la posibilidad de que Puigdemont fuera el líder de un oscuro grupo basado en internet llamado Tsunami Democratic que organizó protestas en Barcelona y otras partes de Cataluña que se tornaron violentas en 2019.
“Creo que es un panorama muy endiablado” para el señor Puigdemont, comentó Mario Pereira, profesor de derecho en la Universidad de Navarra, a The Associated Press.
“El jaque mate de él es la causa Tsunami Democratic”, dijo. Debido a que se trata de una pesquisa por terrorismo y Puigdemont tiene antecedentes de riesgo de fuga, podría ser puesto en prisión preventiva, quizá durante meses, si regresa a España, señaló Pereira.
Puigdemont también tiene mucho trabajo por delante para conseguir el respaldo de una mayoría de legisladores para formar un nuevo gobierno regional en Barcelona.
Hizo campaña con éxito para Junts desde Bélgica en unas elecciones en 2017 semanas después de huir, ayudando a un miembro de su partido a ser nombrado entonces presidente regional. Pero en las elecciones de 2021, la Izquierda Republicana de Cataluña derrotó a Junts y tomó el poder, y Junts tuvo malos resultados en las elecciones nacionales de julio.
Las encuestas muestran a Junts por detrás tanto del Partido Socialista Obrero Español, al que pertenece Sánchez, como de la Izquierda Republicana de Cataluña, al que pertenece Aragonès. Sin embargo, los observadores políticos esperan que Puigdemont atraiga algunos votos de Izquierda Republicana de Cataluña hacia Junts, y quizás también impulse el voto para el PSOE y para los conservadores entre los catalanes que temen su regreso al poder. Puigdemont mantiene su objetivo de crear un nuevo Estado en el noreste de España.
“El partido de Junts sigue teniendo una característica de corte carismático con su electorado”, dijo Lluís Orriols, profesor de ciencias políticas de la Universidad Carlos III de Madrid, a la AP. “Carles Puigdemont todavía goza de la épica del líder que fue al exilio”, añadió.
Las prioridades de los catalanes también han cambiado. Una sequía récord es la principal preocupación, de acuerdo con la encuesta más reciente de la oficina de opinión pública de Cataluña. La encuesta mostró que el 51% de los catalanes se oponen a la independencia de la región, mientras que el 42% están a favor de ella. Cuando Puigdemont se fue en 2017, era de 49% a favor de la independencia y 43% en contra.