La región rusa de Bélgorod vuelve a ser atacada por Ucrania, pero ¿por qué es un objetivo constante?
La región rusa de Bélgorod ha sido blanco de ataques cada vez más constantes este mes mientras la invasión emprendida por Moscú entra en su tercer año.
Esta es un vistazo a la región y a su función en la guerra:
Esta región de bosques, tierras de labranza y colinas tiene una frontera de 540 kilómetros (335 millas) con el extremo nororiental de Ucrania. Tiene un área de 27.000 kilómetros cuadrados (cerca de 10.500 millas cuadradas), y una población de alrededor de 1,5 millones.
Alberga cerca de 40% de todo el mineral de hierro de Rusia, así como otros minerales, y es sede de varias importantes empresas industriales y granjas.
La ciudad de Bélgorod, la capital provincial con una población de cerca de 340.000 personas, se encuentra a tan sólo 40 kilómetros (25 millas) al este de la frontera, lo que la convierte en un blanco fácil para la artillería ucraniana.
La región fue uno de los puestos de avanzada de la invasión rusa, que comenzó en febrero de 2022. Ha sido blanco de ataques periódicos por parte de Ucrania desde que las fuerzas rusas se retiraron ahí desde el noreste de Ucrania a inicios de la guerra, en lo más intenso de la contraofensiva de Kiev.
Un ataque contra la ciudad de Bélgorod, realizado el 30 de diciembre, marcó una sangrienta escalada. Se disparó una andanada de cohetes durante un fin de semana feriado mientras los residentes celebraban el Año Nuevo. Las autoridades señalaron que 25 personas murieron, entre ellas cinco niños, y que más de 100 resultaron heridas.
La masacre también obligó a las autoridades a cancelar las celebraciones de la fiesta ortodoxa de la Epifanía el 19 de enero.
Desde entonces, los ataques periódicos con cohetes y drones han continuado. El área puede ser atacada con armas relativamente simples y móviles, como lanzacohetes, desde el lado ucraniano.
Las aldeas fronterizas han enfrentado repetidas incursiones apoyadas con tanques, vehículos blindados de infantería y otras armas pesadas. Rusia afirmó haber repelido los ataques e infligido grandes pérdidas.
Los repetidos ataques ucranianos han asestado un duro golpe a los intentos del presidente Vladímir Putin de tranquilizar a los rusos diciéndoles que su vida diaria prácticamente no ha sido afectada por la guerra.
Las aldeas fronterizas de Rusia en la región han sido atacadas esporádicamente durante la guerra por fuego de artillería, cohetes, morteros y drones ucranianos, lanzados desde densos bosques donde son difíciles de detectar.
El bombardeo y las incursiones transfronterizas ocurren en un momento en que Putin ha consolidado su control del poder por otros seis años, en una elección en gran medida orquestada, que se realizó este mes tras una serie de amplias medidas represivas contra la disidencia.
Putin dice que los ataques son un intento de asustar a los residentes. “Estoy seguro de que nuestro pueblo, el pueblo de Rusia, responderá a eso con una cohesión aún mayor”, afirmó la semana pasada.
Prometió que los ataques transfronterizos de Ucrania “no quedarán impunes”, manifestando su ira particularmente contra los rusos partidarios de Kiev que se unieron a las tropas ucranianas en las incursiones, describiéndolos como traidores que enfrentarán una muerte inminente.
Tras el ataque del fin de semana de Año Nuevo, las autoridades ampliaron una red de refugios en Bélgorod y reforzaron las paradas de autobuses con bloques de concreto y sacos de arena. El gobierno regional también proporcionó asistencia a quienes querían salir temporalmente de la ciudad y de otras áreas fronterizas.
El gobernador de Bélgorod, Vyacheslav Gladkov, ordenó esta semana la evacuación de 9.000 niños de la región y el cierre de las escuelas hasta el viernes en la capital provincial y en otras áreas cerca de la frontera. Las universidades del área adoptarán la educación remota, y los clubes e instituciones culturales y deportivas se mantendrán cerrados.
Se establecieron puntos de revisión del ejército para controlar la entrada a seis aldeas fronterizas.
Las autoridades ucranianas no suelen comentar sobre los ataques contra el interior de Rusia, pero destacan el derecho de Kiev a usar todos los medios para contrarrestar la agresión de Moscú.
El ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, dijo el martes que cualquier acción militar en ese lugar ha sido “la consecuencia directa de la agresión ilegal y no provocada de Rusia contra Ucrania”.