Putin extiende su mandato en Rusia tras la peor represión desde la era soviética
Tras extender su mandato en Rusia en una elección aplastante cuyo resultado nunca estuvo en duda, el presidente Vladímir Putin señaló el lunes que las tropas rusas seguirán adentrándose en Ucrania y planteó nuevas amenazas contra Occidente.
Después de la represión más dura contra la disidencia desde la época soviética, quedó claro desde los primeros resultados que el gobierno de casi un cuarto de siglo de Putin continuará con un quinto mandato que le otorgará seis años más. Aún así, los rusos atendieron un llamado a protestar por la represión de Putin y su guerra en Ucrania al presentarse en los colegios electorales al mediodía del domingo.
Con todos los distritos electorales contados el lunes, las autoridades electorales informaron que Putin había obtenido un número récord de votos, subrayando el control total del presidente ruso sobre el sistema político del país. Mandatarios de Occidente denunciaron las elecciones como una farsa.
Putin gobierna Rusia como presidente o primer ministro desde diciembre de 1999, un mandato marcado por la agresión militar en el extranjero y una creciente intolerancia por la disidencia. Al final de su quinto mandato, Putin será el gobernante ruso con más años de servicio desde Catalina la Grande, que gobernó durante el siglo XVIII.
Envalentonado por su amplia victoria, Putin dijo que planea crear una zona de amortiguamiento en Ucrania para proteger a Rusia de bombardeos y ataques transfronterizos. Cuando se le preguntó si podría estallar un choque abierto entre Rusia y la OTAN, Putin respondió secamente diciendo: “Todo es posible en el mundo de hoy”, y agregó: “Está claro para todos que esto nos pondrá a un paso de una Tercera Guerra Mundial a toda escala”.
Las autoridades rusas afirmaron que reclutaron a más de 500.000 voluntarios para el ejército el año pasado, pero muchos esperan que Putin movilice más fuerzas para intentar avanzar más profundamente en Ucrania.
Putin calificó su abrumadora victoria en los resultados preliminares como un indicio de “confianza” y “esperanza” en él, mientras que los críticos vieron otra muestra de la naturaleza predeterminada de los comicios.
Toda crítica pública a Putin o su guerra en Ucrania se ha visto sofocada. Los medios independientes han sido asfixiados. Su mayor enemigo político, Alexei Navalny, murió en una prisión en el Ártico el mes pasado y otros detractores se encuentran encarcelados o en el exilio.
Más allá del hecho de que los votantes prácticamente no tenían otra opción, los observadores electorales independientes se vieron muy limitados.
La Comisión Electoral Central rusa indicó el lunes que con el 100% de las circunscripciones contadas, Putin obtuvo 87% de los votos. Casi 76 millones de votantes apoyaron a Putin, su mejor resultado histórico, según la jefa de la comisión, Ella Pamfilova.
El mandatario norcoreano Kim Jong Un, los presidentes de China, Honduras, Nicaragua y Venezuela y el primer ministro de India felicitaron con rapidez a Putin por su victoria, al igual que los líderes de las antiguas naciones soviéticas de Tayikistán y Uzbekistán, en Asia central. Occidente tachó la votación de farsa.
El secretario británico de Relaciones Exteriores, David Cameron, escribió en la red social X: “Así no son las elecciones libres e imparciales”.
El presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy criticó duramente las elecciones y la votación en regiones de su país que Rusia ha anexado ilegalmente, diciendo que “todo lo que Rusia hace en el territorio ocupado de Ucrania es un crimen”.
Alemania criticó duramente la votación y la portavoz del canciller Olaf Scholz, Christina Hoffmann, afirmó que “en nuestra opinión, no fueron unas elecciones democráticas”.
En un ambiente electoral sumamente controlado, los allegados de Navalny instaron a aquellos descontentos con Putin o con la guerra a protestar acudiendo a las urnas el domingo al mediodía, y las filas frente a varios centros de votación, tanto en Rusia como en sus embajadas en todo el mundo, parecieron aumentar en ese momento.
Entre los que atendieron el llamado se encontraba Yulia Navalnaya, la viuda de Navalny, quien pasó más de cinco horas en la larga fila en la embajada rusa en Berlín. Dijo a los periodistas que escribió el nombre de su difunto esposo en la boleta.
Cuando se le preguntó si tenía un mensaje para Putin, Navalnaya respondió: “Por favor, dejen de pedir mensajes míos o de alguien para el señor Putin. No podría haber negociaciones ni nada con el señor Putin, porque es un asesino, es un gánster”.
Pero Putin hizo caso omiso de la efectividad de la aparente protesta.
“Hubo exhortaciones para acudir a votar al mediodía. Y se suponía que esto sería una manifestación de la oposición. Bueno, sí hubo llamados para acudir a votar, entonces... yo lo elogio”, declaró en su conferencia de prensa tras el cierre de casillas.
Rechazó las críticas occidentales a los comicios y trató de volver los argumentos de Occidente en su contra al afirmar que los cuatro procesos penales contra el candidato republicano Donald Trump suponían una instrumentalización de la judicatura con fines políticos, además de describir el declive democrático en Estados Unidos como una “catástrofe”. “Todo el mundo se ríe de ello”, afirmó.
Algunos rusos que aguardaban para votar en Moscú y San Petersburgo dijeron a The Associated Press que estaban participando en la protesta, pero no fue posible confirmar si todos los que estaban en la fila lo estaban haciendo.
Algunas personas dijeron a la AP que estaban felices de votar por Putin, algo que no sorprende en un país en el que la prensa independiente ha sido sofocada, la televisión estatal transmite en todo momento elogios al presidente ruso y expresar cualquier otra opinión resulta arriesgado.
Dmitry Sergienko, que sufragó en Moscú, dijo: “Estoy contento con todo y quiero que todo continúe como está ahora”.
La votación se llevó a cabo durante tres días en las casillas electorales de las 11 zonas horarias del vasto país, en regiones anexadas ilegalmente de Ucrania y en línea.
Varias personas fueron arrestadas, algunas de ellas en Moscú y San Petersburgo, después que intentaron generar incendios o detonar explosivos en las casillas electorales, y otras fueron detenidas por arrojar antiséptico verde o tinta en las urnas.