Allanan armerías en Perú, de donde se sospecha que salió arma usada para matar candidato de Ecuador
LIMA (AP) — La fiscalía peruana allanó el miércoles tres armerías en Lima y detuvo a 17 personas que adquirían armas legalmente y luego las vendían de forma clandestina, incluyendo la que se sospecha que se usó en el asesinato del candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio.
“Se tiene información del gobierno ecuatoriano” que 50 de las armas compradas por este grupo criminal peruano llegaron de forma ilegal a Ecuador y una de esas armas fue utilizada en el asesinato de Villavicencio el 9 de agosto en Quito, dijo a periodistas Jorge Chávez, jefe de las fiscalías contra el crimen organizado.
Las armas, que se importaban legalmente y luego salían del radar, eran pistolas de nueve milímetros o carabinas largas usadas para cazar. Se ha demostrado que luego han sido usadas en “fines delictivos”, dijo Chávez.
En febrero, la policía peruana admitió que había recibido información de Ecuador e investigaba quién había vendido una de las armas, una carabina AR15, que se usó en el asesinato de Villavicencio.
Ese tipo de armamento se vende en Perú legalmente, basta con tener autorización de las autoridades, según información oficial.
La fiscalía, junto a un grupo policial de investigaciones de alta complejidad y agentes estadounidenses de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI, por sus siglas en inglés), ingresó a varias direcciones en Lima y en otras ciudades de Perú, incluyendo uno en la región Tumbes, fronteriza con Ecuador, donde se detuvieron a varios implicados.
Estarán privados de su libertad por 15 días mientras son investigados por crimen organizado.
Según la hipótesis de la fiscalía peruana, las tres armerías implicadas compraban armas provenientes de Estados Unidos y Turquía, pero en Perú parte de ellas se vendían a prestanombres, personas, usualmente pobres, que a cambio de dinero compraban de forma ficticia una gran cantidad de armas y luego las reportaban como robadas o perdidas.
El fiscal Chávez indicó que, por ejemplo, uno de los detenidos que trabajaba usualmente como taxista compró 17 armas, que después reportó como extraviadas con la justificación de que se le perdieron cuando fue sorprendido por un alud de barro y piedras en una zona de Perú.