El cambio climático, punto de disputa de Biden y Trump, es un factor divisorio en otras contiendas
RALEIGH, Carolina del Norte, EE.UU. (AP) — La contienda por la Casa Blanca no es la única donde hay mucho en juego con respecto a la política climática. En las campañas por el Congreso y por gubernaturas en todo el país, los candidatos también hablan sobre qué tan ecológica debería ser la red de suministro de energía.
Los votantes sienten cada vez más el impacto del cambio climático tras experimentar el clima extremo del verano pasado. En el debate sobre cómo responder a un mundo cada vez más cálido, los republicanos promueven una estrategia energética de querer hacerlo todo. Justifican mantener los combustibles fósiles en la combinación para generar beneficios económicos y garantizar la seguridad, la confiabilidad y la independencia energética. El expresidente Donald Trump ha dicho que tratará de dar marcha atrás a las inversiones del presidente Joe Biden en energías limpias y ampliar la perforación de pozos petroleros si vuelve a asumir el cargo.
Encabezados por Biden, los demócratas hablan sobre la crisis climática como una amenaza existencial. Muchos de ellos tratan de adoptar las energías eólica, solar y otras fuentes renovables mientras abandonan paulatinamente los combustibles fósiles que fomentan el calentamiento global. Algunos demócratas de distritos productores de petróleo y gas caminan en la cuerda floja: por un lado su partido se aleja de los combustibles fósiles, pero por otro, sus comunidades dependen de esa industria.
El año pasado, Estados Unidos adoptó recursos energéticos limpios, almacenamiento de energía, vehículos eléctricos y tecnologías emergentes como el hidrógeno y la captura y almacenamiento de carbono en niveles récord, de acuerdo con BloombergNEF y el Consejo de Negocios por la Energía Sostenible.
La transición a las energías limpias es imparable, pero podría ser ralentizada en gran medida por políticos poco dispuestos, señaló Shannon Baker-Branstetter, directora senior de política interior de clima y energía del Centro para el Progreso de Estados Unidos, un grupo de analistas de corte liberal.
“Lo que realmente está en juego ahora es el ritmo”, señalan.
Estados Unidos es el segundo mayor emisor de dióxido de carbono, después de China. La ONU ha dicho que los países deben recortar sus emisiones para el final de la década para tener alguna esperanza de limitar el calentamiento global a la meta de 1,5 grados Celsius (2,7 grados Fahrenheit) desde la época preindustrial, adoptada en el acuerdo climático de París de 2015. Biden desea reducir las emisiones de Estados Unidos a cerca de la mitad para 2030, en comparación con los niveles de 2005.
La acción del Estado es indispensable para lograrlo, indicó Baker-Branstetter.
En Carolina del Norte, el gobernador demócrata Roy Cooper ha trabajado en una manera bipartidista para disminuir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero de las centrales eléctricas de ese estado y atraer inversiones de la industria de los vehículos eléctricos. Dado que Cooper está limitado por la duración de su mandato, el procurador general Josh Stein busca mantener el puesto en manos demócratas siguiendo el ejemplo de Cooper.
Stein desea que el estado adopte la transición a las energías limpias para reducir las emisiones y generar empleos. También quiere que la principal empresa de servicio público elimine las plantas que utilizan carbón antes de lo planeado e invierta más en energías renovables.
El vicegobernador republicano Mark Robinson desea continuar con el desarrollo de los combustibles fósiles.
Robinson piensa que la presión del presidente Joe Biden para eliminar los combustibles fósiles es un fracaso, culpa a los demócratas por los altos precios de la energía y apoya a la energía nuclear como una energía limpia, señaló su equipo de campaña. Robinson dijo ante el público de una iglesia en 2023 que el cambio climático se debe a las estaciones, y que la ciencia climática se basa en “pseudociencia, ciencia basura”. Trump ha apoyado a Robinson.
Demócratas y republicanos compiten intensamente por otra gubernatura abierta en el estado de Washington.
El gobernador demócrata Jay Inslee no busca un cuarto periodo tras hacer de la acción climática la pieza central de su mandato y de su búsqueda por la candidatura presidencial en 2020. Al igual que en Carolina del Norte, un procurador general demócrata — Bob Ferguson — promete hacer más de lo mismo y al mismo tiempo hacer crecer la economía.
Ferguson dijo que su objetivo es convertir a Washington en un líder global de la energía limpia y renovable y la fabricación.
El republicano Dave Reichert, excongresista que busca la gubernatura, también dijo que Washington debería ser un estado líder, pero no a expensas de las familias trabajadoras que no pueden pagar los precios de la gasolina. La Ley de Compromiso Climático, promulgada hace un año, impone un precio a las emisiones de carbono y aumenta el impuesto a la emisión de gases de efecto invernadero. Los conservadores tratarán de revocar esa ley en noviembre.
“Esta no debería ser nunca una conversación en la que se debe optar solo por una de dos opciones”, dijo Reichert said en un comunicado. “Trabajemos juntos para analizar cualquier opción razonable sin comprometer el futuro que debemos y nos esforzamos por proteger”.
En Montana, un estado favorable hacia los combustibles fósiles, el representante republicano Ryan Zinke busca un segundo mandato prometiendo que se puede hacerlo todo, incluyendo combustibles fósiles y recursos renovables como la energía eólica. Cuando fue secretario del Interior de Trump, Zinke trabajó para expandir la producción de petróleo y gas y arrendar importantes áreas para producir energía eólica frente a las costas.
Montana posee una de las reservas de carbón más grandes del mundo, pero la mayoría de ellas se encuentran en la mitad oriental conservadora del estado. La sede del gobierno de Zinke se encuentra en la mitad oeste, hogar de grandes instalaciones hidroeléctricas y votantes más liberales. Hace dos años, logró derrotar por un estrecho margen a la demócrata Monica Tranel. En su probable revancha, Zinke calificó a Tranel como una “fanática ambientalista radical”, que juró suprimir la producción de combustibles fósiles.
Tranel, que ha defendido las energías limpias desde hace mucho tiempo y fue procuradora ambiental de Missoula, dijo que Zinke “sigue empedernido” en un recurso del siglo pasado y que es tiempo de “aceptar el futuro”. Ese puesto es uno de los varios que están en la mira de la Comisión de Campaña del Congreso de los demócratas.
Mientras tanto, la Comisión Nacional Republicana del Congreso trata de superar a los demócratas en distritos productores de petróleo y gas que no apoyaron un amplio paquete energético de los republicanos de la Cámara de Representantes. Esa ley habría revertido prácticamente todo el programa climático de Biden, habría aumentado drásticamente la producción de combustibles fósiles y habría relajado las restricciones sobre oleoductos y refinerías.
Entre los objetivos de la Comisión Republicana está el representante de Nuevo México Gabe Vasquez, que representa a un distrito que se extiende de Albuquerque a la frontera con México y que atraviesa una importante zona de producción petrolera conocida como Cuenca Permian. El demócrata indicó que trabaja para apoyar a los trabajadores de la industria del petróleo y el gas con leyes que den prioridad a la atención médica, y piensa que su trabajo es equilibrar el desarrollo responsable de los combustibles fósiles con la protección del ambiente.
Otro de los objetivos de esa Comisión, la representante demócrata de Alaska Mary Peltola, dijo que la nación necesita un plan verdadero para garantizar una energía asequible y que trabajará para expandir y diversificar la producción de energía. Un importante proyecto petrolero conocido como Willow ha sido una de sus principales prioridades, dijo, debido a su importancia para el futuro del estado.
La vicegobernadora republicana de Alaska Nancy Dahlstrom busca derrotar a Peltola por el único escaño de ese estado en la Cámara de Representantes. Dahlstrom ha prometido “desencadenar la energía de Alaska” y siempre ha apoyado los proyectos de petróleo y gas aduciendo que la independencia energética está ligada a la seguridad nacional.
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McDermott informó desde Providence, Rhode Island. Los periodistas de la AP Matthew Brown en Billings, Montana y Morgan Lee en Santa Fe, Nuevo Mexico, contribuyeron a este despacho.