Facilidad para convertir armas semiautomáticas en automáticas alimenta violencia armada en EEUU
WASHINGTON (AP) — Domonic Davis, de 11 años, no estaba lejos de la casa de su madre en Cincinnati cuando una lluvia de balas salió de un automóvil que pasaba. Una veintena de disparos atravesaron la noche contra un grupo de niños en un abrir y cerrar de ojos.
Cuatro niños y una mujer resultaron heridos en el tiroteo de noviembre que mató a Domonic, quien acababa de ser seleccionado para el equipo de baloncesto de su escuela.
“¿Qué pasó? ¿Cómo le pasa esto a un niño de 11 años? Estaba sólo unas casas más allá”, dijo su padre, Issac Davis.
El tiroteo sigue bajo investigación. Pero los investigadores federales creen que los 22 tiros se produjeron a la velocidad de un rayo porque el arma había sido convertida ilegalmente para disparar como una ametralladora.
Poblaciones en todo Estados Unidos han visto tiroteos realizados con armas convertidas a completamente automáticas en los últimos años debido a un enorme aumento de piezas pequeñas de metal o de plástico fabricadas con una impresora 3D o pedidas en línea. Las leyes contra las ametralladoras se remontan a la violencia sangrienta de los gánsteres de la era de la ley seca en Estados Unidos. Pero la proliferación de dispositivos conocidos con sobrenombres como interruptores automáticos Glock, o disparadores automáticos y chips — componentes de un arma de fuego que influyen sobre su capacidad de disparo de ráfaga— ha permitido a las personas transformar armas semiautomáticas legales en armas aún más peligrosas, y ha contribuido a incrementar la violencia armada, dijeron la policía y las autoridades federales.
“Los agentes de policía se enfrentan a disparos con armas totalmente automáticas en cantidades que no han existido en este país desde los días de Al Capone con la ‘Tommy Gun’ (la ametralladora Thompson)”, dijo Steve Dettelbach, director de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés). “Es un problema enorme”.
La agencia reportó un aumento del 570% en la cantidad de dispositivos de conversión decomisados por los departamentos de policía entre 2017 y 2021, los datos más recientes disponibles.
Armas con dispositivos de conversión se han utilizado en varias masacres, como la que dejó cuatro muertos en una fiesta de cumpleaños de los Dulces Dieciséis —algo equivalente a la quinceañera— en Alabama el año pasado y otro que resultó en seis personas muertas en un distrito de bares en Sacramento, California, en 2022. En Houston, el agente de policía William Jeffrey murió en 2021 después de recibir un disparo con un arma convertida mientras cumplía una orden judicial. En ciudades como Indianápolis, la policía las ha confiscado cada semana.
Los dispositivos que capaces de convertir armas semiautomáticas legales pueden fabricarse en una impresora 3D en unos 35 minutos o ser pedidos en línea desde el extranjero por menos de 30 dólares. Además, se instalan rápidamente.
Una vez colocados, modifican el mecanismo del arma. En lugar de que el tirador deba apretar el gatillo nuevamente para disparar otra bala, un arma semiautomática con un dispositivo de conversión comienza a disparar de forma continua en cuanto se aprieta el gatillo y no se detiene hasta que el tirador lo suelta o el arma se queda sin municiones.
“Las ves en cantidades sorprendentes, particularmente en la violencia callejera”, dijo David Pucino, asesor principal adjunto del Centro Jurídico Giffords, una organización sin fines de lucro que promueve la legislación para el control de armas y litiga contra sus fabricantes.
En una demostración realizada por agentes de la ATF, disparar con un arma semiautomática equipada con un dispositivo de conversión era casi indistinguible de un arma automática. Los dispositivos de conversión tienen diseños distintos que pueden adaptarse a una variedad de armas diferentes para que disparen a una velocidad de 800 o más balas por minuto, según la ATF.
“Se necesitan dos o tres segundos para colocar algunos de estos dispositivos en un arma de fuego para convertirla instantáneamente en una ametralladora”, puntualizó Dettelbach.
Entre 2012 y 2016, los departamentos de policía en Estados Unidos encontraron 814 dispositivos de conversión y los enviaron a la ATF. Ese número aumentó a más de 5.400 entre 2017 y 2021, según los datos más recientes de la agencia.
Se afianzaron en Minneapolis en 2021 y ayudaron a romper los récords de violencia armada ese año, dijo el jefe de policía Brian O’Hara. Además de disparar balas a una velocidad vertiginosa, los interruptores automáticos hacen que al tirador se le dificulte mucho más controlar el arma, por lo que más personas pueden resultar heridas por accidente.
“La cosa tiembla mientras dispara, por lo que terminamos con múltiples víctimas, personas alcanzadas en las extremidades durante el mismo tiroteo, porque la persona no puede controlar el arma”, explicó O’Hara.
La ciudad ha experimentado una disminución en su uso desde el arresto en septiembre de 2022 de un hombre acusado de vender interruptores automáticos que había pedido en línea a Rusia y Taiwán o que había hecho él mismo, reportó O’Hara. Pero “todavía es un problema muy, muy real”, agregó. “Esto está teniendo un impacto verdaderamente profundo en las familias, los vecindarios y las comunidades”.
Si bien los dispositivos se consideran ametralladoras ilegales según la ley federal, muchos estados no tienen sus propias leyes específicas contra ellos. En Indiana, la policía los encontraba con tanta frecuencia —varias veces por semana en la capital del estado— que el estado cambió la ley para asegurar que incluyera los conversores automáticos.
“Tenemos que actualizar las leyes relacionadas con las ametralladoras para lidiar con los problemas de hoy”, dijo Chris Bailey, jefe de policía de Indianápolis.
Únicamente 15 estados tienen sus propias leyes contra la posesión, venta o fabricación de armas de fuego automáticas, según Giffords. Indiana fue uno de los muchos estados que tienen regulaciones con excepciones. Cinco estados no tienen ninguna regulación sobre ametralladoras a nivel estatal.
Pero mucho antes de cualquier procesamiento, la policía tiene que encontrar los dispositivos de conversión. A menudo, del tamaño de una moneda de veinticinco centavos de dólar, pueden pasar desapercibidos para el ojo inexperto tras su instalación, explicó Dettelbach.
Refirió haber visitado un departamento de policía de Texas cuando la ATF organizó una capacitación sobre dispositivos de conversión. Después, el jefe registró las armas en el depósito de pruebas y encontró varias con dispositivos de conversión no detectados anteriormente.
“Estos artículos no siempre parecen tan peligrosos como son”, explicó. “Si ves algunos de ellos, son piezas de plástico y metal, y a veces incluso es difícil reconocerlos cuando están en el arma de fuego o en su interior porque se integran a ella”.
También son cada vez más habituales en línea, en las redes sociales y en las letras de rap, dijo Davis. “Todo el mundo habla de conversores (automáticos)”, agregó. “Es una tendencia aterradora”.
A Davis se le dificulta comentar sobre la pérdida de su hijo. Domonic solía ir con su padre los viernes a cortarse el cabello a la barbería donde trabaja Issac Davis. El tiroteo también cayó en viernes, lo que hizo que el fin de semana fuera un momento especialmente difícil.
Davis espera iniciar una fundación llamada For Every Eleven (Por Cada Onceañero) para luchar contra la violencia armada y honrar la memoria de su hijo.
“Todavía quiero mantener su nombre presente”, dijo. “Merecía seguir siendo relevante. Así que tengo que seguir adelante. No importa con cuánto dolor lo recuerdo en privado”.