Baja participación en elecciones parlamentarias de Irán, las primeras desde las protestas de 2022
DUBÁI, Emiratos Árabes Unidos (AP) — Irán llevó a cabo sus primeras elecciones parlamentarias el viernes desde las protestas masivas de 2022 en torno a la obligatoriedad en el uso del velo islámico tras la muerte de la joven Mahsa Amini, con una participación aparentemente baja en medio de exhortaciones a un boicot.
De momento no estaba claro si la apatía de los votantes o un deseo activo de enviar un mensaje a la teocracia de Irán repercutió en la baja participación en las elecciones en la república islámica. Mientras la televisión controlada por el Estado emitía imágenes de filas de votantes, en otros puntos de la capital Teherán se veían centros de votación prácticamente vacíos.
Diversos funcionarios, entre ellos el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, trataron de vincular directamente la participación con la adopción de una postura contra los enemigos de Irán. Otros, incluida la encarcelada premio Nobel de la Paz Narges Mohammadi, instaron a boicotear una votación que tacharon de “farsa”.
En general, las autoridades prohibieron postularse a las elecciones a los políticos que abogan por cualquier cambio en el gobierno del país, conocidos ampliamente como reformistas.
De los cerca de 15.000 candidatos que compiten por los 290 escaños del Parlamento, formalmente conocido como Asamblea Consultiva Islámica, sólo 116 se consideran relativamente moderados o favorables a una reforma.
Mientras tanto, la economía iraní sigue estancada bajo las sanciones occidentales por el rápido avance del programa nuclear de Teherán y el envío de armamento por parte del país a milicias aliadas en Oriente Medio y a Rusia en la guerra contra Ucrania.
Algunos de los votantes reconocieron los retos a los que se enfrenta la república islámica.
“Hay muchos problemas; demasiados problemas”, dijo una votante, que sólo dio su apellido, Sajjad. “Estamos tristes, afligidos y expresamos nuestras críticas tanto como podemos. Si Dios quiere, los responsables empezarán a pensar en nosotros, y probablemente a muchos de ellos sí les importamos”.
Jamenei, de 84 años, emitió uno de los primeros votos en unas elecciones en las que también serán elegidos los nuevos miembros de la Asamblea de Expertos del país. Ese panel de clérigos, que ejercen durante ocho años, tiene el mandato de elegir a un nuevo líder supremo si Jamenei renuncia o fallece, lo que subraya su creciente importancia, dada la edad de Jamenei.
Jamenei votó ante una multitud de periodistas en Teherán, con la mano izquierda ligeramente temblorosa mientras cogía la papeleta que tenía en su derecha, paralizada desde un atentado con bomba en 1981. La televisión estatal mostró a una mujer llorando mientras grababa a Jamenei con su teléfono móvil.
En breves palabras instó a la gente a votar.
“Presten atención a esto, hagan felices a los amigos y decepcionen a los que desean el mal”, dijo.
El protegido de Jamenei, el presidente de línea dura Ebrahim Raisi, repitió ese llamamiento e instó al público a convertirlo en “un día glorioso para la nación iraní".
Pero la participación parecía ser baja en Teherán, donde el centro de encuestas ISPA —de propiedad estatal— había pronosticado una participación de 23,5%.
El sondeo de ISPA, basado en una encuesta a 5.121 pesonas en edad de votar, pronosticó una participación de 38,5% a nivel nacional. Dijo que el margen de error del sondeo era de 2%.
