Israel promete "terminar el trabajo" en Gaza; funcionario israelí amenaza imponer plazo para Rafah
RAFAH, Franja de Gaza (AP) — El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu desestimó el domingo los crecientes llamamientos para poner fin a la ofensiva militar en Gaza y se comprometió a “terminar el trabajo”, mientras que un miembro de su gabinete de guerra amenazó con invadir la ciudad de Rafah si no se libera a los rehenes restantes antes del próximo ramadán, el mes sagrado de los musulmanes.
El gobierno de Israel no ha hablado públicamente sobre una fecha límite para una ofensiva terrestre sobre Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, donde más de la mitad de sus 2,3 millones de habitantes se han resguardado. El general retirado Benny Gantz, uno de los tres integrantes del gabinete de guerra de Netanyahu, es un personaje influyente, pero no tiene la última palabra sobre el plan a seguir.
“Si los rehenes no están en casa para el ramadán, los combates continuarán hacia la zona de Rafah”, dijo Gantz en una conferencia de líderes de la comunidad judía de Estados Unidos. El ramadán, el cual iniciará el 10 de marzo, ha sido históricamente un momento de tensión en la región.
A medida que las negociaciones para una tregua atraviesan dificultades después de que hubo muestras de avances en las últimas semanas, Netanyahu ha calificado de “delirantes” las exigencias del grupo miliciano Hamás, que gobierna Gaza.
Estados Unidos, el principal aliado de Israel, dice que aún espera negociar un acuerdo de cese del fuego y liberación de rehenes, y concibe una resolución más amplia de la guerra que se desató cuando Hamás lanzó un ataque mortal en el sur de Israel el 7 de octubre.
Washington también dice que vetará una nueva propuesta de resolución de Naciones Unidas que exige un cese del fuego, y su embajadora ante el organismo, Linda Thomas-Greenfield, recomendó no tomar medidas que puedan poner en riesgo “la oportunidad de alcanzar una resolución duradera a las hostilidades”.
Pero Netanyahu se opone a la creación de un Estado palestino, el cual Estados Unidos considera un elemento clave de un panorama más amplio para la normalización de las relaciones entre Israel y Arabia Saudí, una potencia regional. Su gabinete adoptó el domingo una declaración que especifica que Israel “rechaza categóricamente los edictos internacionales sobre un acuerdo permanente con los palestinos” y se opone a cualquier reconocimiento unilateral de un Estado palestino.
La comunidad internacional se ha expresado abrumadoramente a favor de un Estado palestino independiente como parte de un futuro acuerdo de paz. El gobierno de Netanyahu está repleto de políticos de línea dura que se oponen a la independencia palestina.
Netanyahu quiere que Israel logre la “victoria total” sobre Hamás. En respuesta a la preocupación internacional sobre una ofensiva en Rafah, ha dicho que los civiles palestinos serán evacuados, aunque aún se desconoce a dónde irían dentro del devastado territorio.
Mientras tanto, el director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo que el principal centro médico del sur de Gaza, el hospital Nasser, “ya no es funcional” después de que las fuerzas israelíes lo allanaron la semana pasada en Jan Yunis.
Israel continuó con sus ataques en distintos puntos de Gaza, y desde el sábado en la noche hasta el domingo en la madrugada causó la muerte de al menos 18 personas, según médicos y testigos. Un bombardeo en Rafah dejó seis fallecidos, entre ellos una mujer y tres niños, mientras que otro ataque causó el deceso de otras cinco personas en Jan Yunis, el blanco principal de la ofensiva de las últimas semanas en el sur de Gaza. Periodistas de The Associated Press vieron los cuerpos.
“Todos aquellos que fueron martirizados fueron aquellos a los que los judíos pidieron que se trasladaran a lugares seguros”, dijo el testigo Ahmad Abu Rezeq después del ataque en Rafah.
En Ciudad de Gaza, donde se registró una extensa devastación en las primeras semanas de la guerra, un ataque aéreo destruyó una vivienda y causó la muerte de siete personas, incluidas tres mujeres, según Sayed al Afifi, un familiar.
Las fuerzas armadas israelíes rara vez comentan sobre ataques individuales, y culpan a Hamás de las víctimas civiles debido a que sus combatientes operan en zonas residenciales densamente pobladas.
Ghebreyesus señaló que no se permitió el ingreso de un equipo del organismo en el hospital Nasser el viernes ni el sábado. En una publicación en la red social X, el jefe de la OMS dijo que en el lugar aún hay unos 200 pacientes, incluidos 20 que necesitan ser trasladados con urgencia a otros hospitales.
El ministro de Defensa israelí Yoav Gallant indicó que por lo menos 200 milicianos se rindieron en el hospital. También alegó que Hamás ha sido derrotado en Jan Yunis, y que el grupo armado prácticamente ha quedado sin líderes en Gaza. No presentó evidencia que respalde sus señalamientos.
El Ministerio de Salud de Gaza dijo que entre los detenidos había 70 trabajadores médicos, así como pacientes, situación que dejó a 150 pacientes sin atención médica. Añadió que Israel se negó a permitir que otros pacientes, incluidos recién nacidos, fueran evacuados a otros hospitales.
Las fuerzas armadas señalan que buscan restos de rehenes dentro del Hospital Nasser, y que no van detrás de pacientes ni doctores.
El atentado del 7 de octubre dejó unos 1.200 muertos, la mayoría civiles, y unas 250 personas fueron tomadas como rehenes. Los milicianos aún tienen a unos 130 rehenes, de los que se cree que una cuarta parte están muertos. La mayoría de los demás fueron liberados durante un cese del fuego de una semana en noviembre.
Al menos 28.985 palestinos han muerto en la guerra, la mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Salud de Gaza, que no distingue entre civiles y combatientes en sus conteos. La cifra incluye 127 cuerpos llevados a hospitales en las 24 horas previas, señaló el domingo.
En torno al 80% de la población gazatí ha sido expulsada de sus hogares y una cuarta parte está en situación de hambruna. Wael Abu Omar, portavoz de la Autoridad de Cruces de los palestinos, señaló que el domingo ingresaron a Gaza 123 camiones con ayuda humanitaria por el cruce fronterizo de Kerem Shalom con Israel, y que otros cuatro vehículos con aceite de cocina entraron a Rafah desde Egipto. La cifra es mucho menor a los 500 camiones que ingresaban al territorio antes de la guerra.
En Cisjordania estalló un tiroteo cuando fuerzas israelíes llegaron al pueblo de Tulkarem para detener a un sospechoso armado. El ejército israelí informó que el sospechoso fue abatido y que un miembro de la Policía de Fronteras de Israel resultó gravemente herido. Dijo que el blanco del operativo era un prominente terrorista involucrado en ataques recientes. El Ministerio de Salud palestino indicó que dos palestinos fueron abatidos.
La guerra en Gaza ha generado preocupación de que se desate un conflicto más amplio en la región. El Mando Central de Estados Unidos informó que había realizado cinco ataques en defensa propia el sábado en contra de misiles de crucero y drones en la zona de Yemen bajo control del grupo rebelde hutí, el cual cuenta con respaldo de Irán.
Argelia, el representante árabe ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, ha presentado un borrador de resolución que reclama un cese del fuego humanitario inmediato y un acceso sin trabas a la ayuda humanitaria, además de rechazar el desplazamiento forzoso de los civiles palestinos.
La embajadora estadounidense Thomas-Greenfield dijo que la resolución “no se adoptará” y es contraria a los intentos de Washington de poner fin a los combates. La Casa Blanca ha utilizado su poder de veto contra iniciativas previas que tienen amplio apoyo internacional.
Estados Unidos, Qatar y Egipto llevan semanas tratando de mediar un cese del fuego y una liberación de rehenes, pero Qatar dijo el sábado que las conversaciones “no han progresado como se esperaba”.
Hamás ha dicho que no liberará a todos los rehenes que le quedan a menos que el gobierno israelí ponga fin a la guerra y se retire de Gaza. También reclama la liberación de cientos de palestinos encarcelados por Israel, incluidos mandos milicianos.
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Lidman informó desde Jerusalén y Chehayeb desde Beirut.