Israel y Hamás, lejos de alcanzar acuerdos sobre cese el fuego y rehenes. ¿Cuáles son los escollos?
JERUSALÉN (AP) — Israel y Hamás están analizando los términos propuestos para un acuerdo que permitiría un cese el fuego en la guerra en la Franja de Gaza, que comenzó hace cuatro meses, a cambio de la liberación de decenas de rehenes que permanecen en el enclave y la puesta en libertad de muchos palestinos de las cárceles de Israel.
Ambas partes siguen muy alejadas en cuanto a las condiciones. Los mediadores —Qatar, Egipto y Estados Unidos— están trabajando para zanjar las diferencias. Aquí lo que quiere cada una de las partes:
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LO QUE ISRAEL QUIERE: Expulsar a Hamás del poder en Gaza.
LO QUE HAMÁS QUIERE: Mantener su control sobre el enclave costero.
EL PUNTO DE DISCORDIA: El objetivo central de Israel en su guerra contra Hamás es destruir las capacidades militares y de gobierno del grupo miliciano, que gobierna Gaza desde que tomó el territorio en 2007.
Tras el ataque de Hamás del 7 de octubre, en el que murieron 1.200 personas y 250 fueron tomadas como cautivos, según las autoridades israelíes, Israel ha prometido asegurarse de que el grupo no vuelva a suponer una amenaza para sus ciudadanos. También afirma que quiere mantener el control de la seguridad por tiempo indefinido sobre el territorio una vez finalizada la guerra.
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LO QUE HAMÁS QUIERE: Liberar a cientos de milicianos palestinos veteranos encarcelados.
LO QUE ISRAEL QUIERE: Mantener a esos milicianos en prisión.
EL PUNTO DE DISCORDIA: Israel mantiene detenidos a miles de palestinos por cargos menores o más graves —o, en algunos casos, bajo ningún cargo— relacionados con el prolongado conflicto. Israel ha acordado intercambios desiguales por sus presos en el pasado. En uno de estos acuerdos, en 2011, el soldado israelí Gilad Schalit fue liberado del cautiverio de Hamás a cambio de 1.027 prisioneros palestinos. Entre las personas liberadas estaba Yehya Sinwar, actual líder de Hamás en Gaza que es considerado como uno de los autores intelectuales del ataque del 7 de octubre que desató la guerra.
Hamás quiere la liberación de cientos de prisioneros y se espera que pida la libertad de milicianos que estuvieron implicados en algunos de los ataques más letales llevados a cabo contra israelíes. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y sus aliados de extrema derecha en el gobierno se oponen a un pacto que incluya a estos milicianos de alto rango. Es también probable que rechacen la petición de liberar a un número tan elevado de presos.
El destino de los prisioneros despierta mucha aprehensión. Por un lado, Israel los considera como terroristas; por el otro, los palestinos los ven como héroes que luchan contra la ocupación israelí. Prácticamente cada palestino tiene a un amigo, pariente o conocido que ha sido detenido por Israel.
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LO QUE ISRAEL QUIERE: Reanudar los combates tras la liberación de los rehenes.
LO QUE HAMÁS QUIERE: Asegurar por anticipado el compromiso de que la liberación de todos los rehenes desembocará en el fin de la guerra.
EL PUNTO DE DISCORDIA: Netanyahu dice que Israel continuará los combates hasta la “victoria total” sobre Hamás. Israel quiere mantener su fuerza armada en la Franja de Gaza para seguir desmantelando la extensa red de túneles subterráneos del grupo miliciano, neutralizar los lanzadores de cohetes y matar a los milicianos para lograr su objetivo de destruir las capacidades militares de Hamás.
La guerra ya ha causado una destrucción generalizada, ha dejado sectores de Gaza inhabitables, ha desplazado a cuatro quintas partes de la población y desencadenado una catástrofe humanitaria que ha dejado a un cuarto de la población muriéndose de hambre.
Hamás quiere que Israel se comprometa a un alto el fuego permanente antes de empezar a negociar una gradual liberación de todos los rehenes.