Turquía llora por las vidas perdidas a un año de funesto sismo
ANTIOQUÍA, Turquía (AP) — Millones de personas en toda Turquía lloraron el martes la pérdida de más de 53.000 amigos, seres queridos y vecinos en el catastrófico sismo que sacudió al país hace un año.
Para recordar el “desastre del siglo”, el gobierno organizó una serie de eventos conmemorativos, pero en algunos lugares, las autoridades se enfrentaron con el descontento de las personas por la respuesta ante la tragedia.
En Antioquía, la capital de la provincia sureña de Hatay, una multitud enfurecida se enfrentó a la policía al momento en que los funcionarios eran conducidos a las conmemoraciones. El alcalde Lutfu Savas fue recibido con consignas que pedían su renuncia, y el ministro de Salud, Fahrettin Koca, fue abucheado cuando ofrecía un discurso.
En medio de la niebla junto al río Orontes, la gente coreaba “¿Alguien puede oírme?” —haciendo eco de las voces de quienes quedaron enterrados bajo los escombros hace un año— y “No olvidaremos, no perdonaremos”.
“Algunos de nosotros fuimos enterrados vivos”, dijo Mustafa Bahadirli, un joven de 24 años en Antioquía. “Llamamos a nuestro gobierno ‘padre’, pero el gobierno nos dejó sin padre. Estuvimos abandonados durante días y seguimos abandonados”.
Sebnem Yesil, de 22 años, criticó tanto al gobierno como a los políticos de la oposición, como Savas, el alcalde.
“Creo que han sido extremadamente irrespetuosos”, dijo. “Ha pasado un año, nunca vinieron y ahora están aquí para una ceremonia... No escucharon nuestras voces, no ayudaron, al menos déjennos llorar”.
Después de un momento de silencio a las 4:17 de la mañana para marcar la hora en que ocurrió el temblor, se arrojaron claveles al río en un acto de recuerdo y una orquesta local interpretó una canción en honor a las víctimas.
Hatay, que se encuentra entre el mar Mediterráneo y la frontera con Siria, fue la más afectada de las 11 provincias del sur sacudidas por el sismo de magnitud 7,8. Incluyendo las 6.000 personas que murieron en la vecina Siria, el terremoto dejó más de 59.000 muertos.
Multitudes en Adiyaman realizaron una marcha silenciosa, pasando por una torre de reloj que durante el último año ha mostrado la hora del sismo.
Posteriormente, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan supervisó un sorteo de viviendas recién construidas en Kahramanmaras, el epicentro del terremoto, después de inspeccionar las labores para reconstruir la ciudad y dar una nueva vivienda a miles de personas que permanecen en tiendas de campaña y contenedores prefabricados.
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Wilks reportó desde Estambul y Jamey Keaten desde Ginebra.