Tomlin y Steelers, atrapados en un purgatorio de la NFL y sin una salida fácil
PITTSBURGH (AP) — Mike Tomlin no cambia mucho de un partido a otro. Ni de una semana a otra. Ni de un año a otro.
Esa consistencia, casi maniática, constituye uno de los motivos por los que el entrenador en jefe que más tiempo lleva en su puesto en la NFL ha logrado que los Steelers de Pittsburgh se mantengan competitivos en una liga donde la paridad es la norma.
El problema, más bien reciente, es que los resultados han sido también consistentes para el equipo que encabeza Tomlin: Buenos, pero no lo suficiente.
Competitivos, pero no lo suficiente. Al menos no en el momento más importante.
La derrota de Pittsburgh por 31-17 sobre Buffalo el lunes, en la ronda de comodines, se asemejó a muchas de las que han sufrido los Steelers en los playoffs después de 2016, cuando vencieron a Kansas City en la ronda divisional.
Pittsburgh se vio pronto en desventaja. Luchó para reaccionar. La defensa nunca pudo frenar a sus rivales en el momento crucial Y el ataque jamás logró la jugada clave.
Así que, en vez de pasar el martes preparando el viaje a Baltimore para enfrentar a los Ravens, Tomlin se encontró conduciendo una reunión de fin de curso con el equipo, antes de comenzar los dolorosos trámites post mórtem de una de las temporadas más desafiantes que haya enfrentado.
Se volvió viral el momento que protagonizó el lunes por la noche, cuando se negó a responder una pregunta sobre su futuro. Tomlin hizo una mueca, se dio vuelta hacia su izquierda y desapareció. Sin embargo, hay pocos motivos para pensar que el estratega de 51 años está harto o listo para mudarse.
“No”, respondió simplemente T.J. Watt, el estelar linebacker exterior, a la pregunta de si ha visto cualquier cambio en Tomlin esta temporada. Cam Heyward, capitán defensivo durante años, se mostró más apasionado, al defender al único entrenador para el que ha jugado en sus 13 campañas como profesional.
“Mi idea es que él seguirá siendo el entrenador acá”, dijo Heyward el martes. “Mike T quiere ser un Steeler. Es un Steeler de Pittsburgh”.
Un Steeler que necesita encontrar la forma de sacar a su equipo del purgatorio.
Hubo muchas historias de éxito, desde el nivel de juego de los novatos Joey Porter Jr. y Broderick Jones hasta el despunte de Jaylen Warren, corredor de segundo año, pasando por la campaña de Watt, otra digna del premio de la AP al Jugador Defensivo del Año.
Pero también hubo muchos dolores de cabeza.
El despido del coordinador defensivo Matt Canada en noviembre. Las críticas abiertas sobre el cuestionable nivel de esfuerzo de los receptores George Pickens y Diontae Johnson. Una racha de tres derrotas a comienzos de diciembre que llevó a que Tomlin recurriera al tercer quarterback Mason Rudolph con la esperanza de que su débil ataque produjera algo.
De algún modo, los Steelers encontraron la forma. Ganaron sus últimos tres partidos y se colaron en los playoffs por 11ma ocasión durante la estadía de Tomlin.
Por décima vez, esa aparición terminó sin que el equipo añadiera un trofeo del Super Bowl a los seis que mira Tomlin cada vez que llega a su trabajo. Por cuarta ocasión consecutiva, esa aparición fracasó en su objetivo de lograr aunque fuera un triunfo en postemporada.