Fallece el rebelde, psicodélico y original escritor mexicano José Agustín
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — El rockanrrolero, rebelde, psicodélico y original escritor mexicano José Agustín, autor de “La tumba” y “Se está haciendo tarde”, considerado como parte de la generación de Literatura de la Onda pese a sus reticencias, ha fallecido. Tenía 79 años.
La Secretaría de Cultura de México anunció su deceso el martes a través de su cuenta de X, antes Twitter, con una publicación acompañada de una fotografía en blanco y negro del autor sonriendo ampliamente. No se precisaron las causas de su muerte.
Uno de sus hijos, llamado también José Agustín, había informado en su cuenta de Facebook a comienzos de enero que su padre había recibido la extremaunción en su casa en el estado central de Morelos. Más adelante borró la publicación y dijo que su padre “seguía luchando”.
En 2009, el escritor sufrió una caída durante una firma de libros que le causó fracturas en cráneo y costilla y lo mantuvo más de 20 días en terapia intensiva.
Pertenecía a la llamada Literatura de la Onda, una generación informal de la que, según la autora Margo Glantz, también formaron parte Gustavo Sainz, Parménides García Saldaña y René Avilés Fabila. Pero José Agustín nunca se sintió identificado con esa etiqueta.
Escribió su novela debut “La tumba” (1964) cuando tenía unos 16 años. “Inventando que sueño” (1968), “El rey se acerca a su templo” (1976), “Ciudades desiertas” (1982), “Cerca del fuego” (1986), “La panza del Tepozteco” (1993), “Dos horas de sol” (1994) y “Vida con mi viuda” (2004) son otras de sus obras. Sus tres volúmenes de “Tragicomedia mexicana” analizaban la política y la sociedad de México entre 1940 y 1994.
También fue autor de obras de teatro, ensayos, cuentos, guiones para cine, trabajos periodísticos y de la autobiografía “El rock de la cárcel” de 1986, en la que relataba su paso por la prisión conocida como Palacio Negro de Lecumberri.
Lector ávido desde la infancia, escribió su primer cuento a los 11 años y elaboró un periódico sobre su barrio titulado “Ecos de Palenque”. Es en esa época en la que conoció a su amigo el escritor mexicano Gerardo de la Torre. Tiempo después formó el grupo Cafés Literarios de la Juventud, que se incorporó al Taller Literario del escritor mexicano Juan José Arreola.
Arreola lo impulsó para publicar “La tumba”, un libro marcado por su léxico fresco y mirada aguda. Agustín vendía de “mano en mano” su libro, que se convertiría de culto y lo llevaría a publicar más obras.
“Hablamos de la juventud desde la juventud misma”, dijo en una entrevista de archivo incluida en el programa “Historias de vida” del Canal Once de México, preparado para celebrar el 50 aniversario de la publicación de “La Tumba”. “Pudimos modificar el lenguaje, modificar enteramente la concepción literaria, un espíritu totalmente nuevo que apareció allí y también un aire de gran optimismo, de sentido de humor, de irreverencia, de iconoclastia, y de una actitud muy crítica hacia la sociedad”.
En 1961, siendo menor de edad, se casó con la novelista, historiadora y activista Margarita Dalton, hermana del poeta salvadoreño Roque Dalton. Margarita le había pedido ayuda a José Agustín para obtener una visa pues quería vivir en la Cuba revolucionaria. El matrimonio participó en la campaña de alfabetización cubana, pero duró muy poco pues el padre de Agustín le pidió volver a México por problemas de salud de su hermana.
José Agustín se casó por segunda vez, a los 19 años, con Margarita Bermúdez, madre de sus hijos Andrés, Jesús y José Agustín “Tino”. La familia vivía en Cuautla, en el estado central de Morelos, en una apacible casa con jardín y piscina como muchas de la zona. Al comienzo José Agustín y Bermúdez pasaron por años turbulentos e incluso llegaron a separarse, pero finalmente se mantuvieron unidos por años.
A finales de la década de 1960, estando casado con Bermúdez, vivió un intenso romance con la actriz y cantante Angélica María. José Agustín coescribió el guion de “5 de chocolate y 1 de fresa”, filme protagonizado por Angélica María en 1968 en el que una joven novicia come unas setas “especiales” que la vuelven moderna y psicodélica. Angélica María también protagonizó su debut como director en “Ya sé quién eres (te he estado observando)” de 1971, que cuenta la historia de David, un joven enamorado de su vecina Rosalba.
También por esos años el escritor vivió su etapa más oscura cuando fue encarcelado a finales de 1970 tras ser sorprendido con marihuana en la ciudad de Cuernavaca, capital de Morelos, en un operativo encabezado por el entonces director de la policía Arturo “El negro” Durazo, quien tiempo después fue acusado de corrupción.
José Agustín compartió en la prisión con el escritor José Revueltas y los estudiantes y presos políticos del movimiento estudiantil de 1968. La madre de Angélica María, la productora Angélica Ortiz, intervino para que José Agustín fuera liberado finalmente en 1971.
Tras su paso por la cárcel, José Agustín abogó por la despenalización de las drogas.
“Le pegué muy fuerte a la psicodelia, probé peyote, LSD, hongos alucinantes, el reventón de los 60, el rock and roll, el cotorreo buenísimo que nos traíamos en aquella época”, dijo en una entrevista de archivo de “Historias de vida”.
“Fui de los que padecieron el estigma de ser un rebelde sin causa”, señaló. “Me ponía mi pantalón de mezclilla, mi chamarra, me dejaba mi copetón y en la escuela me satanizaban horriblemente”.
En Lecumberri, escribió “Se está haciendo tarde”, una novela sobre excesos y drogas, rebelde y con desenfreno sexual, en la que el ocaso de una fiesta se entrelaza con la aventura de un veinteañero en Acapulco. La escribió a mano en bolsas de papel que su familia usaba para envolverle tortas (emparedados) que le enviaba para comer. Era considerada una obra maestra por los escritores mexicanos Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska y Enrique Serna.
De ahí que fuera considerado parte de la literatura de la onda, una corriente literaria bautizada así por la escritora mexicana Margo Glantz para referirse a algunas obras que en la segunda mitad del siglo XX combinaban temas como el rock, las drogas, el sexo, lo hippie, e intentaba capturar el habla cotidiana de los jóvenes que se enfrentaban a lo que representara una autoridad.
Tras su paso por la cárcel, la fama de José Agustín aumentó, pero con el tiempo decidió irse a Cuautla para estar alejado del mundano ruido. Era consultor del oráculo chino I Ching, practicante de la meditación y el yoga. Su voz aguda y cálida le daba un aire eternamente joven.
Obtuvo los premios Latinoamericano de Narrativa Colima, Nacional de Literatura Juan Ruiz de Alarcón, Mazatlán de Literatura y Nacional de Ciencias y Artes en Lingüística y Literatura. El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) de México lo condecoró con la Medalla Bellas Artes en 2011.
Nació en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, el 19 de agosto de 1944, pero fue registrado en Acapulco, Guerrero, el estado costero del Pacífico del que era originaria su familia. Se consideraba acapulqueño y decía que nació por “casualidad” en Guadalajara, por el trabajo de su padre, quien era piloto aviador militar y uno de sus proveedores de discos de rock.
Estudió letras clásicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, dirección en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos y composición dramática en el INBAL y en la Asociación Nacional de Actores.
Fue becario del Centro Mexicano de Escritores, de la Fundación Guggenheim y de la fundación Fulbright. Vivió cuatro años en Estados Unidos (de 1977 a 1981) y fue profesor visitante en las universidades de Denver, California-Irvine, y Nuevo México. Participó en el International Writing Program de la Universidad de Iowa y tradujo a James Purdy, Carlos Castaneda y Ernest Hemingway, entre otros.
También se desempeñó como conductor y productor de programas culturales de radio y televisión, así como coordinador de talleres literarios. Fue uno de los fundadores del diario Reforma y colaborador en suplementos culturales de los diarios mexicanos El Universal y La Jornada.