Hasina gana abrumadora mayoría en Bangladesh ante boicot de la oposición
DACA, Bangladesh (AP) — La primera ministra Sheikh Hasina obtuvo una abrumadora mayoría en las elecciones parlamentarias de Bangladesh después de una campaña plagada de violencia y un boicot por parte del principal partido de la oposición, lo que le dio a ella y a su Liga Awami un cuarto mandato consecutivo.
Si bien la Comisión Electoral ha tardado en anunciar los resultados de las elecciones del domingo, las televisoras con redes de periodistas en todo el país informaron que la Liga Awami obtuvo 216 escaños de los 299 en disputa. Los candidatos independientes se hicieron de 52, y el Partido Jatiya, el tercero más grande del país, ganó 11 asientos. Los resultados del resto de las circunscripciones aún seguían revelándose a última hora de la noche del domingo.
La elección se celebró en 299 de los 300 escaños parlamentarios. En un escaño, la elección se pospuso como exige la ley después de la muerte de un candidato independiente.
Se espera un anuncio oficial definitivo de la Comisión Electoral el lunes.
Se reportaron al menos 18 incendios provocados desde el viernes por la noche, según las autoridades, 10 de ellos contra centros de votación, pero la jornada electoral transcurrió en relativa calma. La participación fue de alrededor del 40%, dijo el comisionado electoral en jefe, Kazi Habibul Awal, después del cierre de las urnas.
El principal partido opositor, el Partido Nacionalista de Bangladesh, liderado por la ex primera ministra Khaleda Zia, se negó a aceptar el resultado de las elecciones, argumentando que los votantes habían rechazado la elección unilateral del gobierno.
Incidentes de seguridad, incluyendo la muerte de cuatro personas el viernes en un ataque incendiario contra un tren de pasajeros que se dirigía a la capital, Daca, aumentaron las tensiones antes de los comicios parlamentarios, en que el Partido Nacionalista de Bangladesh y sus grupos aliados dijeron que no participarían. Acusan a Hasina de convertir a Bangladesh en un Estado de partido único y de amordazar la disidencia y la sociedad civil.
La campaña en el país del sur de Asia, de 169 millones de habitantes, se ha visto marcada por una violencia que se ha cobrado al menos 15 vidas en los últimos meses. Las tensiones subieron de nivel a finales de octubre tras una gran marcha en Daca del Partido Nacionalista de Bangladesh que incluyó choques con la policía.
Conforme se acercaban las elecciones, las autoridades culparon de buena parte de la violencia al Partido Nacionalista de Bangladesh, al que acusan de tratar de sabotear la votación. La policía detuvo el sábado a siete miembros del partido y su rama juvenil por su supuesta implicación en el ataque al tren de pasajeros. La formación opositora negó cualquier participación en el suceso y dijo que las autoridades la señalaban para desacreditar su “movimiento pacífico y no violento”.
El domingo, un partidario de un candidato de la Liga Awami fue asesinado a puñaladas en el distrito de Munshiganj, cerca de la capital, Daca, informaron las autoridades. La policía no ha ofrecido comentarios.
Una victoria de Hasina, de 76 años, la mandataria con más años de servicio en el país y una de las más trascendentales, vendrá acompañada de un panorama político profundamente polémico.
Como votaciones anteriores, esta se ha visto definida por la dura rivalidad entre la Liga Awami de Hasina y el Partido Nacionalista de Bangladesh, liderado por Zia, que está enferma y bajo arresto domiciliario por cargos de corrupción.
Las dos mujeres se alternaron en el gobierno durante muchos años, lo que consolidó una rivalidad que ha polarizado la política del país y avivado la violencia electoral.
También ha impulsado las dudas sobre la credibilidad de unos comicios sin aspirantes importantes que se opongan a la mandataria. Grupos de derechos y críticos dicen que los comicios siguen un patrón preocupante, ya que las dos elecciones previas bajo el gobierno de Hasina recibieron acusaciones de amaño de votos —algo que las autoridades han negado— y otro boicot de partidos opositores.
A Hasina se le reconoce haber transformado la economía de una joven nación nacida de la guerra, y de convertir la industria textil en una de las más competitivas del mundo. Sus defensores dicen que ha frenado golpes militares y neutralizado la amenaza de milicianos islamistas. A nivel internacional ha ayudado a impulsar la presencia internacional de Bangladesh como un país capaz de hacer negocios y mantener los lazos diplomáticos con países a menudo enfrentados entre sí, como India y China.
La desaceleración económica global también se ha hecho notar en Bangladesh, lo que ha expuesto fracturas en su economía y avivado conflictos laborales y descontento con el gobierno.