La muerte de civiles bajo custodia militar crea indignación en zonas de Cachemira bajo control indio

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NUEVA DELHI (AP) — La indignación se extendía en algunas zonas remotas de la Cachemira bajo control indio después de que tres civiles murieran cuando estaban detenidos por el ejército, según dijeron funcionarios y vecinos el sábado. El suceso ocurrió dos días después de que murieran cuatro soldados en una embocada de milicianos.

Residentes de la zona dijeron que el ejército indio había detenido al menos a ocho civiles el viernes para interrogarlos, al día siguiente de que rebeldes que combaten contra el gobierno indio emboscaran a dos vehículos militares en el distrito sureño de Poonch, donde mataron a cuatro soldados e hirieron a otros tres.

Los distritos de Poonch y Rajouri están cerca de la línea militarizada que divide la región disputada del Himalaya entre India y Pakistán.

La población local acusó al ejército de torturar a los tres hasta matarlos en un campamento militar cercano. Los cuerpos fueron entregados después a la policía local, que contactó con las familias. Los cadáveres mostraban marcas de graves torturas, según los residentes.

Los otros cinco detenidos fueron trasladados a un hospital militar después de sufrir fuertes torturas, según sus familias.

Mohammed Younis, un vecino, dijo que los soldados llegaron el viernes por la mañana a su poblado, Topa Peer, en Poonch, y detuvieron a nueve aldeanos, incluidos sus dos hermanos y un primo. Dejaron ir a un anciano, dijo, pero los demás fueron golpeados y electrocutados sin piedad.

“Mis dos hermanos y un primo están gravemente heridos por la tortura. Les atienden en un hospital militar”, dijo Younis tras ver a uno de sus hermanos.

Videos que supuestamente mostraban torturas a civiles detenidos circularon por internet horas después de su detención, lo que provocó una indignación generalizada.

Las autoridades cortaron el acceso a internet desde dispositivos inteligentes en Poonch y Rajouri el sábado por la mañana, una estrategia habitual para evitar posibles protestas y frenar la circulación de videos.

El teniente coronel Suneel Bartwal, vocero del ejército indio, dijo que había una operación de búsqueda de los milicianos responsables de la emboscada desde el jueves por la noche, y que no tenía “datos” sobre las circunstancias de la muerte de los tres civiles.

Funcionarios civiles y mandos policiales visitaron la aldea y supervisaron los entierros. Funcionarios locales dijeron que la policía investigaría lo sucedido en un intento de pacificar a la población.

India y Pakistán, dos naciones nucleares rivales, administran distintas partes de Cachemira, aunque ambas reclaman el territorio en su totalidad.

Los milicianos en la porción bajo control India combaten contra las fuerzas de Nueva Delhi desde 1989. La mayoría de los cachemires musulmanes apoyan el objetivo de los rebeldes de unificar el territorio, ya sea bajo control paquistaní o como país independiente.

India insiste en que la violencia de los milicianos cachemires es una forma terrorismo apoyada por Pakistán. Pakistán niega esa acusación, y la mayoría de los cachemires la considera una lucha legítima por la libertad. Decenas de miles de civiles, rebeldes y fuerzas del gobierno han muerto en el conflicto.

Pero el descontento ha crecido en el territorio desde 2019, cuando Nueva Delhi puso fin al régimen semiautónomo de la región y restringió de forma drástica la disidencia, los derechos civiles y la libertad de prensa, además de intensificar las operaciones contra la insurgencia.

Aunque en el Valle de Cachemira, el corazón de la rebelión contra India, han muerto muchos milicianos en operaciones contra los rebeldes, las remotas zonas de Rajouri y Poonch han sufrido ataques mortales contra tropas indias en los últimos años. Al menos tres docenas de soldados han muerto en esos ataques.

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