Apatía de votantes y preocupación por violencia marcan elecciones en Irak
BAGDAD (AP) — Los iraquíes empezaron a votar el sábado por primera vez en una década para elegir a los nuevos miembros de los consejos provinciales —que a su vez nombrarán a los gobernadores—, en unos comicios cuyo resultado será considerado un indicador para las elecciones parlamentarias previstas para 2025.
La votación estaba restringida el sábado a miembros del ejército y de otras fuerzas de seguridad, y a los desplazados internos que viven en campamentos. El grueso de los electores están llamados a las urnas el lunes y se espera que los resultados se anuncien el martes.
A pesar de la participación relativamente alta en los comicios del sábado, había preocupación por una posible baja participación el lunes, así como por potenciales actos de violencia, en las elecciones a realizarse en las 18 provincias del país.
El poderoso clérigo chií y líder político Muqtada al-Sadr —que renunció oficialmente a la política en 2022 durante un largo bloqueo a la formación de gobierno— ha pedido a sus seguidores que boicoteen la convocatoria, alegando que su participación reforzaría el dominio de la corrupta clase política.
Un boicot generalizado “reduciría la legitimidad de los comicios nacional e internacionalmente”, afirmó Sadr en un comunicado.
En algunas zonas, los partidarios de Sadr arrancaron los carteles electorales y varias oficinas de campañas políticas fueron vandalizadas. En Najaf, una cuidad del sur del país donde hay un fuerte apoyo a Sadr, miles se manifestaron el jueves para pedir un boicot electoral.
Los activistas que organizaron las masivas protestas antigubernamentales de 2019 y que se oponen a todos los partidos gobernantes, también se comprometieron a no participar en los comicios.
Aparte de quienes defienden el boicot, muchos iraquíes son simplemente apáticos.
Sajad Jiyad, un analista político iraquí y miembro del centro de estudios no partidista The Century Foundation, indicó que millones de personas con derecho a voto no están registradas para hacerlo, y que la baja participación ha sido una tendencia desde 2005.
“Todos los indicios apuntan a la apatía de la población”, dijo. “Los jóvenes, en especial, no están comprometidos con la política y ningún partido ha captado su atención”.
Aqeel Al-Rubaie, propietario de una perfumería en Bagdad, contó que él y su familia no acudirán a las urnas. Dijo que no encontró “ningún programa electoral real” y vio una corrupción generalizada en las campañas políticas, en las que algunos candidatos ofrecían sobornos a posibles votantes.
“¿Qué han ganado los iraquíes en elecciones anteriores que me haga pensar que puedo beneficiarme de estas elecciones?”, dijo. “La corrupción y las armas siguen campando a sus anchas por el país. No hay empleo ni servicios”.
La Comisión Electoral Independiente de Alto Nivel reportó una participación del 67% en la votación del sábado, que algunos observadores atribuyeron a la presión ejercida sobre el personal militar y de seguridad para que acudiera a las urnas.
“Hay una amenaza contra los que no participen en las elecciones” de que serán trasladados a un destino indeseable, dijo un miembro de las fuerzas de seguridad que habló bajo condición de anonimato, porque no estaba autorizado a hablar con periodistas. “Por eso, todo el mundo participará, por miedo a ser castigado”.
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Rashid Yahya en Duhok, y Salar Salim en Erbil, contribuyeron a este despacho.