El príncipe Enrique se dice "reivindicado" tras fallo contra tabloide británico por espionaje
LONDRES (AP) — Periodistas e investigadores privados que trabajaban para el Daily Mirror intervinieron el teléfono del príncipe Enrique e invadieron su privacidad al espiarlo ilegalmente, dictaminó un juez el viernes, otorgando una victoria histórica para el integrante de la realeza británica que rompió con la tradición familiar para ir contra la prensa.
El hackeo telefónico era “generalizado y habitual” en Mirror Group Newspapers, y los ejecutivos de los periódicos lo encubrieron, dijo el juez Timothy Fancourt en su fallo de 386 páginas dictado en el Tribunal Superior.
Se ordenó a los periódicos pagar al duque de Sussex 140.000 libras (180.000 dólares) por utilizar la recopilación ilegal de información en 15 de los 33 artículos periodísticos examinados en el juicio.
Enrique dijo que el fallo era “reivindicador y reconfortante”, y debería servir como advertencia a otros medios de comunicación que utilizaron prácticas similares, una abierta referencia a dos casas editoras de tabloides que enfrentan próximos juicios por acusaciones casi idénticas.
“Hoy es un gran día para la verdad, así como para la rendición de cuentas”, expresó Enrique en un comunicado que leyó su abogado afuera del tribunal. “Me han dicho que matar dragones te quemará. Pero a la luz de la victoria de hoy y de la importancia de hacer lo necesario para una prensa libre y honesta, es un precio que vale la pena pagar. La misión continúa”.
Fancourt otorgó al duque una indemnización por la angustia que sufrió y una suma adicional para “reflejar el dolor particular y el sentimiento de indignación” porque dos directores de Trinity Mirror sabían de la actividad y no la detuvieron.
“Se hicieron de la vista gorda ante lo que estaba pasando y lo ocultaron”, dijo Fancourt. “Si se hubiera detenido la conducta ilegal, el uso indebido de la información privada del duque habría terminado mucho antes”.
Enrique, de 39 años, el hijo menor del rey Carlos III, pedía 440.000 libras (560.000 dólares) como parte de una cruzada contra los medios británicos que rompió con la añeja aversión de su familia a los litigios y lo convirtió en el primer miembro importante de la familia real en testificar en tribunales en más de un siglo.
Su aparición en el estrado de los testigos durante dos días en junio creó un espectáculo mientras lanzaba acusaciones de que Mirror Group había contratado a periodistas que escuchaban mensajes de voz y contrataba investigadores privados para utilizar engaños y medios ilegales para aprender sobre él y sus allegados.