Cada vez más gente utiliza productos con CBD, pero falta investigación sobre beneficios y riesgos
El uso de CBD aumentó en un 50% en los últimos cuatro años, de acuerdo con una nueva encuesta publicada el miércoles por el Journal of the American Medical Association.
Cerca de 1 de cada 5 personas encuestadas respondieron que habían utilizado CBD durante el año pasado.
La encuesta, realizada por el NORC Center for Public Affairs Research en la Universidad de Chicago, muestra que los consumidores de cannabis son más proclives a decir que hacen uso de CBD, CBG y otros compuestos derivados del cannabis. También que es más probable que las personas que viven en un estado donde la marihuana es ilegal utilicen el Delta-8 THC, un pariente levemente intoxicante del Delta-9 THC, que es el compuesto psicoactivo de la marihuana.
“A pesar de que hay muchas encuestas que enseñan ese aumento, no contamos con muchos buenos datos acerca de los efectos que provocan esas sustancias, tanto dañinos como benéficos”, dijo Angela Bryan, profesora de la Universidad de Colorado-Boulder, que ha estudiado por más de diez años las implicaciones de la legalización del cannabis para la salud pública. Bryan no participó en el estudio de JAMA.
El CBD y compuestos similares se han vuelto extremadamente populares desde que, en 2018, la ley agrícola legalizara la producción de cannabis, y se pueden encontrar en lociones, tinturas, dulces, vaporizadores y más. Si bien hay una falta de regulación gubernamental para los productos, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) aprobó un medicamento que contiene CBD en 2018 para ayudar a tratar dos trastornos convulsivos raros.
Las encuestas muestran que la gente utiliza el CBD y otros compuestos del cáñamo para tratar desde la ansiedad y los problemas de sueño hasta el dolor. Pero los expertos afirman que no hay suficientes estudios clínicos sobre estos compuestos. La FDA advirtió de que el CBD puede causar lesiones hepáticas e interactuar mal con ciertos medicamentos.
El Delta-8 THC es especialmente preocupante, por sus efectos secundarios adversos y por la forma en que se fabrica químicamente.
Varios estados, entre ellos Colorado, prohíben o regulan el Delta-8 THC, aunque se vende en muchos estados debido a una laguna en la legislación federal.
“La implicación del documento, y creo que es acertada, es que si no se tiene acceso al Delta-9 legal, entonces se buscará el Delta-8”, dijo Bryan. “Pero sabemos aún menos sobre Delta-8 que sobre Delta-9″.
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