Máximo tribunal de ONU ordena a Siria tomar medidas para evitar tortura
LA HAYA, Holanda (AP) — El máximo tribunal de Naciones Unidas ordenó el jueves al gobierno sirio que “tome todas las medidas a su alcance” para evitar actos de tortura, en un caso en que Holanda y Canadá acusan a Damasco de una campaña de años para torturar a sus propios ciudadanos.
La orden provisional tiene como objetivo proteger a posibles víctimas al tiempo que el caso en que se acusa a Siria de infringir la convención de tortura avanza en la Corte Internacional de Justicia, un proceso que probablemente durará años.
La presidenta de la corte, Joan E. Donoghue, declaró que el tribunal ha ordenado a Damasco “tomar todas las medidas a su alcance para impedir actos de tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes”.
El tribunal también pidió a Siria que “garantice que sus funcionarios, así como las organizaciones o personas que puedan estar sujetas a su control, dirección o influencia, no cometan actos de tortura ni otros actos de tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes”.
El tribunal ordenó además a Damasco “tomar medidas efectivas para impedir la destrucción y garantizar la conservación de cualquier prueba relacionada con las denuncias de actos incluidos en el ámbito de aplicación” de la convención contra la tortura, subrayó O’Donoghue.
Canadá y Holanda pidieron el mes pasado al tribunal que ordenara la prohibición de la tortura. Siria boicoteó una audiencia programada en octubre y aún no está claro cómo responderá a las órdenes del tribunal internacional.
El conflicto sirio comenzó con protestas pacíficas contra el gobierno de Bashar Assad en marzo de 2011, pero se transformó rápidamente en una guerra civil tras la brutal represión del gobierno contra los manifestantes. La situación se volcó a favor de Assad frente a los grupos rebeldes en 2015, cuando Rusia proporcionó un respaldo militar clave a Siria, así como Irán y el grupo miliciano libanés Hezbollah.
En las audiencias del mes pasado, la abogada del gobierno canadiense Teresa Crockett instó al tribunal a imponer una orden vinculante a Siria, advirtiendo que: “Si no se le pone un freno, Siria seguirá violando” una convención internacional que prohíbe la tortura.