Aún no es verano en Brasil, pero una peligrosa ola de calor azota el país
RÍO DE JANEIRO (AP) — En Brasil todavía es primavera, pero una peligrosa ola de calor se extiende por amplias zonas del país, obligando a los vendedores ambulantes de Río de Janeiro a dejar las calles debido a alertas sanitarias y disparando la demanda de energía en medio de informes sobre cortes en el suministro.
La mayoría de los estados brasileños enfrentan “un gran peligro” a causa del calor, según el Instituto Nacional de Meteorología. El organismo emitió una alerta roja para el centro-oeste, el sureste y partes del norte del país, advirtiendo de “una alta probabilidad de daños graves y accidentes, con riesgos para la integridad física o incluso la vida humana”.
El índice de calor —una combinación de temperatura y humedad— alcanzó los 58,5 grados Celsius (137 Fahrenheit) el martes por la mañana en Río, el índice más alto jamás registrado allí. Las temperaturas reales descendieron ligeramente el miércoles, pero se prevé que vuelvan a subir hasta los 40 grados C (104 F) el jueves.
Los cariocas —como se les conoce a los habitantes de Río— siempre han considerado el sol, el calor y la playa parte de su identidad, dijo Núbia Beray, coordinadora del laboratorio GeoClima de la Universidad Federal de Río de Janeiro. Pero este calor es demasiado incluso para muchos de ellos, explicó.
“Los cariocas regresan a casa del trabajo en autobuses sin aire acondicionado. Los vendedores ambulantes no pueden trabajar porque a veces se desmayan. El calor mata”, dijo Beray.
El calor extremo puede afectar la respiración, los riñones y el corazón. Los niños y las personas mayores están especialmente en riesgo.
“Tenemos máximas de 39°C y aún no es verano”, dijo el ayuntamiento de Río el martes en X, antes Twitter. La alcaldía recomendó comer frutas y verduras, y tener a mano un paraguas para estar a la sombra.
En Sao Paulo, las temperaturas alcanzaron los 37,7°C (99,9 °F), a punto de batir un récord, según la empresa de meteorología MetSul. El estado de Mato Grosso do Sul, en el interior del país, registró 43°C (109,4 °F) la semana pasada, el récord de temperatura real durante esta ola de calor, según el instituto de meteorología del país, conocido por su acrónimo Inmet en portugués.
Los brasileños recurrieron a ventiladores, aires acondicionados y deshumidificadores para refrescarse, y las compañías eléctricas informaron de una demanda récord de energía. Se registraron apagones en Sao Paulo y Río de Janeiro.
En medio del fuerte calor, los incendios forestales están ardiendo ampliamente en el bioma del Pantanal, el mayor humedal tropical del mundo, que se extiende por parte de los estados de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul. Según el Laboratorio de Aplicaciones de Satélites Ambientales de la Universidad Federal de Río de Janeiro, los incendios han arrasado una zona del tamaño de Chipre, es decir, más de 947.000 hectáreas (unas 3.600 millas cuadradas).
Las temperaturas de toda Sudamérica se ven afectadas por El Niño, un fenómeno periódico de origen natural que calienta las aguas superficiales de la región del Pacífico ecuatorial. Pero este año, la temperatura del océano aumentó con extrema rapidez, en un par de meses, dijo Danielle Ferreira, climatóloga del Inmet.
“Esto indica que los impactos se están acelerando", declaró Ferreira.
En Brasil, históricamente El Niño ha causado sequías en el norte y lluvias intensas en el sur, dijo Ferreira. Este año, los efectos del fenómeno climático han sido especialmente dramáticos.
En la selva amazónica, la sequía ha sido tan grave que las comunidades que dependen de los cursos de agua desecados se han quedado sin suministro de combustible, alimentos o agua filtrada. Y en el estado de Río Grande do Sul, en el sur de Brasil, las devastadoras inundaciones han causado decenas de muertos.
Los científicos dicen que los fenómenos meteorológicos extremos están sucediendo con mayor frecuencia a causa del cambio climático provocado por el ser humano.
Las olas de calor se han vuelto siete veces más frecuentes en las últimas siete décadas, de acuerdo con un estudio publicado esta semana por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales, una dependencia federal. La actual es la octava que azota Brasil este año.
Por la primera vez en en la historia, el país cuenta ahora con una región que tiene las características de un desierto, en el estado nororiental de Bahía, según mostró este mes un estudio de esa institución federal.
A medida que las temperaturas globales se elevan, el agua se evapora más rapidamente. La desertificación, como se conoce a este fenómeno, también está avanzando en otras regiones, dijo uno de los autores del estudio, el hidrólogo Javier Tomasella.
“Nunca habíamos visto algo parecido a esto”, comentó Tomasella.