"Desde el río hasta el mar": El lema que provoca furia y pasión en la guerra Israel-Hamás
El río Jordán hace un recorrido sinuoso de más de 320 kilómetros (200 millas) en el flanco oriental de Israel y la ocupada Cisjordania. El mar es el resplandeciente Mediterráneo al oeste.
Pero una frase sobre el espacio intermedio —“desde el río hasta el mar”— se ha convertido en un grito de batalla con nuevo poder para agitar a los judíos y a los activistas propalestinos tras la masacre mortal de Hamás en el sur de Israel el 7 de octubre y el bombardeo de Israel de la Franja de Gaza.
“Desde el río hasta el mar, Palestina será libre”, corearon activistas propalestinos desde Londres hasta Roma y en Washington tras el volátil período posterior al día más sangriento en Israel. Adoptarlo o defenderlo puede resultar costoso para figuras públicas, como la legisladora estadounidense Rashida Tlaib, quien fue censurada por la Cámara de Representantes el martes.
Pero como ocurre con gran parte del conflicto de Oriente Medio, lo que significa la frase depende de quién cuenta la historia, y la audiencia que la escucha.
Muchos activistas palestinos dicen que es un llamado a la paz y la igualdad después de 75 años de Estado israelí y de décadas de gobierno militar israelí indefinido sobre millones de palestinos. Los judíos escuchan una demanda clara para la destrucción de Israel.
Esto está claro: los combatientes de Hamás mataron al menos a 1.200 personas en Israel tras el asalto inicial y se llevaron al menos a 240 rehenes; 41 militares israelíes han muerto en Gaza.
Israel respondió con intensos bombardeos sobre Gaza y una ofensiva terrestre que ha matado a más de 11.000 palestinos, según el Ministerio de Salud en la Gaza gobernada por Hamás. El número de muertos seguramente aumentará. El resultado es el enfrentamiento más mortífero entre israelíes y palestinos en décadas.
En el crudo ardor de los ataques de Hamás, el cántico parece poner a todos en vilo.
“Desde el río hasta el mar” hace eco en manifestaciones propalestinas en universidades y ciudades, adoptado por algunos como un llamado para un estado único en la tierra entre el río Jordán y el Mediterráneo.
Para 2012, era claro que Hamás había reivindicado el eslogan en su misión de reclamar tierras que abarcaban Israel, la Franja de Gaza y Cisjordania.
“Palestina es nuestra desde el río hasta el mar y desde el sur hasta el norte”, dijo ese año Khaled Mashaal, exlíder del grupo, en un discurso en Gaza para celebrar el 25º aniversario de la fundación de Hamás. “No habrá concesión sobre ningún centímetro de territorio”.
La frase también tiene raíces en los estatutos de Hamás.
La historia detrás de la frase es mucho más amplia y abarca décadas.
En los meses previos y durante la guerra de 1948, se estima que 700.000 palestinos huyeron o fueron expulsados de lo que es hoy Israel. Muchos esperaban regresar. Israel capturó Cisjordania, junto con Gaza y Jerusalén oriental, en la guerra de 1967. En 2005, Israel se retiró de Gaza y, en 2007, Hamás reclamó la pequeña franja de la Autoridad Palestina después de un violento golpe armado.
Incluso la frase recortada —“desde el río hasta el mar”— resuena en las protestas propalestinas, crepita en las redes sociales y está disponible en una variedad de productos, desde sudaderas hasta velas.
Pregunte a los judíos de Londres qué es lo que les produce tantos escalofríos sobre el actual aumento del antisemitismo y muchos citarán la que parece ser la ubicuidad del eslogan. Es una señal, sugieren, de que hay mucho que temer.
“No tengan duda de que Hamás está aplaudiendo esos cánticos de ‘desde el río hasta el mar’, porque una Palestina entre el río y el mar no deja ni un centímetro para Israel”, se lee en una carta abierta firmada por 30 medios de comunicación judíos de todo el mundo y hecha pública el miércoles.
Y tras el asesinato de civiles por parte de Hamás el 7 de octubre, no creen eso de que el canto sea meramente antiisraelí. Respaldados por grupos como la Anti-Defamation League (Liga Antidifamación), una organización civil fundada en Estados Unidos para detener la difamación contra los judíos, dicen que es inherentemente antijudía.
“Nadie puede decir ahora que, a ojos de Hamás, el odio hacia Israel no significa odio hacia todos los judíos”, dijo Sarah Nachshen, residente en Londres. “Las consignas, pancartas y cánticos que piden la erradicación de Israel y, de hecho, de todos los judíos, lo han demostrado claramente”.
Tlaib, representante demócrata por Michigan, quien tiene familia en Cisjordania y es la única palestino-estadounidense en el Congreso, publicó un video el 3 de noviembre en el que aparecían manifestantes que coreaban el lema.
Tlaib, quien no es ajena a las críticas por su retórica sobre la relación entre Estados Unidos e Israel, defendió el eslogan.
“Desde el río hasta el mar es un llamado de aspiración por la libertad, los derechos humanos y la coexistencia pacífica, no la muerte, la destrucción o el odio”, tuiteó Tlaib, advirtiendo que fusionar el sentimiento anti-Israel con el antisemitismo “silencia las diversas voces que hablan por los derechos humanos”.
Yousef Munayyer, director del Programa Palestina/Israel y miembro sénior del Centro Árabe de Washington D.C., tuiteó: “No hay un centímetro cuadrado de tierra entre el río y el mar donde los palestinos tengan libertad, justicia e igualdad, y nunca ha sido más importante enfatizar esto que ahora”.
La mayor parte de la comunidad internacional apoya una solución de dos Estados, que exige la partición del territorio. Para muchos, no obstante, décadas de expansión de asentamientos israelíes han hecho que la realidad de una solución de dos Estados sea imposible.
Los israelíes de derecha han desdibujado las líneas entre Israel y Cisjordania, donde medio millón de personas viven ahora en asentamientos. Muchos miembros del gobierno israelí apoyan la anexión de Cisjordania y los mapas oficiales del gobierno a menudo no mencionan la “línea verde” que limita ambas zonas.
Y la plataforma original del Likud, el partido del primer ministro Benjamin Netanyahu, publicó una versión del eslogan que dice que entre el mar y el río Jordán, “sólo habrá soberanía israelí”.
Para las figuras públicas, utilizar la frase puede resultar costoso. La censura de Tlaib está a un paso de la expulsión de la Cámara de Representantes.
El mes pasado, la policía de Viena prohibió una manifestación propalestina citando el hecho de que en las invitaciones se mencionaba la frase “desde el río hasta el mar” y la caracterizó como una llamada a la violencia.
Y en Gran Bretaña, el Partido Laborista impuso un castigo temporal a Andy McDonald, miembro del Parlamento, por utilizar la frase durante una manifestación en la que pidió el cese de los bombardeos.
“No descansaremos hasta que tengamos justicia. Hasta que todas las personas israelíes y palestinas, entre el río y el mar, puedan vivir en libertad pacífica”, tuiteó.
Después explicó: “Estas palabras no deben interpretarse de ninguna otra manera que la que pretenden, expresamente, como una petición sincera para que se ponga fin a las matanzas en Israel, Gaza y la Cisjordania ocupada, y para que todos los pueblos de la región vivan en libertad sin la amenaza de la violencia”.
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Kellman está en X como @APLaurieKellman