Putin visita Kazajistán, en intento por estrechar lazos con vecinos exsoviéticos
MOSCÚ (AP) — El presidente ruso Vladímir Putin visitó Kazajistán el jueves como parte de sus esfuerzos por estrechar los lazos con el vecino exsoviético y su principal socio económico en medio de las tensiones con Occidente sobre la guerra en Ucrania.
Las conversaciones de Putin en Astaná, capital de Kazajistán, suceden tras su viaje el mes pasado a Kirguistán para una cumbre de naciones exsoviéticas y una visita a China.
Al inicio de sus conversaciones con el presidente de Kazajistán, Kassym-Jomart Tokayev, Putin elogió los vínculos “multifacéticos” entre los países y afirmó que determinarán nuevas áreas de cooperación “estratégica”.
Kazajistán, rico en petróleo, y otras naciones de Asia Central han mantenido un delicado acto de equilibrio, preservando fuertes vínculos económicos con Moscú pero negándose a reconocer su anexión de regiones ucranianas.
Hablando después de las conversaciones, Tokayev señaló que Rusia ha sido el mayor socio comercial de Kazajistán, con un comercio bilateral que alcanzó un récord de 27.000 millones de dólares el año pasado.
“Tenemos grandes oportunidades para una mayor expansión del volumen comercial”, afirmó.
Funcionarios rusos y kazajos firmaron varios acuerdos sobre cuestiones energéticas, aduaneras y laborales.
Putin dijo que los dos países establecieron “tareas realmente ambiciosas para fortalecer aún más la asociación estratégica integral”.
El presidente ruso ha realizado pocos viajes al extranjero desde que envió tropas a Ucrania en febrero de 2022. La decisión de la Corte Penal Internacional de acusar a Putin en marzo de crímenes de guerra relacionados con la deportación de niños de Ucrania ha afectado sus viajes dado que todo país que pactó con el tribunal está obligado a arrestarlo en su territorio. Kazakstán no forma parte del acuerdo que creó el tribunal.
El viaje de Putin a Kazajistán se produce días después de la visita del presidente francés Emmanuel Macron a Astaná, donde elogió a Tokayev por resistir las “presiones” geopolíticas, en un indicio de los esfuerzos de Moscú por mantener al vecino en su órbita.