La elección del alcalde de Bogotá le medirá el pulso al presidente Gustavo Petro
BOGOTÁ (AP) — Los comicios locales en Colombia que se celebrarán el domingo suponen una prueba para el presidente Gustavo Petro con la elección del próximo alcalde de Bogotá, ciudad que gobernó hace una década y en donde uno de los punteros es su alfil.
La campaña ha estado rodeada por la violencia. El viernes fue asesinado Jaime Luis Díaz, un exguerrillero de la extinta guerrilla de las FARC que volvió a la vida civil tras firmar en 2016 el acuerdo de paz y aspiraba al concejo de Chalán, Sucre, al norte del país. En Córdoba, también al norte del país, murieron tres soldados tras ser atacados con ráfagas de fusil y en campos minados en Córdoba.
Petro hizo historia en Colombia en 2022 al convertirse en el primer presidente de izquierda en un país tradicionalmente gobernado por la derecha y los moderados. Sin embargo, los analistas coinciden en que su caudal electoral y el apoyo a su agenda no necesariamente se verá reflejado en las elecciones locales, salvo en la capital del país.
La analista política colombiana y docente de la Universidad de Los Andes, Sandra Borda, indicó a The Associated Press que usualmente los presidentes tienen como estrategia separarse de las elecciones locales y no asociarse demasiado a un candidato para que los resultados no se relacionen con su desempeño. “Petro, en cambio, se metió de lleno en el asunto y es inevitable que la gente haga ese análisis con el resultado en Bogotá”, apuntó.
El cargo de alcalde de Bogotá, el segundo más importante después del de presidente, es disputado por nueve candidatos pero las encuestas señalan a tres punteros: Carlos Fernando Galán, hijo del excandidato presidencial Luis Carlos Galán asesinado en 1989 en un atentado; Gustavo Bolívar, exsenador por el Pacto Histórico, el movimiento político de Petro, y Juan Daniel Oviedo, exdirector del Departamento de Estadística del gobierno del conservador Iván Duque (2018-2022).
Petro tiene especial conocimiento sobre Bogotá, que gobernó entre 2012 y 2015 cuando su mandato terminó en una polémica al ser destituido por la Procuraduría por faltas “gravísimas” en la implementación de un nuevo modelo de aseo. El pleito escaló a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que declaró en 2020 responsable a Colombia por violaciones a los derechos políticos de Petro.
En los últimos días Petro ha insistido en que será la ciudadanía la que decida sobre el “futuro del metro de Bogotá”, el proyecto de infraestructura más importante de la capital a cargo de empresas chinas con un costo de más de 3.300 millones de dólares.
Petro, que cuando fue alcalde planteó un metro subterráneo, busca hacer cambios al contrato del metro elevado que está en un 25% de ejecución para lograr hacer un tramo subterráneo en la primera línea, lo que le ha valido tensión con la actual alcaldesa, Claudia López. Esta semana, durante su visita de Estado a China, el mandatario se reunió con los empresarios que ejecutan la obra y, según dijo a la prensa, la firma está dispuesta a modificar el contrato para hacer una fase subterránea.
“La conversación que tuvo Gustavo Petro en China no es un humo de campaña, es una herramienta táctica muy importante para la campaña de Gustavo Bolívar con la que valida que si llega al poder va a construir el metro e intentar alejar el temor de que se paralice la obra”, dijo a AP el experto en marketing político Carlos Arias Orejuela.
Bolívar, un guionista de profesión que saltó recientemente a la política nacional, juró ante un notario “no parar el metro” y continuar con el cronograma de obras que encuentre el 1 de enero de 2024, cuando se posesionarán los alcaldes. Tanto Galán, del Nuevo Liberalismo, como el independente Oviedo aseguraron que continuarán con las obras del metro elevado.
La capital colombiana ha esperado la construcción del metro al menos desde 1942, cuando el alcalde de la época propuso reservar terrenos para hacerlo.
En las elecciones del domingo Bogotá tendrá por primera vez la posibilidad de ir a una segunda vuelta, la cual sólo se evitará si el candidato más votado primero obtiene más de 40% de los sufragios y sobrepasa al segundo por 10 puntos porcentuales.
Yann Basset, profesor de Ciencia Política de la Universidad del Rosario, aseguró a AP que la opción de una segunda vuelta podría generar un efecto en el voto útil, es decir, que los votantes elijan a un candidato que, aunque no es su primera opción, evite que haya un segundo intento.
En el resto del país, donde no está permitida una segunda vuelta, se elegirán 1.102 alcaldes, 32 gobernadores, 12.072 concejales, 418 diputados de asambleas departamentales y 6.885 ediles. En total hay 38,9 millones de ciudadanos habilitados para votar.
La estatal Defensoría del Pueblo ha advertido que hay un centenar de municipios con “riesgo extremo” y otros 286 con “riesgo alto” de sufrir acciones violentas, especialmente por la influencia de grupos armados ilegales y del crimen organizado.
La entidad también advirtió de posibles alteraciones del orden público como disturbios, protestas y asonadas de parte de la ciudadanía por un eventual descontento con los resultados electorales.
Los comicios sucederán en medio de ceses al fuego bilaterales con dos de los principales grupos armados del país que se encuentran dialogando con el gobierno.
El viernes un incidente escaló con el autodenominado Estado Mayor Central, disidencia de la extinta FARC, por un comunicado firmado por los jefes de las delegaciones de paz en el que informaban que la insurgencia estaría presente el domingo en un acto protocolario de apertura de la votación, un escenario inédito en el país. Tanto el presidente como su ministro de Defensa, Iván Velásquez, rechazaron la iniciativa.
El Pacto Histórico de Petro no tiene punteros en las principales ciudades como Barranquilla, Medellín, Cali y Bucaramanga. Por ejemplo en Medellín, un típico bastión conservador, lidera las encuestas el excandidato presidencial Federico Gutiérrez, que se enfrentó a Petro en 2022.
Basset explicó que la izquierda tradicionalmente es un jugador que puede llegar a ser fuerte en lo nacional pero difícilmente en lo local, donde no tiene bases ni candidatos fuertes, salvo en Bogotá.
“Después de la victoria (nacional de Petro) ésta hubiera sido la ocasión de tratar de recuperar las bases, pero dado que el gobierno ha perdido mucha de la popularidad con la cual arrancó hace un año, la izquierda la tiene difícil para tratar de avanzar en este escenario local”, agregó Basset.
El experto consideró que en lo local los partidos tradicionales como el Liberal, Conservador, La U y Cambio Radical aún son jugadores relevantes a tener en cuenta.
Arias Orejuela vaticinó que las elecciones locales van a impactar en la reconfiguración de fuerzas en el Congreso, que tiene en sus manos la decisión sobre las reformas a la salud, pensiones, trabajo y educación que impulsa el gobierno nacional, el cual tendría que negociar con los partidos si no logra tener suficiente poder en las gobernaciones y alcaldías.