Argentina pide ayuda a países árabes por sus ciudadanos secuestrados a manos de Hamas
BUENOS AIRES (AP) — El presidente argentino, Alberto Fernández, reveló que inició gestiones diplomáticas con Egipto y Qatar, así como con la Autoridad Palestina de Cisjordania, por los 16 connacionales desaparecidos que se sospecha están en poder de Hamas desde que el grupo terrorista atacó el sur de Israel el sábado 7 de octubre.
“Tenemos alrededor de 16 personas argentinas secuestradas por Hamas. Tenemos que buscar una salida para que vuelvan sanos y salvos a sus casas en medio de una gran dificultad. No les quiero mentir, son organizaciones ilegales que trabajan en la clandestinidad. Y con quienes no tenemos ningún vínculo, no tenemos forma de llegar a ellos”, dijo Fernández en una videollamada que mantuvo con familiares de los desaparecidos y que fue difundida el lunes por Radio Jai, medio de la comunidad judía local.
El mandatario, que se encuentra de visita en China, detalló que “estamos buscando caminos para llegar a un vínculo para poder interceder, incluso nos contactamos con la Autoridad Palestina de Cisjordania que dicen no tener vínculos con ellos, pero muestran predisposición de colaborar".
"También estamos hablando con Qatar y Egipto”, acotó.
Siete argentinos figuran en la lista de víctimas del ataque de Hamas a territorio israelí de hace más de una semana.
“Ustedes saben como argentinos qué quiere decir desaparecido”, apuntó Itzik Horn, padre de los argentino-israelíes Iair y Eitan, quienes se encontraban en el kibutz Nir Oz, cercano a la Franja de Gaza, al momento del ataque terrorista.
El hombre se refirió al régimen militar de 1976 y 1983 que secuestró y desapareció a 30.000 disidentes en el país sudamericano, según organismos de derechos humanos.
Israel fue precisamente refugio para muchos argentinos que se exiliaron perseguidos por la dictadura. Varios de sus descendientes están entre los secuestrados por Hamas.
Fanny Burstein, que tiene a su hijo argentino Matías y a su nuera desaparecidos, manifestó en diálogo con el presidente argentino que “no sabemos nada de ellos, si están vivos, muertos o secuestrados. Nadie sabe nada”.
“Mi papá fue secuestrado en dictadura y no queremos volver a pasar esto. No queremos que la Argentina cierre los ojos”, remarcó la mujer.
Visiblemente emocionado, Fernández expresó que “todo el gobierno argentino está trabajando para ustedes. Es muy penoso escuchar todo esto, saber que hay argentinos soportando esto... Voy a poner todo mi empeño para que estas caras de preocupación y dolor se conviertan en caras de tranquilidad en poco tiempo”.
En paralelo, México anunció el lunes que completará todas la repatriaciones de connacionales desde Israel con dos aviones que saldrán de Tel Aviv con los últimos 275 mexicanos que esperaban su evacuación en el aeropuerto de dicha ciudad.
El gobierno ya sacó a otro grupo similar directamente a México la semana pasada y a un segundo grupo a través de un puente aéreo Israel-Madrid, desde donde gestionó precios preferenciales en vuelos comerciales para que pudieran regresar a México.
Además, organizó evacuaciones terrestres hacia Jordania y está intentando evacuar a una doctora mexicana que se encuentra en la Franja de Gaza, confirmó la secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, en sus redes sociales. La canciller mexicana lamentó que Israel no permita un cordón humanitario y, durante el fin de semana, a medida que se intensificaron los ataques en Gaza, dijo que era “urgente hacer un llamado a Israel porque aún la guerra tiene reglas”.
Otro vuelo humanitario procedente de Tel Aviv llegó el lunes en Quito con 116 ecuatorianos repatriados, 80 extranjeros y 18 mascotas. Fueron recibidos en el aeropuerto mariscal Sucre, de la capital ecuatoriana, por sus familiares con flores, globos y muestras de afecto.
Los 80 extranjeros que aprovecharon el vuelo ecuatoriano se trata de ciudadanos peruanos, bolivianos, costarricenses, guatemaltecos, dominicanos, paraguayos y hondureños, de acuerdo con una información de la Cancillería ecuatoriana.
En Israel viven alrededor de un millar de ecuatorianos.