Muere Stephen Rubin, ejecutivo editorial que lanzó éxitos como "The Da Vinci Code"
NUEVA YORK (AP) — Stephen Rubin, desde hace mucho tiempo un ejecutivo editorial con ojo para los éxitos y pasión por la música y la vida pública que ayudó a lanzar la carrera de John Grisham, entre otros autores, y lanzó éxitos taquilleros como “The Da Vinci Code” y “Fire and Fury”, murió. Tenía 81 años.
Rubin falleció el viernes en un hospital en Manhattan después de “una breve y repentina enfermedad”, según su sobrino, David Rotter.
La publicación de libros es difícil de imaginar sin Rubin, de voz rasposa y una poderosa y colorida presencia durante décadas con sus gafas de carey, trajes elegantes y una gran variedad de amigos y colegas, desde Jacqueline Kennedy hasta Beverly Sills. Organizó fiestas memorables en su espacioso apartamento en West Side y fue una fuente principal de chismes y evaluaciones alternativamente profanas y amorosas de amigos, colegas y el mundo en general.
“Entraba a un cuarto y de inmediato lo llenaba”, le dijo a The Associated Press en un correo electrónico su amiga cercana Jane Friedman, ex directora ejecutiva de HarperCollins Publishers. “Tenía gustos y aversiones muy firmes y NUNCA cambiaba de opinión”.
Rubin era experiodista del New York Times y entró a la publicación de libros en la década de 1980 subiendo a puestos principales en Doubleday, en donde Kennedy trabajó durante mucho tiempo como editora, y Henry Holt and Company. Más recientemente, era asesor de edición para Simon & Schuster.
Entre los varios proyectos notables de Rubin está la serie de historia “Killing”, de la que se han vendido millones, de Bill O’Reilly y Marin Dugard, “Como agua para chocolate” de Laura Esquivel, “Tuesdays With Morrie” de Mitch Albom, “Bring Up the Bodies” de Hilary Mantel y “Decision Points” del expresidente George W. Bush.
Los ejecutivos editoriales sueñan con supervisar por lo menos un gran fenómeno; Rubin logró al menos tres.
A principios de la década de 1990, recién empezaba a trabajar en Doubleday cuando la editorial estaba por lanzar un thriller de un autor poco conocido, “The Firm” de Grisham. La novela ayudó a que Grisham se convirtiera en sinónimo de dramas judiciales y fue el inicio de una larga amistad entre él y Rubin, quien reconoció aprovecharse del buen aspecto del autor para exhibirlo en anuncios publicitarios. Durante un tiempo Grisham se rebeló y se presentaba a las sesiones de fotos sin afeitarse.
“Steve Rubin era un gran editor”, dijo Grisham en un comunicado. “Le encantaban los libros, sobre todo los que estaban en las listas de los más vendidos, y sabía cómo lograr que llegaran ahí. Era el sueño de un escritor: Leal, generoso y nunca se guardaba su opinión. Rara vez se equivocaba, pero nunca dudaba”.
Una década más tarde, Doubleday contrató a un autor entonces desconocido que había vendido pocas copias para Simon & Schuster pero que ofrecía un manuscrito prometedor para un thriller artístico y religioso ambientado en Europa. Con una incesante campaña promocional, que incluyó miles de copias anticipadas enviadas con anticipación a libreros y otras personas en el negocio,
“The Da Vinci Code” de Dan Brown fue una sensación inmediata y duradera. Las ventas superaron los 70 millones de copias, aun cuando algunos críticos y colegas autores lo despreciaban y algunos funcionarios religiosos lo consideraban blasfemo.