Italia firma pacto con la industria para mantener bajos los precios de productos básicos
MILÁN, Italia (AP) — La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, lanzó el jueves un pacto con la industria italiana destinado a mantener bajos los precios de una serie de productos de primera necesidad, como alimentos, artículos de higiene personal y artículos para bebés, que, según los defensores de los consumidores, podría suponer un ahorro de miles de millones para las familias.
El programa experimental se extiende del 1 de octubre al 31 de diciembre y en él participan 32 asociaciones que han acordado rebajar o mantener un tope en los precios de determinados artículos durante el periodo de tres meses.
“Creo que es la primera vez que todo el sistema italiano, desde la producción de alimentos hasta los productos de consumo general, firma un pacto con el gobierno para mantener bajo control los precios de la canasta básica, para ayudar a las familias, especialmente a las que tienen dificultades”, dijo Meloni.
El grupo de consumidores Assountenti elogió el proyecto, calculando el ahorro potencial en 4.000 millones de euros (4.220 millones de dólares), pero dijo que había muchas incógnitas, entre ellas qué productos se incluyen exactamente.
Entre los agentes del sector figuran cadenas de supermercados, pequeños minoristas y fabricantes de alimentos y medicamentos. Se espera que las tiendas participantes señalen su participación con etiquetas con los colores verde, rojo y blanco de la bandera italiana.
La inflación es un reto para el gobierno italiano, aunque ha bajado desde los máximos tras la invasión rusa de Ucrania. El ministro italiano de Desarrollo Económico, Adolfo Urso, declaró que la inflación del país ha caído por debajo de la media de la Unión Europea del 11,7% desde que Meloni asumió el cargo en octubre pasado, al 5,4% en septiembre.
La Oficina de Estadística de la UE publicará el viernes nuevas cifras de inflación. En agosto, los precios al consumo subieron un 5,9% en los 27 países miembros de la UE con respecto al año anterior, y un 5,2% en los 20 países que utilizan el euro. Esta cifra es inferior a la registrada en la eurozona en octubre de 2022 (10,6%).