Reseña: “For That Beautiful Feeling” de The Chemical Brothers lleva a la ensoñación
Recuerda, si puedes, la década de 1990, cuando la popularidad de las bandas de rock disminuyó y la música electrónica dominaba. Cuando el techno y el acid house arrasaron en las pistas de baile y The Chemical Brothers eran pioneros del género big beat. Ese espíritu continúa en el 10mo álbum de estudio del dúo británico, “For That Beautiful Feeling”.
En el pasado, “Hey Girl Hey Boy” y “Galvanize” de Tom Rowlands y Ed Simons electrizaron las ondas radiales. Pero a medida que la música electrónica fluyó y mutó (para los oídos de esta periodista, hasta desvanecerse suavemente y convertirse en algo fácil de escuchar), las creaciones innovadoras de The Chemical Brothers nunca flaquearon. Continúan encontrando ritmos y armonías sorprendentes como en “For That Beautiful Feeling” (Republic Records). Los Brothers nunca han perdido su factor irresistible.
El disco de 11 pistas tiene una vibra de ensueño de otro mundo, que refleja su título a la perfección. Grabado en su estudio cerca de la costa en Inglaterra, casi se puede sentir un escalofrío descender sobre los hombros mientras la música se eleva. El álbum recuerda a los temas favoritos de los Chemical Brothers, pero tiene un toque de atemporalidad y la voz angelical de la artista francesa Halo Maud, quien aparece en dos temas: “Live Again”, sincopada e hipnótica, y la canción que le da título al álbum.
“No Reason” tiene la agradable vibra de funk de los años 70 con reverberaciones. “The Weight” se desarrolla como una persecución policial antigua, mientras que “Fountains” es la encarnación musical de ese tipo rudo de la pista de baile con una chaqueta de cuero. “Skipping Like a Stone” convocó al favorito del rock alternativo Beck, en su segunda colaboración con el dúo galardonado con el Grammy desde “Wide Open” de 2015.
Las canciones juntas son dispares y divertidas, crean una sombrilla de playa multicolor que permite soñar tranquilo bajo el sol, junto al mar.