Bomberos y aviones europeos asisten contra incendios que han matado a 20 personas en Grecia
ATENAS (AP) — Aviones de varios países europeos con capacidad para descargar agua se sumaron el miércoles a cientos de bomberos que combatían incendios desde hacía días en varios lugares de Grecia, y que habían matado a 20 personas. Otros fuegos seguían ardiendo en la isla española de Tenerife y el noroeste de Turquía, cerca de la frontera griega.
El incendio forestal activo más grande en Grecia seguía ardiendo sin control por quinto día cerca de la ciudad de Alejandrópolis, en el nordeste del país, mientras las autoridades intentaban impedir que otro fuego en las afueras al oeste de Atenas llegara a las casas y al parque nacional de Parnitha, una de las últimas zonas verdes que quedan cerca de la capital griega.
En los últimos tres días se han iniciado 209 incendios en Grecia, según dijo el miércoles por la mañana el vocero de bomberos Ioannis Artopios. Los fuegos, avivados por vientos con fuerza de galerna y el ambiente caluroso y seco del verano, han hecho que las autoridades ordenen evacuaciones en docenas de pueblos y el principal hospital de Alejandrópolis.
Aunque los vientos remitían poco a poco en muchas partes del país, el riesgo de nuevos incendios seguía siendo alto.
“Las condiciones siguen siendo difíciles y en muchos casos extremas”, dijo Artopios.
Los bomberos que buscaban el martes en zonas recién quemadas en la región de Alejandrópolis encontraron en un bosque los cuerpos de 18 personas que se cree eran migrantes. El lunes se encontraron otros dos cadáveres, uno en el norte de Grecia y otro en un incendio distinto en el centro del país.
Grecia pidió ayuda a otros países europeos para asistir a los bomberos, que trabajaban al límite de su capacidad. Alemania, Suecia, Croacia y Chipre enviaron aviones que descargaban agua, mientras que Rumanía y Chequia enviaron docenas de bomberos y depósitos de agua.
Se ordenaron evacuaciones en varias zonas del extremo noroccidental de la capital griega, donde un incendio iniciado el martes trepaba deprisa por una montaña hacia el parque nacional de Parnitha, amenazaba una base militar en la zona y llegó a las casas a los pies del monte.
Más de 200 bomberos combatían las llamas respaldados por voluntarios, militares y policías, ocho helicópteros y siete aviones, incluidos los dos de Alemania y dos suecos.
El incendio en Alejandrópolis, una región cerca de la frontera oriental griega con Turquía, seguía ardiendo fuera de control. Docenas de bomberos rumanos se sumaron a la operación con el respaldo de ocho helicópteros y cinco aviones, incluidos dos chipriotas.
Al otro lado de la frontera, en la provincia turca de Canakkale, fuertes vientos avivaban un incendio que ardía por segundo día.
Las autoridades evacuaron una residencia de ancianos y a más de 1.250 personas de nueve poblados, además de cerrar una autopista como precaución. Más de 80 personas fueron atendidas en hospitales por el efecto del humo.
Equipos de bomberos que trabajaban con más de dos docenas de aviones y helicópteros para descargar agua habían contenido en gran parte el fuego para evitar que se expandiera de las 1.500 hectáreas (5,79 millas cuadradas) que ha devorado ya, indicó el ministro turco de Bosques, Ibrahim Yumakli.
Las autoridades también suspendieron el tráfico marítimo por el estrecho de Dardanelos, que conecta el mar Egeo con el mar de Mármara, y que las aeronaves de descarga de agua utilizaban para recargar, indicó el ministro.
Había incendios esporádicos en Italia, sumida en una ola de calor que se esperaba durase hasta el fin de semana, con temperaturas sobre los 38 grados (100 Fahrenheit) en muchas ciudades. Cuarenta bomberos y tres aeronaves combatían desde la madrugada del miércoles un fuego en una zona de matorral a las afueras de la localidad costera de San Remo, un popular destino turístico en Liguria. No se reportaron heridos ni daños a la propiedad.
Los veranos secos y calurosos de los países del sur de Europa los hacen especialmente propensos a los incendios forestales.
Las autoridades de la Unión Europea han culpado al cambio climático por la creciente frecuencia e intensidad de los incendios forestales en Europa, y señalan que 2022 fue el segundo peor año de incendios forestales del que se tiene registro, por detrás de 2017.
En Tenerife, en el archipiélago español de Islas Canarias, un gran incendio llevaba más de una semana activo y había calcinado 150 kilómetros cuadrados (casi 58 millas cuadradas) de terreno, lo que incluía en torno a un tercio de los bosques de la isla.