Reseña: Las Tortugas Ninja regresan mejor que antes
Hay algunos chistes buenos e innovaciones inteligentes en la película animada “Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutant Mayhem” (“Tortugas Ninja: Caos Mutante”), pero hay una idea brillante: elegir a Ice Cube como la voz en inglés del supervillano insecto mutante de la película, Super Fly.
Quizá haya sido difícil imaginar que el rapero que cantó sobre “arrojar bombas sobre sus madres” terminaría siendo el actor más destacado de una película para niños con clasificación PG (apta para toda la familia). Pero ya estamos en la séptima película de “Teenage Mutant Ninja Turtles”, sin contar todas las series y videojuegos. Esas son muchas películas por un poco de propiedad intelectual que se adhiere más firmemente a las loncheras que a la cultura pop. Para las tortugas, estaba llegando el momento de, como diría Ice Cube, “compruébalo tú mismo” o probar algo nuevo.
“Mutant Mayhem”, que se estrena este fin de semana en Estados Unidos, no puede superar por completo la sensación de pisar un terreno de tortuga bien cubierto. Pero si tenemos que adentrarnos una vez más en el fango, la película del director Jeff Rowe, codirector de “The Mitchells vs. the Machines” (“Los Mitchell contra las máquinas”) y coescrita por los coproductores Seth Rogen y Evan Goldberg, es probablemente la mejor de todas en una franquicia no tan estelar. Sin duda, es la que más nos muestra esa parte “adolescente” del nombre de las tortugas. Además, tiene a Ice Cube como una mosca que cita a los O’Jays.
La animación tiene una textura vívida, el ritmo es persistentemente de hip hop (Lauryn Hill, De La Soul, Ol’ Dirty Bastard y otros están incluidos en la música electrónica de Trent Reznor y Atticus Ross) y la Nueva York de la película está impresionantemente detallada. Pero el giro más importante de esta versión de “Teenage Mutant Ninja Turtles” puede ser sumergirse en la adolescencia de sus tortugas de 15 años.
Si “Barbie” se equilibró entre los recuerdos de la infancia de Greta Gerwig y su feminismo adulto, “Mutant Mayhem” se entrega completamente a la mentalidad de la adolescencia. Esto incluye humor asqueroso y la apariencia de cómic de la animación. Pero estos también son adolescentes que ven películas como “Ferris Bueller’s Day Off” (“Un experto en diversión”), suspiran por entradas para conciertos y hacen videos ridículos de ellos mismos cortando sandías.
Lo que realmente quieren Donatelo (Micah Abbey), Miguel Ángel (Shamon Brown Jr.), Leonardo (Nicolas Cantu) y Rafael (Brady Noon) es encajar e ir al bachillerato como otros adolescentes. Las tortugas han sido relegadas a la alcantarilla desde que Splinter, una rata con la voz de Jackie Chan, se topó con ellos después de que fueran expuestos cuando eran crías al mismo líquido que engendró a Super Fly (en español de Latinoamérica es Óscar Flores), quien es producto de los experimentos del científico Baxter Stockman (Giancarlo Esposito).
Splinter tiene la misma opinión de la mayoría de las ratas en “Ratatouille”: no se puede confiar en los humanos. (El miedo particular de Splinter es que lo “ordeñarán”). Así que las tortugas han crecido bajo tierra, un poco como la familia educada en el hogar de “The Wolfpack”, mientras añoran ir al mundo exterior.
Encuentran una esperanza con una periodista de bachillerato llamada April O’Neil (Ayo Edebiri), que quiere documentar, y así demostrarle a la humanidad, su decencia. Al mismo tiempo, las tortugas conocen al carismático Super Fly (con la voz grandilocuente de Ice Cube) y su banda de mutantes. Al principio, se hacen amigos rápido, “primos”, dice Super Fly, pero las tortugas luego comienzan a escuchar los planes de Super Fly para convertir a todos los animales en mutantes y erradicar el mundo de los humanos.
“Pueblos, tienen que irse”, dice un mutante.
Parte del brillo de “Mutant Mayhem” ha sido robado por “Into the Spider-Verse” (“Spider-Man: Un nuevo universo”) y “Across the Spider-Verse” (“Spider-Man: Cruzando el multiverso”) de este año, películas que también alteran el aspecto típico de la animación de estudio y lo hacen con una banda sonora atractiva, aunque en su caso de forma más ecléctica.
Esta “Teenage Mutant Ninja Turtles”, aunque es la mitad de esas películas, tiene sus propios encantos discretos. Es más boba, más asquerosa y sobre todo divertida. Las cuatro tortugas son una maraña de diálogo superpuesto difícil de diferenciar acerca de duda y ansiedad. Pero esa primera palabra en su nombre finalmente se siente genuina. Después de siete películas, es justo que Donatello, Miguel Ángel, Leonardo y Rafael tengan un renacimiento.
“Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutant Mayhem” (“Tortugas Ninja: Caos Mutante”), un estreno de Paramount Pictures, tiene clasificación PG (que sugiere cierta orientación de los padres) de la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (MPAA, según sus siglas en inglés) por escenas con violencia y acción, diálogos y material que puede resultar ofensivo. Duración: 99 minutos. Tres estrellas de cuatro.
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