Jimmy Graham, agradecido por volver con Saints; confía en que puede jugar
METAIRIE, Louisiana, EE.UU. (AP) — Jimmy Graham expuso varios motivos por los que, a los 36 años y sin haber jugado al fútbol americano en la última campaña podría volver a ser el generador de jugadas de los Saints de Nueva Orleáns.
“Me siento mejor que nunca. Sigo midiendo seis pies siete (2 metros) y me gusta la zona roja”, dijo el veterano tight end el sábado, en sus primeros comentarios públicos desde el martes, cuando se reincorporó al equipo con el que debutó en la NFL. “Definitivamente llego acá con un gran deseo de demostrar algo”.
Graham estimó que pesaba hasta 285 libras (130 kilogramos) en su estadía previa con los Saints. Ahora dice que ha recorrido “cientos de millas a la semana” en bicicleta y ha cambiado sus hábitos de entrenamiento y alimentación, a fin de adaptarlos a su edad.
“Sé que definitivamente estoy en forma”, dijo Graham, quien pesa ahora 265 libras (120 kilos). “Ése no es un problema”.
Graham, quien ha atrapado por lo menos ocho pases de anotación en seis de sus 12 campañas dentro de la NFL, era un destinatario favorito del ex mariscal de campo Drew Brees. Figuró entre los jugadores más populares en Nueva Orleáns antes de que el equipo lo canjeara sorpresivamente a Seattle en 2015.
Muchos fanáticos se molestaron, incluida la hija del gerente general Micky Loomis. Tampoco a Graham le causó gracia la transacción.
“Para mí fue una conmoción”, recordó. “Pensé que jamás me iría de aquí... Desperté ante la parte del negocio que duele”.
Al aludir a una infancia difícil en la que llegó a vivir en un orfanato, Graham añadió: “Al comienzo fue muy difícil, porque mi conexión con Drew fue como la de un hermano mayor, lo mismo que con otra gente acá. Era una familia, ¿saben? Así que, para mí, un tipo que no tuvo familia, aquello fue difícil".
Graham jugó tres temporadas con los Seahawks, donde sufrió una lesión grave de rodilla en 2015. Sin embargo, tuvo ahí también su última temporada de 10 anotaciones, en 2017.
Pasó dos temporadas en Green Bay y otro par en Chicago. Dijo que en algunas de esas campañas se negaba a dar entrevistas, porque “no sentía que tuviera mucho positivo que decir”.
Añoraba una oportunidad de jugar en Nueva Orleáns y ahora la tiene.