Trump es acusado de pedirle a empleado borrar grabación en caso de documentos confidenciales
WASHINGTON (AP) — Donald Trump enfrentaba nuevos cargos el jueves en un caso en el que se le acusa de poseer documentos confidenciales de forma ilícita, ya que los fiscales aseguran que el expresidente le pidió a un miembro de su personal que borrara una grabación de las cámaras de vigilancia en su finca de Florida para tratar de obstruir la investigación federal sobre los documentos.
La nueva acta de acusación incluye cargos adicionales de obstrucción y de retención deliberada de información de defensa nacional, añadiendo nuevos detalles a una acusación formal presentada el mes pasado en contra de Trump y de un colaborador cercano.
Los nuevos cargos fueron una sorpresa tomando en cuenta la expectativa de otra posible acusación en Washington por sus intentos de anular los resultados de las elecciones presidenciales de 2020. Los cargos adicionales ponen de manifiesto el amplio, y desconocido, alcance de la investigación que enfrenta Trump mientras intenta volver a la Casa Blanca en 2024 al tiempo que trata de defenderse de causas penales en distintas ciudades.
Las acusaciones actualizadas del fiscal especial Jack Smith se enfocan en la grabación de las cámaras de la finca de Trump en Palm Beach, evidencia que desde hace tiempo ha sido fundamental para el caso. Trump está acusado de haber pedido que se borrara la grabación luego de que los investigadores del FBI y del Departamento de Justicia visitaron Mar-a-Lago en junio de 2022 para recoger los documentos confidenciales que el expresidente se llevó cuando abandonó la Casa Blanca un año antes. La nueva imputación también lo acusa de retener ilegalmente un documento que supuestamente mostró a visitantes en Nueva Jersey.
Un vocero de Trump calificó los nuevos cargos como “nada más que un continuo, desesperado y fallido intento” del gobierno federal “para acosar al presidente Trump y a quienes lo rodean” e influir en la contienda presidencial de 2024.
La fiscalía acusa a Trump de planear junto a su colaborador, Walt Nauta, y un administrador de la finca de Mar-a-Lago, Carlos De Oliveira, de ocultar las imágenes a los investigadores federales después de que emitieron una citación para obtenerlas. Eventualmente, los videos de la propiedad tendrían un papel importante en la investigación porque, según la fiscalía, captaron a Nauta moviendo cajas de documentos dentro y fuera de una bodega, incluso un día antes de una visita de agentes del FBI a la propiedad. Trump ordenó que se movieran las cajas, según el acta acusatoria.
De acuerdo con el acta, Nauta se reunió con De Oliveira el 25 de junio de 2022 en Mar-a-Lago, en donde fueron a una caseta de seguridad en donde se muestra el video en los monitores y caminaron iluminados con una linterna por un túnel hacia donde se encuentra la bodega, analizando el lugar y señalando la posición de las cámaras de vigilancia.
Dos días después, según el acta, De Oliveira caminó por un túnel en el sótano junto a un empleado no identificado de Trump para dirigirse a un armario de audio, en donde De Oliveira le preguntó en una conversación privada cuántos días retenía el servidor las imágenes.
De Oliveira, aseguraron los fiscales, le dijo al empleado que el “jefe” quería que se borrara el servidor y le preguntó: “¿Qué vamos a hacer?”
Durante una entrevista voluntaria con el FBI en enero pasado, afirman los fiscales, De Oliveira mintió cuando dijo que “nunca vio nada” referente a las cajas en Mar-a-Lago.
De Oliveira fue integrado al acta y enfrenta cargos de obstrucción y declaraciones falsas relacionadas con la entrevista que concedió al FBI. Su abogado se negó a comentar al respecto.
Los nuevos cargos se presentaron mientras Trump se prepara para la posibilidad de una acusación adicional relacionada a sus intentos por revertir los resultados de la elección de 2020 antes de la revuelta del 6 de enero de 2021 en el Capitolio federal. La semana pasada reveló que había recibido una carta del Departamento de Justicia en la que se le informa que es objeta de esa pesquisa, dejando entrever que pronto podrían presentarle cargos. Sus abogados se reunieron horas antes el jueves con fiscales de la oficina de Smith para discutir ese caso.
Pero a pesar de la anticipación, los únicos cargos que se presentaron el jueves fueron en Florida, no en Washington.
La acusación sustitutiva imputa a Trump un cargo adicional de retener deliberadamente información de defensa nacional relacionada con un documento que mostró a visitantes de su club de golf en Bedminster, Nueva Jersey durante una entrevista de julio de 2021 para la autobiografía de su antiguo jefe de despacho, Mark Meadows. La fiscalía se ha referido al documento como un plan de ataque del Pentágono y, en su libro, Meadows señaló que el país al que se refiere es a Irán.
De acuerdo con el acta de acusación, Trump devolvió ese documento al gobierno federal el 17 de enero de 2022, fecha en que Trump entregó 15 cajas de documentos a los Archivos Nacionales. La decisión de acusarlo con posesión de ese documento es notable debido a que los otros registros nombrados en el acta son aquellos que Trump no entregó a las autoridades en junio de 2022 en respuesta a la citación del jurado investigador para exigir el regreso de material confidencial, o los que el FBI encontró durante una orden de cateo en Mar-a-Lago en agosto.
Trump ha negado que tenía documentos secretos.
“No hubo un documento. Tenía montones de papeles. Tenía copias de artículos de periódicos, tenía copias de revistas, tenía copias de todo”, dijo en una entrevista con el presentador de Fox News, Bret Baier.
Tanto Trump como Nauta se han declarado inocentes en la acusación original por 38 cargos. De Oliveira deberá comparecer en una corte de Florida el lunes.
El juicio en contra de Trump y Nauta actualmente se encuentra programado para el 20 de mayo de 204. Se desconoce si añadir a un nuevo acusado podría resultar en un aplazamiento.
____
Los periodistas de The Associated Press Alanna Durkin Richer en Boston, Michael Kunzelman, Lindsay Whitehurst, Farnoush Amiri, Nomaan Merchant, Lisa Mascaro y Gary Fields en Washington, y Jill Colvin en Nueva York, contribuyeron a este despacho.