Estudio ve huellas del cambio climático en las olas de calor en Europa, China y América
Las huellas del cambio climático están presentes en las intensas olas de calor que azotan el planeta este mes, según un nuevo estudio. Los investigadores sostienen que las letales olas de calor en el suroeste de Estados Unidos y en el sur de Europa no habrían ocurrido sin la continua acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Tras años de investigaciones y con computadoras más poderosas, los científicos pueden determinar casi en tiempo real si el cambio climático contribuye a la intensidad del calor, las tormentas, las inundaciones y las sequías, y en qué medida.
A los científicos de la generación anterior les tomaba hasta un año descubrir esas conexiones, pero los investigadores de World Weather Attribution llegaron a sus conclusiones sobre la ola de calor de este verano boreal en menos de una semana. Su estudio es el primero que abarca tres olas de calor simultáneas en tres continentes.
Estas olas de calor inusualmente potentes son cada vez más frecuentes, indicó el estudio el martes. La misma investigación halló que el incremento de los gases de efecto invernadero, procedentes en su mayoría de la combustión de carbón, petróleo y gas natural, ha hecho que otra ola de calor, la que afectó a China, sea 50 veces más probable y pueda ocurrir cada cinco años aproximadamente.
Una atmósfera estancada, calentada por el dióxido de carbono y otros gases, también provocó que la ola de calor en Europa fuera 2,5 grados Celsius (4,5 Fahrenheit) más alta, agravó la de Estados Unidos y México en 2 °C (3,6 °F) y la de China en 1 °C (1,8 °F), de acuerdo con el estudio.
“De no haber habido cambio climático, semejante evento probablemente no hubiera ocurrido”, dijo Mariam Zacariah, climatóloga del Imperial College de Londres y autora principal del estudio. Dijo que las olas de calor en Europa y América del Norte hubieran sido “virtualmente imposibles” sin el aumento de los gases que atrapan calor desde mediados del siglo XIX. Estadísticamente, el de China podría haber ocurrido sin calentamiento global.
Valiéndose de los anillos de los árboles y de otros registros de temperatura, varios climatólogos apuntaron que el calor de este mes es probablemente el más intenso que ha sufrido la Tierra en unos 120.000 años y, fácilmente, el más elevado de la civilización humana.
La temperatura global promedio ha sido más alta en 22 de los primeros 24 días de julio que en cualquier otro día desde que se llevan registros, según cálculos del Reanalizador de Clima de la Universidad de Maine.
Desde la aparición de la combustión a escala industrial, el planeta se ha calentado 1,2 °C (2,2 °F) por lo que “no son inusuales en el clima actual y el papel del cambio climático es absolutamente abrumador”, indicó el climatólogo del Imperial College Friederike Otto, que dirige el equipo de científicos del clima internacionales voluntarios de World Weather Attribution que realizan estos estudios.
En este escenario climático, es probable que las olas de calor especialmente intensas que abrasan Texas, California, Arizona, Nuevo México, Nevada, Baja California, Sonora, Chihuahua y Coahuila se produzcan ahora una vez cada 15 años.
Pero el clima no está estabilizado, ni siquiera a este nivel. Si sube unas décimas de grado más, el calor de este mes será incluso más habitual, afirmó Otto. Phoenix ha batido el récord de 25 días consecutivos con temperaturas iguales o superiores a los 43,3 °C (110 °F) y más de una semana con temperaturas nocturnas que no bajaron nunca de los 32,2 °C (90 °F).
Es posible que con el clima actual, el calor que se registra en España, Italia, Grecia y en algunos países de los Balcanes se repita cada década.
Dado que los investigadores empezaron a analizar las tres olas de calor simultáneas el 17 de julio, los resultados no han sido revisados aún por otros expertos, como es habitual en los estudios científicos. Pero emplearon técnicas científicamente válidas, sus investigaciones se publican regularmente y algunos expertos independientes dijeron a The Associated Press que sus conclusiones tienen sentido.
Para realizar estos estudios rápidos, los científicos comparan las observaciones del clima actual en las tres regiones con repetidas simulaciones informáticas del “mundo que podría haber sido sin cambio climático”, dijo Izidine Pinto, climatólogo del Real Instituto Meteorológico de Holanda y coautor del estudio.
Según el estudio, el cambio climático no es la única causa de las olas de calor en Europa y América del Norte, pero sí es un factor necesario porque las causas naturales y el azar no bastan para producirlo.
El climatólogo texano John Nielsen-Gammon dijo que el estudio era razonable, pero abarca una zona amplia del suroeste estadounidense que tal vez no se aplique a cada lugar.
“En Estados Unidos, está claro que toda la franja austral recibirá lo peor del calor creciente y se debe considerar este verano una señal de alarma seria”, dijo el decano de ambiente de la Universidad de Michigan, Jonathan Overpeck.
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