Virginia Occidental: Recluso ateo no puede ser obligado a participar en programas religiosos
CHARLESTON, Virginia Occidental, EE.UU. (AP) — Un juez federal de Virginia Occidental ha dictaminado que la agencia penitenciaria estatal no puede obligar a un recluso ateo y humanista laico a participar en programas religiosos con el fin de poder ser elegible para libertad condicional.
En un amplio fallo de 60 páginas emitido el martes, el juez Joseph Goodwin, que labora en el Tribunal Federal de Distrito en Charleston, dijo que el recluso Andrew Miller, del Centro Penitenciario Saint Marys, “cumple fácilmente con su responsabilidad de demostrar una vulneración de sus derechos”.
Las “acciones sin paliativos (del estado) obligan al señor Miller a elegir entre dos perjuicios distintos pero igualmente irreparables”, escribió el juez. Puede “someterse a la coacción del gobierno y participar en ejercicios religiosos opuestos a sus propias creencias”, o “permanecer encarcelado al menos hasta abril de 2025".
Goodwin emitió una orden judicial preliminar en la que les exige a los funcionarios de la División de Penitenciarías y Rehabilitación de Virginia Occidental que eliminen de los requisitos para la libertad condicional de Miller el haber completado un programa residencial de abuso de sustancias dirigido por el estado y financiado por el gobierno federal. La agencia no devolvió una solicitud de comentarios el jueves.
En abril, Miller presentó una demanda ante un tribunal federal de distrito, en la cual alegaba que el estado está obligando a los reclusos a practicar el cristianismo y no ha atendido sus reiteradas peticiones de que se respete su falta de fe en Dios.
Según la demanda, Miller fue objeto de “coacción religiosa” en junio de 2021, cuando ingresó en el centro penitenciario del condado Pleasants. Él cumple una condena de uno a diez años, no determinante, por allanamiento de morada.
El consumo de sustancias no fue un factor en su delito, pero Miller se inscribió en el programa porque se está recuperando de una adicción.
Alegó que el programa de tratamiento por abuso de sustancias financiado con fondos federales, que es un requisito para que se le tome en cuenta para una posible libertad condicional, está “impregnado de prácticas cristianas”, incluidos materiales de lectura cristianos y reuniones obligatorias de Alcohólicos Anónimos o Narcóticos Anónimos, en las que se recitan la Plegaria de la Serenidad y el Padre Nuestro.