Informe de observadores cita interferencia de partidos y sistema judicial en elecciones de Guatemala
CIUDAD DE GUATEMALA (AP) — La Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos dijo que algunos partidos políticos intentaron utilizar errores muy aislados para sembrar dudas sobre la confiabilidad de las elecciones en Guatemala y sugerir que hubo problemas sistemáticos. Después de una revisión, los observadores reafirmaron los resultados ofrecidos por las autoridades electorales que colocaron en una segunda vuelta a la conservadora Sandra Torres y el izquierdista Bernardo Arévalo.
Al presentar un informe el miércoles ante una sesión ordinaria del Consejo Permanente del organismo en Washington, la misión explicó que durante el proceso “hubo intentos por desconocer la voluntad electoral expresada en las urnas, una extrema judicialización del proceso, la intromisión de instituciones no electorales en el proceso comicial, la inhabilitación de candidaturas y casos de violencia en el contexto del proceso electoral”.
“La Misión considera que el abuso de los instrumentos legales por parte de actores insatisfechos con los resultados introdujo un alto grado de incertidumbre en el proceso electoral y puso en riesgo la estabilidad democrática del país”, agregó.
En un agregado fuera del informe, el jefe de la misión, el embajador Eladio Loizaga, señaló que el Movimiento Semilla, que postula a Arévalo, presentó una “grave” denuncia en la que dijo que sus simpatizantes y el partido están siendo objeto de intimidación y persecución.
Los observadores recordaron cómo algunos partidos políticos intentaron revertir la voluntad ciudadana cuestionando “la fidelidad de los resultados”, además de “sembrar dudas infundadas en el proceso”, utilizando tendenciosamente, incluso, casos muy aislados de errores en actas para hacer parecer que existieron problemas sistemáticos en el escrutinio.
La misión dijo que las elecciones transcurrieron en general en forma tranquila, con alta presencia de fiscales de los partidos políticos y una transmisión de resultados que “funcionó de forma satisfactoria”.
Los guatemaltecos acudieron el 25 de junio a las urnas para elegir a un nuevo presidente y su respectivo vice y escoger a diputados del Congreso, el Parlamento Centroamericano, alcaldes y corporaciones municipales. En la puja presidencial, al no alcanzar nadie la mitad de los votos válidos requeridos, los dos más votados —Torres y Arévalo— se enfrentarán en un balotaje el 20 de agosto.
Tras los primeros resultados, la misión recordó que la Corte de Constitucionalidad otorgó un amparo provisional a nueve partidos políticos para que las Juntas Electorales realizaran segundas audiencias de revisión de escrutinios a las actas que recogieron el resultado de los votos, la cotejaran y se corrigieran errores, además la Corte también ordenó suspender la calificación y resultados oficiales.
La misión “constató que después de la revisión y cotejo adicionales, que no estaban contemplados en la legislación (la que sólo contempla una revisión el día de los comicios), los resultados definitivos fueron casi idénticos a los resultados preliminares, con cambios mínimos”, aseguró.
El proceso electoral ha sido uno de los más accidentados de la era modera del país, que incluyó la exclusión de candidatos, la judicialización del proceso, incluso la interferencia de la fiscalía guatemalteca que buscó dejar fuera de la contienda a Arévalo.
La misión dijo que mantiene su preocupación por lo que queda del proceso electoral, la certeza jurídica, la posibilidad de la “descalificación arbitraria” de algunas opciones emanadas del voto, los efectos de investigaciones penales a los militantes de partidos y la polarización profundizada en las últimas semanas.
En su informe, embajador Loizaga explicó que la misión trabajó desde casi seis meses en el proceso, incluso, en aspectos tecnológicos como la transmisión de resultados preliminares o un taller de desinformación y elecciones.
El día de las elecciones, la misión estuvo integrada por 90 observadores de 20 países que presenciaron las elecciones en las 22 juntas electorales departamentales, una distrital y una ubicada en Arlington Virginia, Estados Unidos, donde se recopiló el voto en el extranjero.