Hajj se realiza bajo un sol candente, con escaso alivio para el personal
MINA, Arabia Saudí (AP) — Mientras cientos de miles de peregrinos musulmanes siguen los pasos de los profetas bajo un sol candente, personal contratado en monos color verde claro sostienen grandes bolsas de plástico para recibir las botellas de agua vacías.
Se requieren decenas de miles de empleados de limpieza, seguridad, atención médica y otros para que sea posible la peregrinación anual a La Meca, o Hajj, de 1,8 millones de fieles musulmanes de todas partes del mundo. Al concluir la peregrinación el viernes, los trabajadores iniciarán una semana de tareas de aseo.
Para los trabajadores, que son migrantes, es una muy necesaria fuente de ingresos. Pero este año la tarea fue particularmente ardua, con temperaturas de alrededor de 45 grados Celsius (113 Fahrenheit) durante los cinco días de la peregrinación, que se realiza al aire libre y con escasa o ninguna sombra.
“Este trabajo no es fácil”, dijo un recogedor de residuos de 26 años, que fue a lavarse la cara antes de volver de prisa a su puesto al acercarse una nueva oleada de peregrinos. “Hace mucho calor”.
Era uno de seis trabajadores de la limpieza bangladesíes, que hablaron con The Associated Press bajo la condición de anonimato por miedo a las represalias. Afirman que les pagan unos 600 riyal (160 dólares) por mes. Durante el Hajj trabajan en turnos de 12 horas sin días libres antes de regresar a sus empleos en otras partes del reino.
La peregrinación a La Meca, o Hajj, es uno de los cinco pilares del islam, y todo musulmán debe hacerlo al menos una vez en la vida, si sus circunstancias lo permiten. Esta fue la primera vez en tres años que se realizó sin restricciones por el coronavirus.
El viernes concluye el Hajj con una marcha final en torno de la construcción cúbica Kaaba, luego de la cual los peregrinos parten de la ciudad santa. Los hombres suelen afeitarse la cabeza luego del apedreo ritual de los pilares que representan al demonio, y las mujeres se cortan un mechón de pelo en señal de renovación.
Los peregrinos aseguran que vale la pena a pesar del calor. Para muchos musulmanes es el hecho más importante de su vida espiritual, un viaje que los limpia de pecado y los acerca a Dios. Algunos ahorran durante años mientras aguardan el permiso para ir.
El Hajj es a la vez una fuente de orgullo y legitimidad para la familia real saudí, custodia de los sitios más sagrados del islam. Invierte miles de millones de dólares en la organización de esta congregación religiosa anual, una de las más grandes del mundo.
Para el personal de limpieza, es un trabajo, y este año fue particularmente arduo.
El sol se abatía sobre espacios abiertos y caminos, y su luz enceguecedora se reflejaba en el mármol blanco de los monumentos sagrados. Algunos días había apenas una brisa, mientras que en otros un viento ardiente levantaba ráfagas de arena. Los teléfonos celulares se sobrecalentaban y apagaban en cuestión de minutos.
El Ministerio de Salud saudí informó que se atendió a más de 8.400 peregrinos por agotamiento o insolación, y casi la mitad de ellos fue a parar al hospital.