Guardia costera griega defiende su respuesta al naufragio de más de 500 migrantes
ATENAS (AP) — La guardia costera griega defendió el viernes su respuesta al naufragio de un barco frente a la costa sur del país en el que se presume que más de 500 migrantes se ahogaron, en medio de crecientes críticas por el constante fracaso de Europa para prevenir ese tipo de tragedias.
Lanchas patrulleras y un helicóptero recorrieron por tercer día la zona del Mediterráneo donde un barco pesquero atestado zozobró el miércoles en la madrugada, en lo que la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) dijo que podría ser el segundo naufragio con migrantes más letal jamás registrado. El más mortal hasta la fecha ocurrió en abril de 2015, cuando un navío se hundió frente a la costa de Libia en su camino a Italia, cobrando unas 1.100 vidas humanas.
Nikos Alexiou, portavoz de la guardia costera, dijo que tanto buques de ese servicio como privados le ofrecieron ayuda por radio y a través de bocinas al navío mientras estaba en aguas internacionales el miércoles, también en ruta de Libia a Italia, pero que rechazó los acercamientos.
Alexiou alegó que cualquier intento de remolcar al sobrecargado pesquero de arrastre o de pasar a cientos de personas renuentes a los buques cercanos habría sido demasiado peligroso.
“Tendrás un desorden, y la gente se agitará, que desafortunadamente es lo que ocurrió a fin de cuentas”, declaró Alexiou a la televisora estatal ERT TV. “Habrás causado el accidente”.
Alexiou también dijo que, tras aceptar alimentos de un barco mercante, los pasajeros del pesquero rechazaron una cuerda en la que se les iba a pasar más comida “porque pensaron que todo el proceso era una forma para que nosotros los lleváramos a Grecia”.
Las autoridades griegas enviaron el primer barco, el buque cisterna Lucky Sailor, para que les diera a los migrantes alimentos y agua. La compañía Mediterranean Maritime Limited, que maneja el buque cisterna, dijo el viernes que las personas a bordo del pesquero “se mostraban muy reticentes a recibir cualquier ayuda, y ante cualquier intento de acercarse el bote empezaba a maniobrar para alejarse”.
La empresa señaló en un comunicado que a la larga las personas en el pesquero fueron convencidas de que aceptaran suministros.
Algunos expertos indicaron que el derecho marítimo obligaba a las autoridades griegas a intentar un rescate.
Definitivamente “tenían la obligación de iniciar los procedimientos de rescate” dado el estado del navío, dijo el profesor Erik Røsæg del Instituto de Derecho Privado de la Universidad de Oslo. Indicó que se puede hacer caso omiso de una negativa a aceptar ayuda si se considera que es una posición irracional, como parece haber sido el caso el miércoles.
Flavio di Giacomo, de la oficina de la OIM para el Mediterráneo, tuiteó que todos los botes con migrantes deben ser considerados peligrosos y rescatados de inmediato porque “incluso cuando aparentemente no tienen problemas, se pueden hundir en unos minutos”.
Los rescatistas sacaron a 104 sobrevivientes del agua y posteriormente recuperaron 78 cadáveres, pero no han localizado ningún otro desde el miércoles por la noche. La guardia costera griega señaló que la operación de búsqueda y salvamento continuaría más allá de las 72 horas usuales.
Las agencias de las Naciones Unidas para la migración y los refugiados emitieron un comunicado conjunto en el que dijeron que las operaciones marítimas de búsqueda y rescate efectuadas en forma oportuna son un “imperativo legal y humanitario”, y exhortaron a aplicar una “acción urgente y decisiva con el fin de evitar más muertes en el mar”.
Un grupo de organizaciones no gubernamentales, entre ellas Amnistía Internacional y Médicos sin Fronteras, dijeron que la UE debería “dejar de considerar que las soluciones sólo están en el desmantelamiento” de las redes de contrabando, y establecer operaciones de búsqueda y rescate en el Mediterráneo encabezadas por el Estado.
“El gobierno griego tenía responsabilidades específicas hacia cada pasajero en el navío, que evidentemente estaba en apuros”, dijo Adriana Tidona de Amnistía Internacional. “Esta es una tragedia de proporciones inimaginables, y más aún porque era totalmente prevenible”.
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Los periodistas de The Associated Press Frances D’Emilio en Roma, Renata Brito en Barcelona, Sarah El Deeb en Beirut y Costas Kantouris en Salónica, Grecia, contribuyeron a este despacho.