Abogado de príncipe Enrique interroga a exreportera de tabloide
LONDRES (AP) — Un abogado del príncipe Enrique terminó de exponer el caso de la realeza contra la empresa propietaria de un periódico el jueves, interrogando a una exreportera de tabloide sobre la información insertada en los artículos por el entonces editor Piers Morgan.
El último día de presentación de pruebas, el abogado David Sherborne interrogó a la excorresponsal del Daily Mirror en asuntos de la realeza, Jane Kerr, cuya firma aparece en varios de los 33 artículos citados por Enrique como ejemplos de intrusión ilegal por parte de la editorial Mirror Group Newspapers.
El abogado sugirió a Kerr que parte de la información en sus artículos provenía de escuchas telefónicas.
“Absolutamente no lo hizo”, dijo Kerr un tanto molesta.
“Nunca he interceptado un correo de voz. Ni siquiera sabría cómo”, agregó Kerr. También negó saber sobre violaciones a la ley por parte de periodistas independientes o investigadores privados empleados por el tabloide.
Kerr reconoció en su declaración testimonial por escrito que Morgan, que fue editor del Daily Mirror entre 1995 y 2004, “ocasionalmente dirigía o inyectaba información en un artículo” sin que ella conociera la fuente.
Cuando Sherborne le preguntó acerca de las citas en una nota, dijo: “No puedo decir con seguridad de dónde las saqué, porque no puedo recordar. Es posible que Piers me las haya dado”.
Morgan ha negado saber sobre escuchas telefónicas en el Mirror y la compañía impugna las afirmaciones del príncipe Enrique. Mirror Group pagó previamente más de 100 millones de libras (125 millones de dólares) para resolver cientos de reclamos de recopilación de información ilegal y ofreció una disculpa pública a las víctimas de escuchas telefónicas en 2015.
Enrique, que voló desde su casa en California para testificar a principios de semana, no estuvo presente en el Tribunal Superior el jueves. Pasó un día y medio en el estrado de los testigos el martes y el miércoles respondiendo preguntas sobre su afirmación de que los tabloides británicos habían husmeado ilegalmente en su vida durante su infancia y juventud.